Capitulo 10

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Mi desesperación era inmensa, mi mente en blanco, sin saber qué hacer.
Me senté en unas de esas incomodas sillas de hospital, y espere. Lo único que hice fue esperar y es ahí en donde aprendí que los hombres también lloran.

A unos pocos minutos me llamaron a la habitación en donde estaba Evelyn.

-¿Que paso?- pregunte mientras veía a Evelyn con un respirador.

- Parece que ha tenido un pequeño ataque, pero se recuperó de inmediato me alegra decirle señor que fue un milagro- me responde el doctor.

Mi sonrisa era de oreja a oreja, no podía creer que Evelyn seguía aquí, conmigo.
La dejaron en aquella habitación, porque era demasiado peligroso trasladarla de un lado para otro en muy poco tiempo.

- Si sucede algo solo llámanos.- dijo la enfermera mientras salía de la sala dejándome solo con Evelyn.

-Está bien, gracias- le respondí muy amablemente.

-Deja de darme esos sustos Evelyn, algún día me vas a matar de un infarto- le dije tratando de sonreír.


Le bese la mano y una vez más me dormí junto a ella.

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