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IMPORTANTE: Este OS tiene escenas de sexo explícitas. Por favor, leer bajo responsabilidad. No pongo un límite de edad porque me parece una tontería, pero que cada persona decida si está preparada para leer esta historia. Nada más que añadir, disfruten ;)


5 de noviembre.

Biyin se revolvió en la cama. En sus oídos se escuchaba una alarma insoportable, que salía de los cascos que se había colocado antes de dormirse. Quería asegurarse de despertarse antes que su novio para tener tiempo de prepararlo todo para su día especial. Era el cumpleaños de Auron y ella iba a darle una sorpresa. Se deshizo con suavidad del abrazo de Raúl, que refunfuñó un poquito, y se apresuró a salir de la cama y parar ese estúpido sonido que le taladraba hasta el cerebro. Eran solo las 7, apenas sí había dormido 6 horas, pero se sentía en forma. Estaba muy ilusionada, lo había planeado todo para que fuera perfecto. Se puso unas zapatillas y se inclinó hacia Raúl para dejarle un beso suave en la frente. Ella no quería, pero su novio se removió un poco y abrió los ojos, que automáticamente volvió a cerrar por el cambio de luz.

- Ya te levantas, mi vida?
- Sí amor, pero tú duérmete que aún es muy temprano y deberías descansar.
- Pero entonces tú por qué te levantas? Quédate conmigo que me siento solo si no estás a mi lado-dijo mientras trataba de agarrarla del hombro, pero sin lograrlo por estar con los ojos cerrados, lo que hizo que la sujetara de la cintura. Ella perdió el equilibrio y cayó a su lado en la cama. Biyin soltó una suave risa cuando él se colocó prácticamente encima de ella para evitar que se moviera de allí.
-  No tengo más sueño amor, voy a preparar el desayuno y cuando te despiertes desayunamos juntos- Apartó el brazo de su novio de encima con delicadeza y le acaricio un rato el pelo, hasta que Raúl se relajó y ella pudo salir de la habitación lentamente sin que él protestara demasiado.

"Pues con la tontería, he perdido prácticamente media hora; cualquiera se imaginaría que Raúl es tan mimoso cuando se lo propone. Bueno, manos a la obra", pensó la chica.

Bajó a la cocina y se puso a preparar un desayuno digno de un rey. Chocolate con los bizcochos favoritos de Auron, mucha fruta preparada bonita en los platos, tostadas con mermeladas de todos los sabores, y bollos, muchos bollos de todos los tipos. Después se dispuso a llevarlo todo al comedor, lo colocó en la mesa más o menos ordenado para que quedara lindo, y decoró todo el salón con banderines, globos y guirnaldas. Por último, sacó un pequeño regalo que tenía escondido en su neceser de maquillaje en el baño, y lo colocó encima del plato de Raúl. Era una bobada de regalo, pero para comenzar el día estaba bien. Estaba todo listo, así que decidió subir al cuarto donde todavía descansaba su novio. "Por favor, que se haya dormido, quiero despertarle yo", rezó, cruzando los dedos. Miró el reloj, casi las nueve. "Buena hora para levantarse".

Abrió la puerta, muy despacio, no quería hacer un ruido más del necesario. "Por favor, que esté dormido". Como un bebé. Estaba boca arriba, estirado en la cama, ocupando todo el espacio. Tenía la sábana blanca enredada alrededor de su torso, desnudo como siempre que se iba a dormir, daba igual la estación del año, Raúl siempre dormía sin camiseta, y aunque nunca se lo confesaría, a Biyin le encantaba esa manía. Ella se acercó, con cuidado de no tocarle, y se colocó sobre él sin dejar caer su peso para evitar hacerle daño. Empezó a dejar besos, suaves, muy suaves, alrededor de su cara, por la frente, la mejilla, la nariz, el pelo, incluso las orejas, todo. Nada más él dio muestras de ser consciente de algo, ella bajo a su boca, y le besó.

Lento, pero muy pasional, con cuidado de no ser muy intensa, sin olvidarse de que recién se estaba despertando y no quería ser brusca. Pero a quién quería engañar, se estaba calentando. Sara tenía pensado despertarle con besos y caricias, pero no había tenido en cuenta las consecuencias que estos actos podrían tener sobre ella. El hecho de poder hacer lo que quisiera a su novio, a pesar de simplemente estar dándole besos, a pesar de que su inactividad fuera solo fruto de su sueño, la excitaba mucho, más de lo que podía admitir. Así que siguió besando, con ansia, aunque midiendo sus movimientos. Pero cuando Raúl reaccionó, y le devolvió el beso, con ternura y cariño, pero con pasión, ella ya no pudo más y empezó a bajar por su torso, besando sus abdominales que, aunque ella sabía que ninguno de sus fans podría imaginarse que tenía, ahí estaban, y desnudos, para ella. Paró en los pezones, un poco, nada demasiado especial, pero Raúl estiró su cabeza hacia atrás y ahogó un gemido. Ella siguió, sin parar, y para asegurarse, en un gesto que, aunque parecía instintivo y accidental estaba perfectamente calculado, bajó un poco el torso para que su abdomen rozara con la entrepierna de su novio. Raúl se estremeció y Sara vio de reojo como él había cerrado inconscientemente el puño alrededor de la almohada. Biyin sintió el bulto de su novio, que empezaba a crecer, incluso más rápido de lo que se lo esperaba.

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