ONLY YOU - [Naotake] (+18)

Capítulo 4

Es muy corto, pero espero les guste

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—Esta vez cambiaré, tengo que seguir adelante. Brindemos por el nuevo contrato.— y mi último trabajo.—susurró

Las ventanas que daban al balcón estaban abiertas. El viento helado mecía suavemente las finas cortinas que poco o nada cubrían. En las sombras, una figura observaba indiferente la escena que se montaba en el interior de la habitación.

—¿Cambiar?. Eso ya es muy tarde, pequeña criatura jajaj. Y es muy tarde para cambiar, es tu hora de morir.—susurró con una gran sonrisa en el rostro

La copa de champagne que mantenía entre sus largos dedos fue dejado sobre la solitaria mesita de noche que tenía a su lado.

El ligero movimiento de su cuerpo delatando el brillo de una afilada daga que se mantenía resguardada en el interior de su ropa.

—No debiste volver, te lo advertí. Las consecuencias son muy caras

Con el fantasma de una risa burlona pasando por sus labios, se encaminó a pasos firmes y seguros hacia el interior del abarrotado salón.

Todos levantaron las copas, tan ingenuos como el propio anfitrión.

—Brindemos por todas las almas que fueron perdidas y que ya no haya más incidentes.— Sonrió alzando su copa

Un asesino suelto, matando por simple diversión. Estaban asustados, tendrían que recordar que no están solos. Tendrían que recordar lo frágiles de sus vidas, de sus existencias, como un puente fácil de derrumbar.

Porque nadie sabe cuándo llegará su momento. Nadie sabe, cuando exactamente podría terminar de existir.

Sonrió, queriendo mencionar algunas que otras palabras. Pero entonces, las luces del salón se apagaron tan de repente. Ni siquiera la luz de la luna pudo iluminar aquella habitación llena de gente.

Las puertas del balcón y la de la entrada habían sido cerradas. Sin ningún rastro

—Quizás así aprenderían a estar más alerta para la próxima vez.

Con pasos tan ligeros e inaudibles como los de un depredador acechando a su presa, se aproximó hacia donde sabía estaría su víctima. Bastó un rápido movimiento de muñeca para realizar un corte profundo en la garganta de aquel.

El filo de la daga se deslizó fácilmente por la piel, abriéndola y dando paso a un enorme charco de sangre, manchando aquel traje blanco que apenas había sido comprado.

En medio de la conmoción, el ruido del cuerpo cayendo probablemente no sería escuchado por nadie. Para cuando las luces se encendieran el brindis podría seguir.

Las luces se encendieron, y lo primero que vieron fue el cuerpo de aquel hombre tirado en el suelo.

—¿Qué sucedió?.— se preguntaban los demás, tan despreocupados.— También ya estaba por morir

Mientras que otros lloraban, y suplicaban por sus vidas. Esperando no ser el siguiente

Así fue como la noche terminó.