-Hola

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Al saber que solo contaba con el cariño de mi nana Tenn, la cual siempre estaba al pendiente de mi, a ella le contaba todo, no había nada de lo cual le tendría que haber ocultado, ella me daba toda su confianza y amor y por ende se ganó mi respeto, admiración y sobre todo mi confianza.
Llego el día que añorabamos, tanto yo como Tenn; mi primer día de escuela, que emoción, solo contaba con 5 años de edad y ya era mas responsable, obediente e inteligente de lo que eran los otros niños de mi edad, esto fue a causa de que siempre estaba dudosa de algo y siempre se lo hacía saber a Tenn y ella nunca fallaba al darme una respuesta.
-(Y te preguntarás, que tanto puede esconder una niña de 5 años, pues la verdad, nada, solo que en esta historia la niña al decir la verdad se refiere a que si rompió esto lo dice, a que si hiso algo, lo dice, en fin, cosas que un niño de 5 años guarda para no ser regañado.)-
Ese día fue un día con un poco de viento, así que Tenn me puso un suéter y un gorro de lana muy fino que mis padres me habían comprado en la tienda dónde trabaja mamá, en fin, llegamos a la escuela, estaba muy nerviosa, pero poco a poco se me fue quitando tal sentimiento al ver a los niños de un año mayor a mi edad correr ansiosos a la entrada de la escuela para jugar y divertirse, y eso a mi me llamo mucho la atención y al despedirme de Tenn le dije »te veo en la salida, te quiero« y corrí hacia la entrada del instituto, tal fue mi sorpresa que casi al llegar a la puerta un niño de mi edad se me atraviesa y chocamos, los dos caemos al suelo, pero en seguida nos levantamos y nos pedimos disculpas:
-¡Hola!- dijo el niño un poco más pequeño que yo, con ojos cafés claros, una cara de inocencia y una sonría de felicidad.
-Hola, dije yo mientras me sobaba la cabeza y con una sonrisa por grande.
Entonces me dije a mi misma, ya encontré a mi primer amigo.

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