06

885 139 53
                                    

Ahí lo tenían, el gran Wei Wuxian, quien no le tenía miedo a nada, capaz hasta de hacerle una broma al profesor más estricto de la escuela, sentado en frente a su computadora, hablándole a ese lindo peluche de conejo que compró en una de sus muchas salidas con Lan Wangji, y por obvias razones el de ojos dorados también tenía uno, porque desde que se conocieron Wei Wuxian no dejaba de comprar objetos para compartir con su "amigo".

Pero volviendo al tema, esa era justamente la razón por la que se encontraba ahora en un dilema.

Desde que conoció a Lan Wangji siempre eran muy cercano y hacían cosas que para él era normal de amigos, claro más de una vez sus amigos le preguntaron por esas acciones "cuestionables" hacía su compañero de lecturas, Nie Huaisang incluso le preguntó más de una vez si acaso tenía sentimientos por el Lan, pero el lo negó por completo, es decir vamos, es Lan Zhan, el tipo más serio que había conocido, aunque, a pasar de eso Wei Wuxian siempre se sentía feliz a un lado de él, podía hablar hasta por horas y Lan Wangji se mantendría en silencio escuchando cada una de sus anécdotas u opiniones, contestando con pequeñas frases o sus típicos "Mn" para hacerle saber que lo seguía escuchando.

Últimamente se estaba dando cuenta de lo rápido que latía su corazón cada que veía o pensaba en Lan Wangji, como tenía al chico es su cabeza todo el día, detestaba no estar en la misma clase que él,  por lo que esperaba ansioso cualquier oportunidad para verlo, incluso llegó a considerar cambiarse de clase para estar junto a él. Estaba consciente de todo lo que hacía Lan Wangji por él, más de una vez dejó lo que hacía o detuvo su tan querida práctica de música para pasar tiempo con Wei Wuxian, podía notar como era cerrado con todo el mundo pero hacía un esfuerzo por hablar con Wei Wuxian.

Y ni hablar de su físico, desde siempre se sintió fuertemente atraído por ese frío pero atractivo rostro, pero solo pensaba que era una forma de reconocer que alguien era guapo, sin embargo, estas últimas semanas estuvo teniendo muchos acercamientos a Lan Wangji que lo hacían sentir extraño.

- Por dios ¿Acaso me gusta? - le hablo directamente al peluche en sus manos - Nahhh imposible

- ¿Quién te gusta hijo? - una divertida voz femenina salió de la computadora frente a él, haciéndolo saltar y casi soltar el peluche de conejo del susto

- ¡AH! ¡MAMÁ! ¡¿QUÉ- ?!

- ¿Acaso olvidaste nuestra llamada diaria A-Ying?

- N-No claro que no es solo que, se me fue el tiempo, perdón Mami~

No mentía, se pasó tanto tiempo pensando en Lan Wangji que no notó que ya era hora de su llamada diaria con sus padres.

Wei Wuxian vivía a las afueras de la ciudad, casi en el campo, junto a sus padres, sin embargo, sus padres estaban ocupados en casa por lo que, para poder ir a su preparatoria actual, tuvo que pasar sus primeros años en casa de los Jiang, con quienes tenían una amistad hace bastantes años.

- A-Ying ¿como van las cosas por ahí? - se escuchó una voz masculina detrás de la mujer frente a la mujer

- ChangZe, cariño, a A-Ying le gusta alguien

- ¡¿Qué?! No eso no... -

- ¿Oh de verdad? - Un hombre alto con cabello ligeramente largo apareció en la pantalla, su rostro era muy similar al de Wei Wuxian pero con las cejas un poco más gruesas, mientras que la mujer a su lado tenía los ojos grises y la brillante sonrisa características de su hijo.

Ellos eran Wei ChangZe y CangSe SanRen, los padres de Wei Wuxian

- A-Ying ¿es una chica linda? - preguntó CangSe SanRen curiosa, si bien su hijo era un coqueto, nunca había buscado un relación y mucho menos se había sentido atraído por alguien

Sé mi Todos los díasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora