|| Capítulo 1 ||

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Esta historia comienza con los cuatro amigos, quienes se conocen desde bebes, han pasado toda su vida juntos, a pesar de las diferencias entre ellos y eso es lo que más los ha unido.

Comenzamos con Diego, un gran amigo, aunque por fuera muestre ser alguien frio y sin sentimientos, pero es realmente lo contrario, es con quien puedes platicar tus problemas y no te juzgara, un chico de sentimientos puros y sinceros. Es muy bueno con las armas y ha ayudado a sus amigos con eso.

Después esta Alex, un chico increíble, bueno para la música, con grandes ritmos y letras, también un buen consejero en las peores situaciones, un gran atleta también y un gran cocinero.
Sigue Camila, la más cerrada de todos, pero se puede pasar un buen rato con ella si la conoces bien, no es tan buena para la comunicación, por ello solo se junta con sus únicos amigos ya que les tiene más confianza que a otros, una chica con una gran habilidad para dibujar es algo que le apasiona y todos la apoyan.

Y por último esta Elizabeth, la mejor amiga de Alex y amor de la infancia para Diego, una chica a la que le encanta leer y pasar tiempo con sus amigos, una persona amable, inteligente, alguien firme y dura, justa y honesta, pero también por dentro es sensible y alguien vulnerable. Ayuda a quien sea, por más que a ella le cueste y su mundo se esté cayendo, es buena con las palabras, sabe que decir y en qué momento decirlo, aunque a veces es muy cerrada. Ella al igual que otras personas; si tiene un mal día o mala semana se enoja con facilidad, pero según sus amigos su enojo se va con facilidad.

Estos chicos tienes grandes habilidades para pelear y controlar armas, ya que por sus padres los ponían a entrenar desde niños, cuando eran chicos no entendían las cosas de la vida, hasta que fueron creciendo y comprendiendo más todo.

- ¡Diego! Ya es tarde hay que irnos, todos ya estamos listos. – grito
la chica pelirroja afuera del cuarto de Diego, quien es el que tarda más en salir a pesar de ser el mayor de ellos.

- ¡Ahí voy! Que exagerada. –susurro lo último y siguió arreglándose.

- ¡Te estoy escuchando! – grito la pelirroja del otro lado de la puerta.

- Ya déjalo, ¿Cuál es la prisa? – pregunto la otra chica acercándose a ella.

- Mi urgencia es que ya me quiero ir, ¡Diego! – dijo el nombre del chico más alto para que saliera más rápido y así fue.

El chico salió de su cuarto muy bien arreglado y miro mal a pelirroja.

- ¿Listos? – pregunto el chico Alex acercándose a ellos.

- Si, todos listos, ya hay que irnos, antes de que nuestros queridos padres nos maten a nosotros. – hablo Diego con un tono de sarcasmo.

- Y ¿Por qué te arreglas tanto? Si no vamos a una fiesta. –pregunto Elizabeth viendo seriamente a Diego.

-  ¿Celosa? – respondió Diego a lo que Elizabeth lo miró con los ojos
entrecerrados – ¿Qué tiene de malo que quiera arreglarme? – dijo en un tono de defensa.

- No me molesta que te arregles, solo que no creo que sea necesario, vas a regresar todo sucio y lleno de sangre. – dijo Elizabeth guardando armas en sus trajes que los hace lucir mejor y se pega en la figura de cada uno.

- ¿Por qué mejor no se van a un cuarto? – comento Alex en tono de burla lo cual hizo que Diego lo apuntara con un arma.

- Dices otra tontería como esa y vas a terminar con una bala en la cabeza. – respondió en forma amenazante aun apuntando a su cabeza.

- Ya basta, déjalo. – dijo Camila bajando el arma y se acercó a Alex. – no vuelvas a decir esas cosas, sabes que ellos… – la chica fue interrumpida por Elizabeth.

- ¡Bien! Hay que irnos. – los miro con seriedad – ¡Ya! Ahora. – dijo
y salieron de la casa. Subieron al auto, Diego y Elizabeth en los asientos delanteros y los otros chicos en la parte de atrás.

- Tienes la dirección, ¿Cierto? – pregunto la pelirroja al chico de ojos verdes, quien empezó a conducir con seriedad y en silencio.

- Si, tranquila, la tengo, ¿Por qué tienes tanto interés en esto?
Pregunto Diego viendo a la chica de reojo, mientras también veía el camino, a lo que la chica solo suspiro y lo miro con atención.

- No es interés, son nervios, quiero demostrarle a mi padre que no soy la inútil que el cree que soy. – hablo Elizabeth con tristeza, viendo a la ventana.

Sus padres son muy cerrados y fríos, por ello no tienen tanta comunicación con ellos, solo cuando sus padres necesitan algo o algún trabajo, como asesinar personas que hayan traicionado su confianza o no cumplieron algún trato y es lo que van a hacer ahora.

- Ya te eh dicho que, a él, ni a nadie le tienes que demostrar nada solo… - Diego fue interrumpido por Alex.

- Mientras tu sepas que puedes, no importa lo que piensen los demás. ­ – el chico puso su mano sobre el hombro de la chica y ambos sonrieron, ella miro a Diego quien estaba enojado por la interrupción de Alex.

Estos dos chicos por más que se conozcan de toda la vida no se llevan muy bien que digamos, hacen sus trabajos juntos y hacen un buen equipo a pesar de sus diferencias, pero siempre uno termina arruinando el buen momento.

-¿Por qué tan callada, Camila? ¿A caso te comió la lengua el gato? – hablo en pelinegro tratando pasar el mal rato.

- Ja, Ja muy gracioso, Diego – respondió con sarcasmo provocando una risa en
los chicos – Solo no quiero interrumpir entre los novios y el entrometido que se mete cuando no lo llaman – Camila miro a Alex con un poco de enojo, pero el no le dio tanta importancia.

- Espera, ¿Qué? – Elizabeth comenzó a reír al escuchar lo que dijo Camila – ¿Desde cuándo tú y yo somos pareja, Diego? – la chica miro lo miro con una sonrisa esperando su respuesta.

- Desde siempre, solo que aún no lo aceptas – Diego la miro con una sonrisa, Elizabeth comenzó a reír y negó con la cabeza.

- Si Elizabeth, todos lo sabemos, solo admítelo y no te volveremos a molestar – Alex se unió nuevamente a la conversación

– Yo digo que desde que éramos niños ustedes estaban juntos y nunca nos dijeron nada.

- Y yo digo que te calles, ¿Qué te parece? – dijo la pelirroja con sarcasmo borrando su sonrisa – ¿Por qué creen que Diego y yo somos novios? – Ella pregunto viendo con atención a cada uno de sus amigos.

- Ay por favor, Elizabeth. Es más que obvio, pasan tiempo juntos, entrenan solos, sus miradas constantes y sonrisas entre ustedes, ya hasta nos han dejado a mí y a Alex solos – Dijo lo último de una forma dramática haciendo sonreír a Elizabeth.

- Bien, ya pueden dejar de hablar de eso, llegamos, así que prepárense. –

Hablo Diego con seriedad, apago el motor del auto para después voltear a ver a sus amigos y ellos a él – Antes de entrar quiero decirles algo importante.

La Estupida Traición Donde viven las historias. Descúbrelo ahora