El chico de la espada y la chica con las flechas le exigían que comenzara a tocar. Era su última esperanza. La presión que ponían sobre ella fue justamente lo necesario para que su mente tuviera una respuesta clara de lo que debía hacer ahora. Los insistentes gritos de sus dos amigos y el sonido chocante de las armaduras metálicas se volvió distante. Todo se detuvo de golpe para ella. Cerró sus ojos en busca de la concentración total, a pesar de la angustiante situación en que los tres se encontraban. Estaban rodeados por los caballeros del palacio que empuñaron sus espadas en dirección a ellos. La chica podía escuchar su propia respiración y el palpitar de su corazón. Inhaló profundo al canalizar todo el poder de su interior en el instrumento de cuerdas que sostenía. Exhaló; liberando el asfixiante aire que se atascó en sus pulmones.
Tomó el arco de su violín y lo colocó sobre el instrumento. Cuando volvió a abrir los ojos; una luz carmesí se encendió en ellos y su realidad volvió a la velocidad actual en la que sucedía todo. Comenzó a tocar una melodía con la que los otros dos chicos parecían familiarizados. Las cuerdas del violín se tornaron del mismo color brillante carmesí de los ojos de la chica. Ambos la miraron atónitos. El anillo que llevaban puesto cada uno; fabricado por una de las cuerdas del violín de su amiga; también brillaron un segundo.
La expresión en los rostros de los caballeros era una mezcla de terror y asombro. Retrocedieron un paso por instinto de supervivencia después de contemplar el alucinante poder que emergió de la delicada chica. La batalla comenzó y sus amigos no permitirían que se acercaran a ella. Estaban rodeados y todo se había vuelto un caos. Ambos se cubrían las espaldas sin desproteger a la rubia del violín. En menos de pocos minutos, las espadas chocaban fuertemente para salvar su vida. No podían separarse, pues, debían proteger a aquella chica que tocaba el instrumento de cuerdas. No sólo era una pieza, no sólo era un momento de recital.
La melodía sanaba cualquier herida interna o externa. Protegía las almas de aquellos valientes seres peleando por la necesidad de lograr que la verdad se supiera; bloqueaba el dolor de las múltiples heridas ocasionadas por las distintas armas que arremetía contra ellos. Las flechas que disparaba la castaña se agotaban y las heridas de su compañero no eran para nada superficiales. El violín nunca dejó de sonar.
La espada cayó al suelo y el chico apenas podía mantenerse de pie. Aunque las heridas no les causen dolor, aún son letales. La castaña corrió hasta su encuentro, no sin antes liberar la última flecha de su carcaj. Un arquero enemigo, logró atravesar su pierna derecha con una flecha infectada de veneno. Los querían muertos. La chica se desplomó al suelo cayendo a un costado de su amigo. Presionó la cortada sangrante de él, en un intento de detener la hemorragia. Sus manos, manchadas de sangre ajena, fueron atrapadas al momento en el que aquel chico posó las suyas sobre las de ella. "Vas a estar bien. Vamos a lograrlo". Dijo ella, sabiendo en su interior que era una gran mentira y todo estaba perdido.. El chico susurró unas palabras y le entregó su anillo, tornándose de un color azul. "Debes descubrir la verdad".
Fue lo último que pudo decir antes de que la melodía del violín se detuviera. Totalmente alarmada, la chica volteó inmediatamente en dirección a donde la música se apagó. La rubia, en un grito desgarrador, pronunció el nombre de su amigo. Intentó correr hacia él pero desgraciadamente la atraparon.
La castaña, con los ojos llenos de lágrimas, soltó la mano de su amigo y en un impulso de adrenalina, pudo ponerse de pie y llegar hasta ella a pesar del dolor punzante en su pierna. Sintió cómo el frío metal de una espada atravesó su cuerpo y cayó de rodillas al suelo. Su estado de shock no le permitió decir palabra alguna.
La rubia reflejaba pánico en su mirada. Tomó el rostro de la chica que se encontraba frente a ella de rodillas; sometida por hombres con armaduras. La dejaron tirada en el suelo y ella le hizo compañía. Entrelazó sus manos y sintió cómo una flecha atravesó su pecho. La castaña que la veía desde el suelo presenció a su amiga yacer junto a ella. El dolor físico ya ni siquiera se sentía real en comparación con el profundo dolor que nació en su corazón al ser testigo de la muerte de las dos personas que le importaban más que ella misma. Pudo sentir cómo la rubia apretó por última vez su mano. Lastimosamente, en sus últimos momentos, entendió que nunca estuvo sola.
Un destello de luz emergente desde la ira y desastre emocional; cegó a todos en el lugar, agotando totalmente la energía de la chica que lo había perdido todo; provocando que su luz atravesara como cuchillas los cuerpos de los hombres que en ese campo acabaron con la vida de los tres chicos. Juntos hasta el final.
<< Aquel día el cielo se nubló>>
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Dark Academia
FantasyLorena, Jackson y Emily compartían una vida antes de ingresar a la Academia. Solo que en esta vida no pueden recordarlo. Cuando tres personas comienzan a soñar una misma historia, ya no es coincidencia ¿o sí? Ese sentimiento los atormenta cada día...