Capitulo 1.1

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ㅤNo hay parte de la ciudad desde la cual el cuerpo no sea visible. Una enorme montaña de carne podrida y putrefacta que se extiende millas a lo largo de la ciudad. Ya ni siquiera luce como un monstruo. Sus extremidades fueron cortadas. Sus alas reducidas a ceniza. Su cabeza fue removida y tomada por los hombres de negro, así su -sorprendentemente- pequeño cerebro podría ser estudiado en algún laboratorio de la costa este. Incluso esa espinoza cola de reptil ya no está. Solo queda la carne. Una montaña de fea carne negra que asciende hasta las nubes y bloquea la luz solar, cubriendo nuestras arruinadas casas en sombra.

ㅤLa vista es horrorosa, pero no se compara con el olor. El hedor de la decadencia está en todas partes. No importa que tan cuidadosamente cierres las ventanas, no importa cuánto aromatizante rocíes, no importa que tanto intentes acostumbrarte al olor, siempre está presente. Cubre tus ropas, tus muebles. Está en los labios rotos y deshidratados de tu esposa cuando te besa cada noche. Esta en la pasta de cada lata de spaghetti frío que intentas comer.

ㅤEl cuerpo alguna vez fue un símbolo del cual enorgullecerse. Un símbolo de triunfo por sobre toda imposibilidad. Ahora es una plaga. Y aunque han intentado limpiarlo durante los últimos cuatro meses, la mayor parte del cuerpo permanece ahí, oscureciendo nuestras vidas.

 Y aunque han intentado limpiarlo durante los últimos cuatro meses, la mayor parte del cuerpo permanece ahí, oscureciendo nuestras vidas

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ㅤ"¿Lo has llegado a ver de cerca?"
El hombre de la gran barba gris me miró fijamente a través de su máscara. No puedo escucharlo claramente gracias al motor rugiente de la camioneta mientras avanzamos a través de los escombros. Él ni siquiera veia el camino mientras maneja, solo seguía mirandome mientras me acurrucaba en el asiento de pasajeros.

ㅤGrite por sobre el ruido del motor: "¡¿Qué?!"

ㅤ"El Gran Pedazo De Carne." Él alzó la voz, apuntando a la gran montaña de carne a la cual nos acercábamos cada vez más. "¿Alguna vez has estado así de cerca?"

ㅤCuando preste atención a la pared de carne frente a nosotros, me quede sin palabras. Me marea. Pareciera venir hacia nosotros, como un gran tsunami de negra carne podrida. Solo pude admirarla por un momento antes de que mi vista volviera a mis manos sobre mi regazo.

ㅤ"¿Qué has oído de esto?" Él preguntó.

ㅤMe encogí de hombros "Solo que me uniré a la brigada de limpieza."

ㅤ"¿Cuál brigada? ¿Piel, grasa, huesos, gas?"

ㅤNo tengo ni una mínima idea de lo que está hablando "No lo sé. Dijeron que estaría en la brigada de Meri"

ㅤ"¿Meri?" El viejo se tiró a reir, la máscara se movía al ritmo de su rechoncha cara."¿Me estás jodiendo, cierto?"

ㅤSu risa me causó un escalofrío que recorrió toda mi espalda. "¿Que hay de malo con la brigada de Meri?"

ㅤ"Nadie quiere ese trabajo. Chico, lo lamento mucho" Movio su cabeza en un gesto de fingida simpatia, tratando de evitar seguir riendo "No puedo creer que te hayan hecho esto en tu primer día de trabajo"

ㅤ"Dijeron que su equipo estaba corto de personal"

ㅤAsintió "Si, su equipo siempre está corto de personal. La mayoría de miembros en la brigada del intestino no suelen durar mucho."

ㅤ"¿A qué se refiere con que no duran mucho?"

ㅤ"Bueno, estar en cualquier brigada ya es un trabajo peligroso, pero el intestino es de lo peor. Cada mes, por lo menos diez personas salen heridas, infectadas o muertas cumpliendo este trabajo, nueve de esos diez suelen venir del intestino."

ㅤVolvi a dejarme caer en el asiento, ajustando mi máscara de gas a mi cara. Yo ya me temía lo peor de este trabajo. Ya me había costado tan siquiera levantarme de mi cama y asistir al trabajo aquel día. El chófer de la camioneta solo lo volvió peor. Rezaba para que no fuera tan malo como lo hacía parecer.

ㅤ"No tengas miedo a renunciar" Exclamó el hombre "Si al final del día no te sientes capaz, solo diles que te rehusas a continuar. Trata de ser asignado a otra brigada. Si se niegan a transferirte, regresa a casa y nunca vuelvas."

ㅤNegué bruscamente con la cabeza "Pero ya ni siquiera reparten raciones. Y con la cuarentena aún en curso, no es como que tenga algún otro lugar a donde huir. Este trabajo es la única manera en la que puedo sobrevivir."

ㅤEl conductor suspiró, empañando su máscara. "¿Acaso estabas prestando atención a lo que te he dicho? Tienes más oportunidad de sobrevivir saqueando que trabajando en la brigada del intestino. Es suicidio"

ㅤ"¡Pero le disparan a cada saqueador que encuentran!"

ㅤVolvió a asentir con la cabeza. "Como dije, tienes más oportunidad de sobrevivir así, que trabajando en el intestino"

ㅤMás adelante, docenas de camionetas y excavadoras se reunían a lo largo de la masiva pared de carne como pequeñas hormigas de metal naranja recogiendo pequeñas partes del cadáver de un ciervo de a poco. Las grandes máquinas excavando a través de la negra carne rancia, sacando por lo menos 600 libras de carne en un solo movimiento para luego dejar caer los grandes trozos ​​en camas de los camiones de carga.

ㅤ"Ese es mi trabajo" Dijo el conductor, señalando los camiones "El depósito. Trabajamos en su mayoría con piel y grasa. Si sabes manejar maquinaria pesada, es uno de los trabajos más fáciles y seguros por aqui. Todo lo que tengo que hacer es conducir de aquí a allá y entre La Carne y llevar todo a incinerar. No es un gran problema cuando te acostumbras."

ㅤAsentí, algo celoso de su trabajo, preguntándome si quizá algún día yo también podría estar capacitado para manejar uno de esos camión. Aunque era muy probable que nunca pudiera estar en esa posición. Yo ni siquiera tengo una licencia de conductor.

ㅤPasamos de largo un par de camiones que se dirijan a nuestra posición opuesta, todos llenos hasta el borde con docenas de pedazos de carne. Los enormes cachos de grasa parecían latir y retorcerse unos contra los otros, moviéndose como si aún siguieran con vida. Solo era el retumbar de los camiones sobre el terreno rocoso lo que hacía parecer que la carne se movía así, pero no puedo evitar seguir viéndola como materia viva.

ㅤEs un miedo común que la mayoría tenemos en esta ciudad -la sensación de que la criatura no está del todo muerta, que podría regresar a la vida en cualquier momento y continuar su apocalipsis. Incluso después de que su cabeza y patas fuesen removidas, la gente no puede evitar sentirse así. La idea parecía imposible de matar. La fuerza militar luchó durante casi un año mientras la criatura iba de ciudad en ciudad devorando y destruyendo todo a su paso. Dieron todo lo que tenían contra esa cosa. Misiles, bombas, armamento nuclear. Nada funcionó. Su piel era tan irresistible que nos orilló a lanzarle todo lo que podíamos. Un par de veces, los militares lograron tirarlo abajo. Esa cosa se debilitó y colapsó, presuntamente muerto. Pero no permaneció muerto por mucho tiempo. Resulto tener la habilidad de regenerarse a sí mismo. No importaba que tan grande fuese el daño, siempre se levantaba un par de días después, y después seguía su camino de destrucción.

ㅤCuando cayó aquí en Portland, todos pensábamos que no sería diferente a cuando cayó en Chicago o fuera de la ciudad de Kansas. Todos ya esperábamos que se levantara y nos acabara a todos. Sin embargo, han pasado ya cuatro meses y no parece que haya señal de que se regenere. Dicen que la cosa está completamente muerte ahora y que no hay oportunidad de que regrese. Pero el miedo no es racional. No responde a la lógica. Y mucha gente pienso que aún podría volver, en especial las personas que sobrevivieron encuentros cercanos con la criatura. Personas como yo.
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El Gran Trozo De Carne (The Big Meat)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora