Ángeles y demonios.

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Jamás podré olvidar la expresión que tenía, fue como si le arrancara un pedazo de su alma y fuera muriendo lentamente. Eran días de invierno. Las hojas que antes estaban en los árboles ahora se encontraban en el suelo y los pequeños copos de nieve empezaban a caer uno tras otro sobre las hierbas ya secas. Eran días difíciles, talvez el invierno más frio que he visto en mi vida e incluso el peor día de mi existencia.

Luke no solo era mi mejor amigo, era mi confidente y el gran amor de mi vida. Hace tan solo 5 años que le conozco y desde el primer día se ganó mi corazón. Para cuando le conocí tenía tan solo 12 años y tras su llegada a mi vida hizo que todo mi mundo diera un giro de 360°, mi vida ya no se sentía vacía, ahora tenía a ese alguien del que muchos autores hablan en novelas románticas. Desde su llegada todo era colores e incluso dulces y caramelos, esos mundo empalagosos que solía detestar hasta que el llego. Aunque irónico, eran mundos que siempre mantuve cautivos en mi mente. Mundos en los que pensaba solo en soledad y oscuridad.

Mientras que él fue la luz que iluminaba mi camino, yo fui la oscuridad que hundía el suyo. Juntos éramos mentes incomprendidas. Muchos dirían que éramos dementes. Aunque siempre considere que la más retorcida era la mía. Le arranque lo que más amaba, lo tome así sin más y lo destruí. Nunca sentí culpa antes de conocerle e incluso ahora después de los últimos acontecimientos de lo único que me arrepiento es de no haber evitado el trabajo que se me fue encomendó. Ciertamente no me equivoque.

Hace tanto tiempo que estaba atrapada y el finalmente me libero, bajo ciertos términos de ética talvez no fue lo correcto. Pero a veces se tienen que renunciar a las cosas que más amas para mantenerlas a salvo. Luke me demostró que aun soy capaz de amar y sentir como hace tanto que no lo hacía. Cuando corte sus alas le arrebaten todo, él era mi ángel guardián. Por decreto divino él debía estar a mi lado hasta que ya no lo necesitara, pero cada día estaba contado. Tenía que elegir. Todo, absolutamente todo es una elección y nosotros decidimos si tomas decisiones correctas o incorrectas. Algunos dicen que es decidir entre el cielo y el infierno.

Por mi parte decidí hacer una elección basada en los mandatos celestiales con caminos directos al infierno. Era el o sus alas. Para una cazadora de un linaje tan largo y mente retorcida como la mía, la elección era técnicamente fácil, pero nadie conto con que yo me enamoraría de mi presa.

Es probable que el me odie en estos momentos, pero prefiero que sea así. No me arrepiento de mi decisión. Tomaría la misma decisión mil veces si así fuera necesario. Le amo demasiado como para perderlo de la misma manera en la que hice caer a su hermano. 

Siempre he dicho que los humanos, somos presas de nuestros deseos terrenales y nuestros demonios naturales. Son deseo que siempre nos llevaran a la perdición. Al menos tengo el consuelo de que su alma sigue intacta y tan pura como el primer día en que lo conocí.

Decisiones que nos destruyen más haya de nuestro cuerpos, matan y corrompen mentes, decisiones que nos dejan en completa soledad. Al final simplemente fue una felicidad momentánea. Mi final fue igual que mi inicio.

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