Sentimientos

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Carter's POV
-Oh Dios mío, no puedo creer que así te vestían en el kínder. No lo recordaba- reí al ver una fotografía de Justin cuando era pequeño. Parecía payaso, literal.
-Hey, me veía bien, admítelo- levantó la ceja izquierda.
-Mhhm- traté de sonar sería aunque el sarcasmo salía de cada letra.

Justin y yo nos conocíamos desde que tenía 3 años, yo era alguien reservada y no tenía muchos amigos. Hasta que un día él decidió hablarme. Recuerdo muy bien que era un bebé encantador, tenía el cabello dorado que con el sol se le veía precioso, es decir, se le ve. Sus ojos avellanados son lo más bonito del mundo, él era muy lindo cuando era pequeño y ahora con 18 años es un joven guapísimo.

-¿Recuerdas la ves en la que me dijiste que era guapo? ¿Cómo pudiste? Teníamos 3 años- soltó una carcajada. Lo miré por el rabillo del ojo y me di cuenta que me observaba.
-En verdad lo eras, lástima que empeoraste- traté de contener la risa. Frunció el ceño y hablo.
-Soy guapo, todo el mundo me desea- dije con el egocentrismo a flor de piel.

Para ser honesta él era demasiado guapo, sabía que todas las chicas del colegio querían que, aunque fuera solo un segundo, Justin las mirara o les lanzara una sonrisa.

-¿Qué te parece si vamos a comer algo?- propuse.
-Me parece bien, rogaba para que lo dijeras, mis intestinos comienzan a comerse entre si- reí de su exageramiento.

Preparé un poco de spaguetti con carne y lo serví en dos platos.

-¡Justin! La cena está lista- grité desde la cocina. Escuché sus pasos y en menos de una milésima de segundo se sentó a devorar cada porción de comida.

-Vaya, si que tenias hambre- dije sorprendida.
-Demasiada y con esa comida que preparas no puedo dejar de comer- sonrío. Dios, su sonrisa, es lo mas bello del mundo. Diablos, ¿qué me está pasando?
-¿Ya te vas?- fijé mis ojos oscuros en él cuando se levantó del asiento.
-No y hablando de eso ¿te importaría si duermo hoy aquí? Mis padres están peleando de nuevo y sé que si voy comenzarán con sus sermones de siempre.
-Claro, sabes que es tu casa- le lancé una sonrisa mientras recogía los platos para lavarlos.
-No sabes cuanto te quiero- sentí unos brazos alrededor de mi cintura y un respingo salió de mí al mismo tiempo que un sonoro beso sonaba en mi mejilla. Sentí como me sonrojaba. Demonios, esto no estaba bien. Nunca me había sentido de esa manera como si estuviera...
-Dormiré en la sala, voy por una cobija- me dijo al oído y yo no hice más que derretirme por dentro.
-Justin...- me giré para verlo de frente.
-Dime- sonrió. Y aquí vamos de nuevo con la sonrisa encantadora.
-¿Podrías dormir hoy conmigo? Me he sentido muy sola últimamente- maldije cuando mi voz sonó nerviosa.
-Claro preciosa, me encantaría- y me abrazó. Esos abrazos que necesitaba todo este tiempo.

Subimos a mi habitación y enseguida agarré un short y una blusa de algodón para dormir cómoda. Me metí al baño y me cambié.

-¿Tienes algo para que me cambie?- preguntó Justin mientras se sentaba en el borde de mi cama y se rascaba la nuca como signo de incomodidad.
-Si, seguro. ¿Olvides que casi diario duermes acá?- reí. Justin solo se limitó a sonreír. Le pasé unos pantalones de dormir y un camisa blanca, típica de él. Giré sobre mis talones buscando un cepillo para peinar mi cabello, terminé de deshacerme de todos los nudos y cuando giré de nuevo Justin estaba cómodamente recostado en mi cama.
-¿En qué momento te cambiaste?- dije algo sorprendida.
-Cuando te cepillabas el cabello- ¡no puede ser! ¡Se cambió justo atrás de mi!

Me acomodé a lado de él sumergiéndome entre las finas sábanas. Enseguida el me abrazó por la cintura, me giré rápidamente y lo miré frunciendo el ceño.
-Lo siento, no quería incomodarte, solo quería abrazarte- me miró con ojos de bebé borrego. Me giré de nuevo sin decir alguna palabra- ¿Me dejas abrazarte? Quiero sentirte.
En ese momento mi corazón palpitaba más rápido de lo que un corre-caminos corre.
-Es... Esta... B... Bien- maldije por haber tartamudeado.

Sentí como el brazo de Justin reposaba en mi pequeña cintura mientras que con la mano empujaba mi vientre para acercarme más. Me derretí por completo. No sabía que pasaba conmigo, nunca me había puesto nerviosa cuando estaba con Justin.

-Te quiero- murmuró y plantó un delicado beso en mi cuello haciendo que mi piel se erizará. Estaba apunto de responder cuando escuché una respiración calmada, giré la cabeza y me encontré con un Justin con la cara relajada, efectivamente, se había dormido. Me pareció tan tierno, pasé mi mano acariciando su mejilla y le besé la nariz. Después, sin darme cuenta, me dormí.

El riesgo de la realidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora