y ahí estaba otra vez, mirando por la ventana ignorando lo que se encontraba en su buro a un lado de su cama. nuevamente sentía esa soledad, como la detestaba, pero no importaba, ellos estaban por llegar, no importa la hora o el día, ellos iban a llegar.
volteo para ver la puerta de entrada y como esta estaba cerrada a tan solo unos pasos de él, ¿cómo era posible siquiera que aún no pudiera salir? eso lo detestaba aún más. tomó su manta color amarillo para colocarla sobre sus hombros y sentarse en aquella silla solitaria. si bien la mayoría del lugar se veía apagado, su manta salvaba el día gracias a su color. como amaba a su manta. solo de él, y bueno, claro, de los próximos a llegar.
no dejaba que nadie más tocara su manta, ni siquiera aquellas visitas no deseadas, aquellas que nunca llamaba y siempre aparecían. que horror. solo tenía que respirar, ellos no eran nada en su vida.
estaba aburrido, era uno de esos días donde el aparato donde pasaban su programa favorito todos los días estaba descompuesto y no quería prender, y ahora ¿qué hará?, ni que solución, solo le faltaba esperar, como había aprendido hacer desde que los próximos a llegar aparecieron en su vida, primero, comenzaba mirando la ventana mientras, gracias al invierno, copos de nieve caían en diferentes lados de aquel patio gigante fuera de su cuarto, después se levantaba de su silla para caminar hacía la cama y comenzar a sentirse impaciente por la demora de los próximos a llegar, una vez y daba varias vueltas en la cama se levantaba para ir a donde estaba aquel vaso raro de plástico que él mismo había elegido para él, con un poco de ayuda, claro, era una persona muy indecisa y en muchas ocasiones necesitaba ayuda para tomar decisiones un tanto, absurdas, en fin, tomo agua que aún tenía el vaso, no pediría más, no quería que las visitas no deseadas fueran a su cuarto estando tan cerca la hora en que llegaran los próximos a llegar.
cuando hacía todo eso, en su mente, podía jurar que pasaban 20 minutos o media hora, y eso lo sabía por el hostigamiento que sentía en esos momentos.
poco a poco escucho los suaves pasos fuera de su cuarto, junto con unos pequeños y cortos mas escandalosos. ¡al fin! ya habían tardado, uf, la espera siempre valía la pena si los que ya llegaron venían.
camino rápidamente hacía su puerta, no necesitaba que alguien le dijera quien era, no se tenía que ser inteligentes, tocaron tres veces la puerta y jimin abrió.
- hola, papi - habló un niño de alrededor de 4 o 5 años, tenía una paleta en la mano derecha y la izquierda era agarrada por un hombre alto y apuesto, de cabello oscuro con facciones masculinas nada exageradas, piel poco lastimada con un tono medio pálido, era, al menos, 10 centímetros más alto que jimin.
- hola cariño, ¿como están? - pregunto mientras les daba paso a su pequeña vivienda. más bien, habitación.
- estamos bastante bien, aunque te extrañamos muchísimo, hace mucho no nos dejas visitarte - habló por primera vez aquel hombre alto - espero no sea por nada grave.
- no, para nada, solo que - callo para poder suspirar - las visitas no deseadas son más inteligentes de lo que pensábamos, pero perdonen la demora, lo importante es que ya están aquí - chillo de felicidad.
guió al niño a su cama para que se pudiera sentar ahí. él pequeño se veía saltando de energía mientras trataba con cuidado no manchar nada con el dulce en su mano. jungkook había hecho un buen trabajo educandolo mientras jimin lidiaba con él mismo.
jungkook se sentó en la silla mientras veía a jimin sin decir más nada, esperaba que jimin afrontará las cosas de una buena vez, todo sería más sencillo así.
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Serendipity - Jikook / Oneshot
Fanfiction"La magia de la imaginación no tiene límites, puedes volar y sentir tocar las nubes con tus manos aún si te estas arrastrando por el lodo" - 1718 palabras - Minúsculas intensionales. - Oneshot.