El primer amor

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Desde hacía unas semanas, el comportamiento de Itachi había cambiado demasiado. Apenas pasaba tiempo con Shisui, salvo en los entrenamientos y en la Academia, aunque, en cuanto acababa, se iba corriendo, independientemente de la hora que fuera. Shisui se sentía apartado, pese a que sabía perfectamente qué era lo que le ocurría a Itachi -o, al menos, eso creía él-.

Lo que realmente hacía Itachi, era irse corriendo a ver a Izumi. El Uchiha no sabía exactamente si era amor o un vínculo de amistad muy fuerte. No tenía ni idea, pero sólo sabía que quería pasar el tiempo junto a ella. Era un sentimiento que no sentía hacia nadie más, excepto con Izumi. Incluso él mismo, siendo consciente del distanciamiento que había causado con Shisui, se esforzaba por estar con él algo más de tiempo, pero le era imposible. En cuanto podía, lo dejaba colgado.

¿Qué pasa, si era el amor? A Itachi le daba lo mismo lo que fuera. En realidad, por Shisui tenía un vínculo especial también. Sin embargo, no era así. De momento, no se había desarrollado de la misma forma. Él no podía hacer nada, pese a que estaban en una época en la que todo era maravilloso por un segundo y, pasado el segundo, maldecía al tiempo por pasar. Era esa magnífica época en la que acompañábamos al tiempo con él, sincronizados y no lo que ocurre a posteriori: Que el tiempo nos aplasta sin misericordia. 

Shisui no quería engañarse a sí mismo: Sentía celos de Izumi. No tenía nada en contra de la chica; de hecho, también le caía bien, pero le parecía injusto y frustrante que ya no tuviera la misma compañía de Itachi como no hacía tanto tiempo. Él quería que las cosas fueran como antes. Le parecía egoísta la actitud de Itachi y bastante infantil. Al menos, podría habérselo explicado claramente. ¿Acaso Itachi tenía que darle explicaciones de con quién salía? Sólo eran amigos. Se supone que los amigos no tienen que dar aclaraciones de esas cosas.

Pese a todo, Shisui no podía competir contra Izumi. No podía hacer nada. De entrada, eran totalmente diferentes. Además, había veces que, cuando entrenaba con Itachi, deseaba matarlo por hacerle pasar el escarnio por el que pasaba. Los celos lo mataban por dentro, aunque no eran tantos los celos, sino la impotencia. En ocasiones, le hubiera gustado arrinconar a Itachi y pedirle explicaciones de una buena vez, aunque sabía que lo único que conseguiría sería que se distanciara aún más de él.

Dada la nueva actitud de Itachi, lo mismo era hasta capaz de decirle que lo dejara en paz y que no volvieran a verse, ni para entrenar. Fue la primera vez en la que los dos -Itachi y Shisui- se dieron cuenta de que eran más distintos de lo que pensaban, y que se habían comprendido perfectamente, pese a ello.

Siempre existía aquellos momentos en los que las falsas esperanzas se vislumbraban, como cuando Itachi se mostraba igual de cálido que antes en ciertos momentos, pero no duraban nada. Era en esos instantes, en los que Shisui sentía esas "mariposas" de las que tanto hablaban. Sin embargo, en cuanto se desvanecían, volvía el dolor de pecho, como si se tratase de una puñalada.

Shisui no paraba de preguntarse: "¿Qué tiene ella que no tenga yo?". No era una mala pregunta, pero él no tenía la respuesta. El único que la tenía era Itachi.

"Cuando amábamos" (Shiita)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora