sixteen

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Soobin debía admitir que estaba nervioso, la audición el día anterior estuvo bien, según él hizo todo perfecto y no cometió errores, aunque por las miradas de los jueces no podía afirmar ni negar nada, fueron bastante neutrales.

Le habían dicho que recibiría un correo esa tarde, el que confirmaría si pasó la audición o no, lo cual con justa razón lo tenía nervioso, se había despertado y lo primero que pudo pensar era en ese mensaje. Taehyun habló con él diciéndole por vez número diez mil que todo iría bien, que seguro iba a pasar y no había nada de qué preocuparse, y que luego en la noche para celebrar su ingreso a la empresa podrían asistir a una fiesta que organizó un compañero del instituto.

Kang era muy positivo, a diferencia de él que esperaba siempre lo peor, porque si esperaba lo peor desde el segundo uno entonces no se sentiría tan mal. Aunque dudaba que en este tema pudiera no sentirse muy mal si fracasaba.

Relamiendo sus labios y tratando de mostrarse totalmente tranquilo, tocó el timbre de la puerta frente a él; pasaron unos segundos hasta que el señor Huening apareció para recibirlo.

—Soobin, hijo, buen día—. El chico hizo una venia para responder al saludo. —Kai viene bajando, procura no ir a mucha velocidad con tu moto—.

—No lo haré, señor—. Aseguró.

El hombre asintió para seguido marcharse hacia otro lugar de la casa, la visión de él siendo llenada por Kai quien apareció inmediatamente. El más bajo se lanzó a los brazos de Choi, quien lo abrazó con fuerza mientras enterraba su nariz en el espacio entre el cuello y el hombro del joven. Le gustaba el olor, siempre olía suave, como a talco de bebé.

—Te extrañé mucho, Hyuka—. Susurró, con voz melosa que solía utilizar cuando estaba alrededor de Huening, queriendo tener toda su atención.

El contrario apenas se separó para mirarlo, sin soltar el abrazo. —Yo también te extrañé—. Respondió, un pequeño puchero formándose en sus labios. —Creí que ya no querías verme—.

Choi negó pronto, chocando sus labios con los ajenos en un corto beso. —Qué dices, bebé, por supuesto que no, yo siempre quiero verte—.

Solo que esa semana estuvo demasiado ocupado entrenando por sí mismo o con Taehyun como para poder reunirse un rato con su menor, sin embargo él no podía decirle tal cosa y por eso tuvo que inventar tantas mentiras. Se sentía culpable, no le gustaba mentirle, pero eran más grandes las ganas de tenerlo a su lado el mayor tiempo posible que comentar la verdad que solo arruinaría todo.

Kamal sonrió ante la respuesta y volvió a besar al contrario, pequeños y dulces besitos seguidos porque estaba más feliz, teniendo al contrario justo con él.

No tardaron luego en irse a desayunar al lugar que habían acordado el día anterior, y aunque era solo un desayuno terminaron comiendo un montón, Soobin sacándole fotos a Kai cada dos segundos, alegando que se veía muy bonito tomando jugo, comiendo pancakes, partiendo fruta, masticando y respirando, tanto que necesitaba guardar el recuerdo. El chico solo pudo reír y se dejó hacer porque su mayor seguía haciéndole cumplidos y sonriendo tan dulce para él, provocando un revuelo en su interior, muchas mariposas.

Cuando terminaron de comer decidieron salir a caminar hasta llegar a un parque cerca, el clima frío otoñal era perfecto para pasear tomados de las manos mientras hablaban de diferentes temas, aunque no duraron mucho en el lugar antes de que decidieran ir al centro comercial, donde estuvieron un largo rato jugando en el arcade. Kai perdió un montón de veces y Soobin le hizo burla mientras presumía que él era probablemente uno de los mejores jugadores.

errores ෴ sookaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora