I.

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Era algo muy inexplicable la forma en que Jeon Jungkook pasó de ser un lindo y risueño chico que amaba los retos y la emoción en la vida a esa piedra que podían ver sentada en la biblioteca, sin emitir el más mínimo sonido, algunos se preocupaban ya que ni siquiera se notaba su respirar

Sus amigos estaban junto a él, como todos los días, podía ser algo aburrido ya que hablaba poco y se la pasaba leyendo la mayoría de su tiempo. Pero nunca dejarían a uno de los suyos solo.

A la salida seguía siendo alguien estoico, pero era un buen amigo, siempre respaldando a los suyos.

Ni siquiera los discos de su grupo favorito lo hacían cambiar la expresión de su rostro, aunque un brillo de felicidad aparecía en sus ojos cuando los escuchaba. Eso le recordaba a sus amigos que no estaban tras una caja vacía.

¿Como llegamos a esto? Nadie sabe, o, mejor dicho nadie lo recuerda.

La única persona que lo recuerda perfectamente es el mismo Jeon Jungkook.

—¡Jungkook! ¿Que crees que es mejor, un gato o Yoongi? —Preguntó TaeHyung, con su típica voz carismática—

—¿Qué tengo que ver yo con un gato?

Y fácilmente entraron en una pequeña discusión de porque el mayor era como un gato. Lo cual, en el fondo de su ser, a Jungkook lo alegró. Pero estaba advertido sus emociones despertarían a la bestia.

Ha logrado mantenerla atrapada durante ocho largos años en ese collar que tenía esa brillante gema. No puede tirar a la basura todo su trabajo ahora. Nadie debía volver a sufrir los estragos que él había hecho cuando sólo era un niño, además, la bestia ha aumentado de tamaño en este tiempo, Jungkook puede sentirlo.

—Wow, quien diría que estamos por graduarnos —Mencionó Jennie mientras caminaban a casa— Parece como si fuera ayer cuando Jungkook llegó pegado al brazo de su mamá llorando porque no lo dejara y que iba a ser buen niño de ahí en adelante.

Lo único que pudo hacer fue voltear los ojos con molestia mientras sus amigos lanzaban sus fuertes carcajadas.

Siguió caminando, dejando atrás al escuadrón risas locas. Y su trayecto pudo haber seguido con total calma si ellos no le hubieran dado un fuerte abrazo entre todos, esos tres estaban chiflados.

Hace mucho tiempo no era abrazado por nadie. Y aunque quisiera guardarse sus emociones no podía negar que abrazar así de fuerte a sus amigos era algo que lo hacía feliz, así que sonrió suavemente. La felicidad que embargaba su mente no le dejó escuchar como una pequeña fisura se hacía en la gema de su cuello, esa que con tanto esfuerzo ha mantenido intacta.

Pero, las emociones siempre son más fuertes, y la bestia no tardaría en salir.

Tal vez, las plegarias de su madre no serían suficiente para contenerla. Al final rompería la barrera y saldría a flote, y no podrían llevar al olvido de nuevo el tormentoso incidente, ese que condenó a un pequeño niño de solo diez años a ser una roca que contiene sus sentimientos humanos por el bien de todos los demás.

Y a veces contenerse tanto, puede crear una gran explosión blanca y con pelaje suave como el de un gran conejo blanco...

Y a veces contenerse tanto, puede crear una gran explosión blanca y con pelaje suave como el de un gran conejo blanco

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¿Es en serio Miyu? ¿Dos siglos para esto?

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¿Es en serio Miyu? ¿Dos siglos para esto?

La respuesta es si, pero hay más, solo que me siento más cómoda haciéndolo por pedacitos, antes era más de un solo cap pero siento que así pierdo la esencia de la historia y no quiero eso con este libro.

En fin, espero que les guste. Nos vemos en 5,000 años más 😻

Turning White | JinKook ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora