Parte II

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Horas después llegaron al fin a la zona donde se quedarían. Era un campamento moderno, todas las cabañas tenían calefacción y baño incluido, había una zona de fogatas, un salón grande como comedor comunitario y hasta un estacionamiento.

El número de cabañas ascendía hasta 25, pues era una zona exclusiva utilizada para personas que les apasionaba el alpinismo y en época como la que estaban se practicaba montañismo. Por fortuna solo los acompañaba el tercer grado del Instituto y el número de cabañas que rentaron no superaba las 12.

El comité organizador de profesores era de 6, incluyendo a Jimin y Namjoon. Quienes se quedarían en la cabaña más pequeña pues además eran los que se levantarían primero a preparar todo lo necesario para las actividades de cada día.

Una desgracia para Namjoon, quien no estaba para nada acostumbrado a levantarse a las 4 de la mañana para hacer sonar la corneta y correr con jovencitas hormonales por el bosque.

Jimin por otra parte era un jovencito con energías ilimitadas o así lo veía Namjoon, pues nada más llegar al campamento, se bajó emocionado a respirar aire puro. Con alegría y optimismo gritó las primeras instrucciones del día: organizarse en los grupos ya hechos y buscar el número de cabaña que tenían asignado.

"¿No es encantador?" A su lado, la profesora de Literatura miraba todo el barullo que hacían los estudiantes, Namjoon que no estaba muy seguro a que se refería optó por guardar silencio.

"Esh, quita esa cara Kim. Estamos lejos de la ciudad y de todo ese ruido horrible. Incluso no se siente para nada la contaminación, ¡Encantador!"

"Solo estoy algo cansado por el viaje." Se intentó excusar el moreno. Su compañera asintió mientras agarraba su cuello.

"En eso tienes razón, pero ha valido la pena. Mira nada más lo hermoso que es este lugar. Jimin tomó una gran decisión al insistir en cambiar el destino." Namjoon estuvo de acuerdo.

Iba a darse la vuelta por su maleta, como todos los estudiantes, cuando un pequeño jalón en su abrigo llamó su atención. Era el pelinegro, que nada más cruzar miradas sonrió al más alto.

"Namjoon, mira, tienes que ver esto." Sin cejar su intento de mover al hombre más corpulento trató de convencerlo para que lo siguiera.

El moreno lo único que hizo fue levantar una elegante ceja y mirar como el azabache trataba de arrastrarlo inútilmente. En ese momento se dió cuenta de la nariz roja del menor así como sus mejillas, ambas sufriendo el cambio de temperatura casi de inmediato.

Mirando al cielo se dió cuenta de que lucía atiborrado de nubes grises, no parecía nada preocupante si no fuera porque el frío casi calaba en sus huesos.

"¿Namjoon? ¿P-profesor Kim?" Preguntó inseguro Jimin.

"¿Que te dije de hablar tan formalmente?" Quitando delicadamente el puñito del joven profesor de su abrigo, le prestó atención. "¿No te parece que hace mucho frío? Deberías ir por una bufanda."

Jimin sonrió mientras negaba con la cabeza. Convencido de que el moreno trataba de huir de él.

"Lo haré, pero antes quiero que veas algo ¿si?"

Suspirando se dejó guiar por él. Como todos estaban demasiado ocupados en sus asuntos, nadie se dió cuenta de los dos profesores que se perdían por un caminito de tierra, internándose entre los árboles y alejándose del sonido de las charlas amenas de los alumnos.

No pasó demasiado para que Jimin diera saltitos emocionados, dudando un poco tomó la gran mano de su compañero y lo jaló solo un poco hasta que se comenzó a escuchar un sonido demasiado claro para el oído de ambos.

Besos sabor a nieve ||nammin||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora