Shadows Of The Night

Capítulo 7: La Luna Nueva

Will se frotó la nuca mientras estaba de pie en la oficina de Jack.

Los últimos dos meses habían sido terribles para Will. El día después de la luna llena fue el día más tranquilo que tuvo.

Will reprimió el recuerdo de ese día. No era uno que quisiera recordar en la oficina de Jack.

Al día siguiente, Randall Tier había irrumpido por su ventana. Will ganó esa pelea, después de haberlo arrastrado a la casa de Hannibal como un gato doméstico que le llevaba un pájaro muerto a su dueño.

Una semana después, Margot Verger apareció con una solicitud bastante inusual. Will y Margot se habían conocido brevemente anteriormente, pero su segundo encuentro fue alimentado por el alcohol y la lujuria mutua por algo que no era el uno para el otro.

Fue solo después de eso que Will conoció a Mason Verger, el hermano de Margot y el futuro tío de su hijo, si hubiera vivido. Sabía que Hannibal quería que lo matará.

Will le dijo a Jack que podía manipularlo para que lo matará. En realidad, Mason era solo un juguete para que él y Hannibal jugarán entre ellos.

"No dejes que la empatía confunda lo que quieras con lo que quiere Lecter" advirtió Jack, trayendo a Will de vuelta al momento.

Will dejó caer la mano con un suspiro.

"A veces es difícil saber dónde termina él y empiezo yo" respondió Will en voz baja.

"Tú y Hannibal no se parecen en nada"

Will sabía que Jack pretendía que la declaración fuera tranquilizadora, pero no lo fue.

"Hannibal y yo somos iguales. Por mucho que seamos diferentes. El es fuego y yo soy agua. Igualmente destructivos y restauradores por derecho propio, pero de diferentes maneras. Y cuando chocamos, consumimos. No hay fuego ni agua a nuestro paso. Solo cenizas y destrucción"

Jack suspiró, pero el sonido pareció estar a un millón de millas de los oídos de Will.

"Tú no eres destrucción"

"¿No lo soy?" preguntó Will sarcásticamente.

Su teléfono vibró en su bolsillo y suspiró, rompiéndose a sí mismo por el momento y distrayendo a Jack de cualquier réplica que pudiera ofrecer. Will fue despachado y caminó penosamente a través de Quantico hasta su automóvil, sintiéndose extrañamente perdido.

Will se dejó caer en su coche con un suspiro. El lobo resopló en el fondo de su mente, pero lo ignoró a favor de dejar que el recuerdo que estaba acorralado apareciera. Eventualmente lo recordaría, y mejor que fuera solo en el auto que alrededor de otra persona.

Will recordó la sensación de los dientes de Hannibal hundiéndose en su cuello.

Recordó el dolor inicial y luego fue mucho más.

Will tenía una abrumadora sensación de placer y estaba seguro de que gemía.