Éramos niños

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Cuando eres un niño, es igual de complicado entablar amistades como cualquier adulto. La diferencia está en la novedad, aunque, con el tiempo, todos vamos seleccionando a quiénes queremos tener en nuestro "círculo". Eso sí: Los amigos son para siempre. Pero, como bien indico, al ser para siempre, no nos damos cuenta de que el tiempo transcurre para todos porque, al estar con esa persona, siempre somos los niños que éramos. Esto mismo ocurría con Shisui e Itachi.

Los dos se conocieron desde niños. Desde aquella primera vez en que sus miradas se cruzaron, sintieron que había un vínculo especial entre ellos dos. Todo esto surgió cuando coincidieron entrenando en el bosque. Shisui se sentía dolido, pues había perdido a su mejor amigo, sintiéndose impotente y como si le hubieran clavado una daga en el corazón que no cesaba de resultar más pesada. De todos modos, al principio, apenas hablaban. No lo necesitaban. Cuando estaban en silencio, se comunicaban. Era un silencio agradable. Se hallaban a gusto al estar juntos.

Shisui era un poco más mayor que Itachi. Lo que más le fascinaba a Shisui de Itachi era la mirada tan madura que tenía. Era algo insólito para un niño de su edad. Por ello, Shisui era consciente de que Itachi se percataba de todo lo que ocurría alrededor. Por tanto, no era el típico niño que no se enteraba de nada. Al contrario: Era consciente de todo. Por ello, era más sensible, pues cuando un niño empieza a sufrir a temprana edad, todo le viene como una lluvia de piedras. Por esto mismo, Shisui tenía un afán protector hacia Itachi, aunque supiera que no podía hacer nada por resolver el mundo. Si él podía endulzar la vida de Itachi por poco que fuera, lo haría para que no sufriera tanto.

Sin embargo, Itachi, que era un niño introvertido al que le costaba exteriorizar sus sentimientos, incluso hacia su familia, se dejaba querer por Shisui. No podía verlo como a un hermano mayor debido a que Itachi lo era ya de Sasuke. Entonces, no podía comprender el concepto de tener a un hermano mayor. Simplemente, le gustaba que Shisui estuviera siempre allí para él. A él lo dejaba ver esa parte vulnerable. Parte de la que era consciente Usui y a la que le gustaba tener acceso a ella, pero no para hacer lo que le viniera en gana, sino para salvaguardarlo. 

Desde muy temprano, los dos mostraron aptitudes para llegar a ser dos shinobis de élite, así que sus entrenamientos eran largos y muy exigentes. En cualquier caso, no competían por ver quién de los dos era mejor. No tenía sentido. Ambos comprendieron que eran amigos y compañeros, y que no necesitaban competir por nada. Si uno de los dos llegaba a necesitar ayudar, uno estaría para socorrer al otro. El tener poder no está para destruir, sino para proteger a lo que se quiere.

Evidentemente, al ser muy niños, pero ya de lleno en la pre-adolescencia, no eran conscientes de los sentimientos que sentían el uno por el otro. Tampoco se habían parado a pensarlo, ni era necesario. Eso era algo que se desarrollaría con el tiempo y con el "despertar" de otras inquietudes acompañadas de buenos sentimientos, pero también repletas de inseguridades. En ese momento, todo daba igual. Sin embargo, pronto tendrían que dejar de ser niños para ser shinobis. Ambos destacarían a muy temprana edad: Shisui sería jonnin a los diez años e Itachi sería capitán de los "ANBU" con sólo trece años. Por esto mismo, compartirían muchas misiones juntos. Incluso antes llegarían a ser un tándem bastante efectivo para la aldea.

¿Seguirán intactos esos sentimientos o se marchitarán? En un mundo de guerras, nunca se sabe.

"Cuando amábamos" (Shiita)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora