One shot - Futfem

Alexia Putellas (2)

Terrible influencia
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.

2011, este es el año en el que tu vida dio un nuevo giro. Ya sea en lo profesional al incorporarse al Levante Unión Deportiva dando sus primeros pasos en la Primera División española, o en lo personal, cuando conoció a Alexia. Ambos ficharon por este club el mismo año, convirtiéndose en los novatos del equipo.

La experiencia de Alexia en primera división sirvió de guía para navegar por los altibajos de este nuevo nivel de competencia. La propia jugadora se convirtió rápidamente en una roca para ponerte a tierra, la persona en la que puedes apoyarte cuando lo necesitas. Lo mismo ocurre con ella.

Aspirar a la misma carrera los acercó más. Siempre sentiste que estabas fuera de sintonía con la gente de tu edad. Eras introvertido y perfeccionista, decidido a lograr tus objetivos, algo inusual en un joven de 17 años. Sin embargo, fue diferente con Alexia.

Esta temporada ciertamente no fue la mejor de sus respectivas carreras, pero la burbuja de comodidad y felicidad que crearon le dio un sabor especial.

Eventualmente, estalló cuando sus caminos se separaron, con la promesa de mantenerse en contacto. Alexia acababa de firmar un contrato con el club de sus sueños, el FC Barcelona, ​​y soñabas con trasladar tu juego al extranjero.

Los años han pasado, y los acontecimientos de la vida han hecho que poco a poco perdáis el vínculo que os unía.

Fue hasta ahora.

Empezaste a pensar que tu estancia en el extranjero llegaba a su fin, como si fuera el momento de volver a España, cuando el Barcelona te hizo una oferta que no podías y que no querías rechazar.

Nunca imaginaste que encontrar a Alexia te haría sentir completo nuevamente, cuando ni siquiera te diste cuenta de que una parte de ti estuvo perdida durante tanto tiempo.

Todo estaba cayendo de nuevo en sus lugares, como si ambos nunca se hubieran dejado. Si las miradas anhelantes, los pequeños toques, su vínculo único dentro y fuera del campo habían sorprendido a sus nuevas compañeras de equipo, ese ya no era el caso. Siempre parecen gravitar el uno alrededor del otro, encontrando la paz al redescubrir sus hábitos pasados.

Acostada de espaldas en la cama de su habitación de hotel, espera que el sueño lo alcance. Perdida en tus pensamientos, casi te perdiste el sonido de tu teléfono, lo que te indica la presencia de un nuevo mensaje de texto. Rodando de lado para alcanzar el objeto de tu atención en la pequeña mesita de noche, te preguntas quién podría enviarte un mensaje de texto a esta hora.

“Asegúrate de hacer brillar tu luz mañana. Buenas noches, mi pequeña estrella. Papá ". Una sonrisa arrastrándose en tu rostro al ver el mensaje que tu madre solía escribirte antes de cada juego, tu papá tomando su hábito desde que falleció.

Te recuerda uno de los rituales que a ti y a Alexia les encantaba hacer en la víspera del gran juego.

Sin saber si estaba dormida o si siquiera lo recuerda, espontáneamente le envías un mensaje de texto:

“Encuéntrame en nuestro lugar”

Empiezas a pensar que ella nunca vendrá cuando escuchas el sonido de una puerta abriéndose. Ahí la ves, avanzando hacia ti, manta en mano.

“Te acordaste…” dice, suavemente rompiendo el silencio.

“Cómo pude haberlo olvidado” respondes en el mismo tono.

No se necesitan palabras después de eso, ella se acuesta suavemente sobre la manta a tu lado, permitiendo que su cabeza descanse sobre la almohada.

La noche es clara y se pueden observar perfectamente las estrellas. Con solo los sonidos de una ciudad dormida, ambos encuentran consuelo en la observación de estrellas, en el techo de su hotel por la noche. Como solías hacerlo.

Girando la cabeza hacia tu lado, Alexia se toma su tiempo para dejar que sus ojos deambulen por tu cara antes de hablar.

“Debería haber dicho algo en ese momento. Ambos estábamos tan enfocados en nuestra carrera que ni siquiera tratamos de hablar sobre el beso que compartimos. Todavía lo pienso ahora, nunca he sido capaz de sacarlo de mi mente en realidad…”

Con cuidado, mueves una de tus manos para cubrir la de ella. Cuando ella entrelaza tus dedos, te encuentras con su mirada, transmitiendo a través de tus ojos todo lo que ahora no puedes decir, como siempre lo has hecho.

En ese momento te diste cuenta que siempre ha sido la mujer de tu vida y siempre lo sera

Os mirasteis a los ojos durante unos segundos y eso fue todo para que Alexia se acercase y unieseis vuestros labios en ese deseado beso, que no tardo en volverse en una lucha de dominio entre vosotras dos

Pero como siempre ella tenía un dominio claro sobre ti, del cual nunca te quejarias

Y así seguio la noche, entre besos y abrazos os dormisteis juntas sin ninguna preocupación más que la de no volverse a separar lo que os quedaba de vida

“Estoy listo para explorar lo que hay entre nosotros, si tú lo estás”, dices finalmente, antes de cerrar los ojos

"Te amo T/N, te amé y siempre te amare" susurra en tu oído antes de caer dormida contigo entre sus brazos

Por la mañana el sonido de su nombre y el de Alexia los saca a ambos de su estado de sueño. Rápidamente te das cuenta de que los entrenadores te estaban buscando ya que eras el único que faltaba en el desayuno del equipo.

Esto luego le valió una conferencia de los entrenadores en dicho desayuno. Decir que el equipo está bastante atónito cuando descubren que Alexia "salió" la noche antes de un gran juego no es una subestimación. Llevándolos a ambos a lo que parece ser una burla interminable de sus compañeros de equipo, llamándolos una mala influencia para Alexia.

“Oh, sí, eres una influencia terrible ”, agrega Alexia con una sonrisa, sabiendo muy bien que, aunque le diste una cita anoche, ella es quien inició este ritual hace mucho tiempo.