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Nayeon estaba embelesada observando la espalda bien trabajada de Mina, luego de haber conocido al hermano de esta, se encontraban ambas en la cocina, Mina estaba cocinando lasaña de pollo a petición de Nayeon y la pelirroja no estaba muy segura si...

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Nayeon estaba embelesada observando la espalda bien trabajada de Mina, luego de haber conocido al hermano de esta, se encontraban ambas en la cocina, Mina estaba cocinando lasaña de pollo a petición de Nayeon y la pelirroja no estaba muy segura si se encontraba babeando por lo bien que olía la comida o por lo femenina y guapa que se veía la pelinegra cocinando.

Por lo menos no moriré de hambre cuando nos cacemos.-pensó Nayeon y al instante negó con la cabeza con una sonrisa nerviosa, con sólo pensar en Mina y ella casadas, le hacía sentir mariposas en el estómago, hizo un puchero recordando que ni siquiera eran novias oficiales aún.-¿Debería pedírselo yo...?

Mina giró por un momento parte de su cuerpo para echar un vistazo a Nayeon, quién se encontraba sentada en el pequeño taburete de su cocina, alzó una ceja al ver lo sonrojada que se encontraba mientras tenía el entrecejo fruncido, como si estuviera discutiendo consigo misma.

Tapó la pequeña olla con arroz para que se terminara de cocer y reguló la temperatura del horno para que la lasaña no se quemara y luego se volteó hacia Nayeon.

—¿Todo bien, yeonnie? —le preguntó divertida y su sonrisa se ensanchó cuando vio como saltaba en su asiento para mirarla a los ojos.

—¿Q-Qué? Ah, si, todo bien. —murmuró acercándose a la pelinegra, cuando estuvo frente a ella la rodeo con sus brazos abrazándose a la japonesa—¿Y tú? ¿Cómo va la comida? 

Mina bufó con una sonrisa arrogante mientras acariciaba una de las mejillas de Nayeon y con la otra rodeaba su cintura.

—Ya casi está, solo hay que esperar unos cuantos minutos para que se termine de cocinar, espero que estés listo para probar la mejor lasaña de pollo de la historia, Im Nayeon.

Nayeon rio asintiendo mientras se abrazaba más a Mina.

—Eso espero, minari, desde que te pusiste a cocinar me has prácticamente ignorado y espero que eso haya valido la pena.

—Claro que sí, soy realmente muy buena con las manos, puedo cocinar muy bien, tocar instrumentos y... —Mina paró de hablar al escuchar la risa traviesa provenir de Nayeon, la observó confundida y tragó saliva cuando lo vio lamer sus labios.

—Me gustaría comprobar eso también. —murmuró suavemente mientras rozaba con una de sus manos la palma de Mina.—Es decir, me gustaría saber que tan buena eres con las manos. 

Nayeon se alejó después de decir eso mordiendo su labio inferior, satisfecha al ver como sus palabras habían llegado a afectar a Mina, la observaba con asombro mientras boqueaba un poco, Nayeon rio de nuevo ante ello y se puso de puntitas para robarle un beso a Mina quién la recibió con gusto, pasó sus brazos alrededor del cuello de la pelinegra y suspiró entregándose al beso lento, pero profundo, que le estaba brindando Mina.

Mina llevó una de sus manos de nuevo a la cintura de Nayeon presionándola contra ella, mientras que la otra se apretaba un poco el cabello de la pelirroja, quién jadeó ante la presión. El ambiente en aquel cuarto empezó a sentirse cada vez más pesado y Nayeon no creía que sería suficiente con un simple beso.

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