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No había caso. Tuvo ese sueño otra vez. 

Llevaba una semana así y Jeno sentía que enloquecería si volvía a tener ese sueño. Lo tenía definitivamente inquieto pero al punto en el cual nisiquiera sentía que podía confiarle a alguien este secreto, y no porque sintiera que sus amigos fueran malas personas pero sabía que no podía darles esa información y menos a Chenle que sabía que no lo dejaría en paz nunca más precisamente porque el protagonista de sus bizarros sueños no era más ni nada menos que su mejor amigo.

Aún dando vueltas en la cama incapaz de levantarse no hizo más que poner su cabeza sobre su almohada otra vez tratando de pensar en algo más.

Oh, qué error. 

No pasó mucho rato para que comenzara a quedarse dormido, y es que aún no podía olvidar el cálido tacto sobre sus muslos, tacto que ascendía hacia su entrepierna. Ah.
Y no es que fuera ese el problema. El sueño escalaba.

Siempre partía así. Jeno y Jaemin hablando de algún tema trivial. "Jaeminnie..." Se repetía en su cabeza como si de un mantra se tratara.
Tenían las mismas interacciones de siempre, quizá un poco de skinship hasta que la mano de Jaemin llegaba a su muslo y lo apretaba un poco.

Era una bobería, ¿No? Algo que hacían siempre. Sentían comodidad de estar juntos, es todo. Pero en el sueño solo estaban ellos dos. Solos, al fin.

Y es que era la autoridad en la que Jaemin lo tocaba la que lo hacía querer más, lo que le hacía sentir una sensación que usualmente no sentiría por un hombre, y menos así.

Sentía que era alguien que tal vez... No tendría esas ocurrencias. Nunca había estado con un hombre, ¿Por qué demonios querría ser el pasivo? Ni sabía cómo funcionaba el asunto en primer lugar.

—No tienes que ser de cierta forma para querer que te la meta, Jeno.— Susurró Jaemin en su oído. Ah.

Aveces parecía que tenía las respuestas para todo, y es que eso le gustaba. No quería sentirse a cargo de todo, no quería estar a cargo por un rato, y eso le gustaba. Jaemin hacía lo que quería.

Jaemin podía hacer lo que quisiera con él.

Así el sueño se transformaba y el escenario cambiaba. Estaba en su cama otra vez, pero tenía a Jaemin sobre él, con su cuerpo contra el suyo, su pecho contra su espalda. El sudor era inevitable mientras lo masturbaba con lentitud. Jeno sentía sus piernas temblar. Las manos ajenas sobre su miembro y la vergonzosa posición en la que lo tenía.

—¿No te gusta? Pero eres un perrito, mi cachorrito. ¿No deberías ser capaz de ponerte en cuatro como se debe?— Jeno hundió su cabeza en la almohada. No podía más de la vergüenza, y era su mente la que lo tenía en este castigo interminable hasta que el castigo real llegó y dejó de sentir al contrario por completo.

No tardó en darse vuelta para encontrarse con el más pequeño sonriendo con una clara expresión de satisfacción en su rostro.

Y ahí despertaba otra vez. "Dios, ¿Qué voy a hacer?" Se cuestionaba con preocupación porque sabía que tenía que ver a Jaemin todos los días pero ¿Cómo iba a ser tan débil? ¿Cómo siquiera se le pasaban esos pensamientos por la cabeza?

—No soy gay.— Pensó en voz alta finalmente sentándose en la cama.

—¿Felicidades...?— Le respondió una voz al otro lado de la habitación. —Venía a ver si estabas despierto para que saliéramos a comer o algo pero veo que estás teniendo una sesión de auto reflexión o algo. Suerte con eso.— Dijo Jaemin entre risas antes de cerrar la puerta.

...

¿Podía ser esta mañana peor?














¿Debería seguirla? Ustedes me dicen. Espero les haya gustado. >_<

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⏰ Última actualización: Jun 26, 2022 ⏰

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No soy gay pero... | NOMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora