Aún era muy pronto, demasiado para ser sinceros. Solo era su alfa quien sabía, por aquello mismo de la marca que los unía y lo protector que podía ser. No era un simple alfa, así que no era sorpresa para él que su olfato fuese incluso más potente que el de cualquier cazador de su tribu, que aquellos que se encargaban de rastrear y formar caminos por los olores.
—Quiero una reunión con los demás líderes. Las fronteras deben estar unidas independientemente de que los rumores sean ciertos —ordenó firme el Yher, mientras afirmaba más su saber frente a los ancianos sabios.
—Una reunión en estos momentos traería vulnerabilidad a sus tribus en estos momentos, mi Yher, así que debemos esperar —habló el anciano con voz tranquila.
Karsy sí bien no estaba del todo preocupada, había una gran parte en su ser que lo llevaba incluso a desesperarse. Sus deberes habían incrementado y con ello su tribu, ahora abundaban los niños y niñas corriendo por el bosque y por doquier, risas, gritos y llantos. Era una atmósfera apacible que antes no se veía mucho. Desde que había entrado como líder había asumido la responsabilidad de proteger a todo ser de su tribu desde el más mísero anciano hasta el bebé que recién nacía, ese deber se le había impuesto desde pequeño, pero no de la manera correcta.
Había visto innumerables veces la injusticia en su propia justicia, incluso en su madre. Aquella que una de las tantas noches gélidas de dolor en su corazón, había sido cruelmente asesinada por la misma gente de su tribu, solo por amar a quien no debía y soñar con ser libre donde no podía.
Karsy había sido la marioneta de su padre toda su vida, pero también había sido la luz de su madre. La esperanza en la devastación, pero no fue suficiente. No para una omega.
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—Y luego quiso golpearme, ¡¿puedes creerlo?! ¡A mí! —se quejó el ojiazul, mientras contaba algunos recuerdos ya pasados en su vida. Mientras se encontraba sentado en una pequeña banca, con su alfa tras de él, peinado su liso cabello. —Mi padre lo mandó a castigar por eso —dijo.
El alfa soltó una sonora carcajada, pasando el peine de madera una vez más por los costados de la cabeza castaña que tenía ante él.
—¿Por intentar corregirte? —se burló. —Hubiera sido mejor que te regañara más.
El sonrojo en las mejillas carmín del omega no se hicieron esperar, salgan de inmediato sobre sus pequeñas alrededor de su respingada y pequeña nariz.
—¿Tu acaso dejarías que un hombre cualquiera regañe a nuestro hijo? —refutó Louis.
—¿De dónde sacas eso? No es lo mismo, omega. Mi hijo jamás hablaría tan altaneramente —contraatacó con diversión, sintiendo su pecho calentar. Su omega había dicho "nuestro hijo". Louis pensaba hacer crecer su unión y eso hacía contentar más a su alfa.
—Claro —dijo sarcástico el omega, mientras se levantaba de su asiento. —Nuestro hijo, no solamente "tu hijo" —corrigió, postrando sus manos en el pecho del ojiverde.
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Fierce - [✔️] (+18)
Lãng mạnNadie calma la sed de una fiera. Louis; el hermoso príncipe omega de Verne, es entregado por su padre a un alfa desconocido. Todo para parar la guerra que él mismo había comenzado. "Una flor por sangre" Karsy no es más que un alfa despiadado y sin...