El bochornoso sonido de la lluvia, las calles cubiertas de charcos de agua sucia por todos lados, las pisadas transcurrentes de un lugar a otro sin detenerse, casi como una estampida de sucesos. Choqué con alguna persona de los millones que caminaban por la avenida, caí al suelo empapándome del barro apestoso que cubría mi ropa formal, de mi antiguo trabajo cuál fui despedida hace unas horas, observé perdidamente mis manos reflexionando ante la pérdida de mí poca dignidad, las voces susurraban alrededor mientras caminaban por mi lado, con una obvia molestia por haberme entrometido en su camino.
Vaya tontería seguir aquí, estoy harta -Me levanté del suelo sin levantar la mirada, dirigiéndome a mi casa tan pronto fuera posible antes de que otra catástrofe me ocurriera haya afuera, en el exterior.
-Llegue a casa-
Eleve la voz sabiendo perfectamente que nadie respondería al llamado, me quité los zapatos en la entrada para no ensuciar el interior, la ropa goteaba conjunto con mi cabello mientras caminaba hacia el baño, me deshice de la molestosa ropa para ingresar por fin a la ducha con agua tibia que purificaba mi cuerpo y mente, hasta tentarme a un encantador sueño. Podía sentir como el agua entraba de manera apresurada por mi nariz, ardor, eso es lo que sentía al despertarme de la tina con una mano en la cabeza quejándome por haber sido tan poco consiente.
-Tengo hambre, ¿Quedará algo en el refrigerador?-
Con el cuerpo aún mojado estaba enfrente de aquella nevera que omitía ruido sin cesar, "Vacío" comenté al verlo sin nada en su interior, algunos pensamientos se formulaban en mi mente, cómo por ejemplo; "¿Y la cena anterior que no terminaste, en donde está?" Me gire para observar la habitación con la puerta abierta, una aura oscura provenía de ella de una forma algo aterradora, obviamente sabía que debía hacer.
Camine por la habitación oscura en busca de algún interruptor, mi mano acaricio una de estas, enseguida presione para que la luz se encendiera, aquella ampolleta iluminó cada rincón de la ordenada habitación, la cama bien hecha sin ninguna arruga, las almohadas bien acomodadas cuáles combinaban con el color del cubrecamas, la alfombra limpia estirada como si fuera completamente nueva, los muebles relucían y cada accesorio de estos estaban ordenados por color. Abrí el armario en busca de ropa cómoda, saque aquel vestido horrendo que nunca use ni pensaba utilizar en alguna salida formal, estaba casi segura que me lo habrían regalado en aquellos intercambios de regalos en la empresa, pero tampoco me acordaba de él para ser sincera, así que no le tome importancia alguna para usarlo.
-Podría salir a comprar algo de comer, pero tengo los ahorros exactos para los gastos del hogar. ¿Me tendré que morir de hambre otra vez?-
Suspiré molesta, odiaba pasar toda la noche hambrienta esperando que el sueño me consumiera, "Aburrido" exclamé para nuevamente suspirar hasta que el sonido del timbre me interrumpió en mis agobiantes pensamientos, encaminé hacia la puerta, pero sin antes consultar quién estaba afuera, no se escuchó ninguna voz, mire de reojo al reloj que se encontraba al fondo en la cocina, estaban a punto de ser las doce de la noche, "¿Quién mierda viene a visitarme a estas horas?" La respuesta se volvió irónica, "Tal vez un antiguo exnovio borracho", reí en silencio al imaginarme a la incomodidad de esa posible escena con mi ex.
-¿Vas a abrir la maldita puerta o no, Christi? Me está dando un frío de cojones-
-¿Jack?-
Abrí la puerta rápidamente con sorpresa ante la inesperada visita, mi viejo amigo de la infancia estaba en frente mío con una mueca de molestia, su cabello negro despeinado con la camisa arrugada de trabajo, el olor a cigarrillo barato mezclado con alcohol. Lo dejé pasar aún con asombro, encendí las luces de la casa para que no fuera incómodo la oscuridad del hogar.
Se sentó en la silla con las piernas extremadamente abiertas quejándose, me acerque a la cocina para sacar un vaso de cristal para llenarlo de agua, lo deje encima de la mesa y este se lo tomo de un trago soltando un leve jadeo.
-Estúpida perra, le dije que éramos solo compañeros sexuales, ¿Pero sabes que es peor? Esa tarada se le ocurrió ir a casa de mi novia a decirle que estaba embarazada-Soltó de golpe.
-Entiendo-
-¡Y me terminó! Le creyó, cuándo era totalmente mentira. ¿Christi le considerarías a una zorra que viniera a tu casa a decirte que está embarazada?-Soltaba risitas como lunático por culpa del alcohol.
-No- "¿Acaso has visto una mujer con pene?...Bueno, puede ser" pensé.
-¡Já, suertuda!-Se rascó la cabeza incómodo-Supe que te despidieron, vaya mierda debes estar pasando, ¿Qué harás ahora?-
-Buscaré un trabajo a tiempo completo, o averiguaré en algunas empresas por ahí disponibles, mi última opción será trabajar en una tienda si es posible-
-¿Tú, de una simple vendedora?-
-Eh...¿Si?-
-¡La famosísima asistente administrativa trabajando en una tienda-Se burló.
-Necesito dinero, tengo que pagar los gastos, la casa, además de la deuda de mi padre-
-Tengo una excelente idea, ¿Y si mejor te vendes por ahí? He escuchado que están pagando bien-
-......-
-Conocí una chica con quién estuve una noche, un asco para el sexo oral si lo confieso, pero su lindo rostro lo recompensó todo, en fin, no tomo mucho tiempo en que me contara toda su maldita vida poca provechosa-
-Ya veo-
-En fin, reitero mi opinión Christi, puede que te paguen bien con tan solamente tener una bonita cara y quizá, un cuerpo bien estructurado. ¡Podrías hacerte millonaria!-
-Lo tendré en consideración, gracias por tu consejo-
-No lo pienses mucho, has vivido puras desgracias en esta inútil vida, ¿Por qué no hundirte en más mierda?-
-Sí....-
-Bien, me alegro de que me escuches Christi, estoy feliz de tenerte como mi amig...a-
Su rostro cayó sobre la mesa, lo miré por unos segundos preguntándome realmente si era una buena idea dejar aquel imbécil que había arruinado mi carrera en mi casa. Tal como había dicho, aquel chico que venía de vez en cuándo a mi casa a contar su día a día de la nada, es mi mejor amigo de la infancia quién me enamoré en el pasado, hasta que reconocí que era un verdadero idiota, aquel chico peli negro pálido con signos de ser un amante de las mujeres y el alcohol.
Este chico había sido el culpable de mi despido, aquel agradable sujeto había dicho durante años que robaba parte del dinero, incluyendo que hacía malas inversiones y consejos hacia mis compañeros, claramente lo había estado haciendo por años, la gota que derramó el vaso fue que me inculparon de haberme acostado con algún cliente que no existía, una historia sumamente jugosa sobre una emprendedora había tenido sexo salvaje con un extraño en la oficina con temor de que los descubrieran, ¿La evidencia? Se negaron a mostrarla.
La siguiente pregunta era, ¿Cómo sabía de qué había sido él? La respuesta era simple, lo había visto ir a la oficina antes de mi llamado, no tan solamente eso, había escuchado su conversación mientras esperaba afuera en el pasillo.
-Púdrete en el infierno Jack, espero que estés conforme ahora con esta mierda-
Entre a mi habitación dejándola con seguro, ni siquiera tuve que contar ovejas o hacerme un escenario imaginario con un hombre guapo, dormí como un tronco entre mis sabanas cálidas con un olor agradable a flores debido al detergente. "Qué se vayan todos al infierno, en especial tú, Jack" sonreí ante decir esas palabras en mi mente antes de cerrar los ojos para caer en el maravilloso sueño que no recordaría.
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「Tinta de Lágrimas」
Teen FictionAlgunas personas solamente tienen mala suerte. Christi Benoit es una de ellas, termina estando en lugares equivocados, momentos e incluso rodeada de personas erradas.