Eres el ser más divino que he conocido.
Las clases de la tarde es lo que menos Beomgyu desea, odia física, odia matemáticas, odia a todos menos a toto.
Toto lo mordió en la mañana.
Odia a Toto también.
—¡Hey, gyu! —Soobin grita a la distancia. Lo ve por debajo de sus pestañas, el alto lo quiere invitar a un juego de "verdad o reto". Suspira un poco antes de negar y enseñar sus audífonos. Soobin no insiste.
Por un momento piensa en lo horriblemente considerado que es el azabache por dejarlo en paz, pero por otro esta enojado de que su amigo no note el estado de confusión extrema en que se encuentra. Así que sí, Soobin también se unió al circulo de personas que odia.
«Idiota, como quieres que te entienda si no sabe nada».
Ahora también odia a su conciencia.
El mundo es un patada en el culo en estos días.
Suspira, la música se colocada en aleatorio, lo entretiene con rock intenso que pasa a una balada en un parpadeo y luego a pop romántico. Esta tan jodido. En automático la imagen de ese chico viene a su memoria.
«¡Beomgyu, concéntrate!».
No lo hace.
Desde al rededor de dos meses Beomgyu se siente como si todo fuera rosa, lila, verde menta brillante, cagandose de luces y preciosidad al estilo de cualquier shoujo.
Lo odia, pero a le vez disfruta del cálido sentimiento que se extiende en su pecho, contagia su corazón agitándolo, y pinta de rojo sus orejas —tal vez un poco sus mejillas, pero le gusta creer que no—. Este sentimiento se hace una costumbre, al igual que su americano, lo llena de vida y lo convierte en un chico tímido, inexperto en el amor.
«Estas en esa edad», le recuerda su cerebro, pero no parece reconfórtalo lo suficiente. Se ahoga un poco más en sus pensamientos y en su chaqueta escolar con aroma a flores.
Le gusta un chico. Un chico con nombre y apellido. Un chico con fijación a los macchiatos y con demasiada energía concentrada en un pequeño cuerpo, que no sabe ocuparla en otra cosa más que en deportes: futbol, basquetbol, béisbol y todo lo que termine en 'bol'. Un insufrible estudiante de lentes negros y cabello del mismo color. Un chico poco más bajo que él y con temperamento sensible parecido a los chihuahuas.
Él rie, okay, quizá no debe de comparar a Taehyun con un peludo pequeño o el siguiente que termine en la banqueta será él.
Miró alrededor. Es una hora libre, algunos no están en el salón, otros ríen en las esquinas —como los amigos de Soobin que ahora va con su siguiente victima—, el resto anda en pequeños grupos o salieron a la cafetería. Él se mira natural recargado en el pupitre con su cara entre los brazos, es un método de "no me hables, no quiero gastar saliva", el resto lo respeta en silencio. Lo agradece, por dios que ama su privacidad cuando el día ha sido potencialmente agotador, pero ahora quiere que lo distraigan, que su corazón y mente se alejen de ese chico que lo mira desde hace rato, muy de seguro, intentando conectar miradas y preguntar sigilosamente '¿qué te pasa?'
Beomgyu no lo quiere ver, porque si lo ve, su pulso sube, su presión lo anotara como hipertenso prematuro, o lo que es peor, Taehyun notara lo perdido que esta por él y como puede llenar un cubo con su baba.
Lo odia, pero lo ama.
Ama estar interesado en otra persona. Ama la emoción de despertar por las mañanas con tal de estar un rato con él. Ama que las canciones de amor empiezan a tener sentido. Ama quedarse hasta la madrugada imaginado alguna vez poder estar con Taehyun. Es tan embarazoso, y entonces, lo odia otra vez.
Odia ser un cobarde por no poder confesarse, por tener miedo a que la atención que recibe se esfume ante la distancia creada por dos palabras. Odia que se muere de celos cuando otras personas son atrevidas y se acercan a Taehyun, cuando son más valientes e intentan llegar a algo más con él de bonitos ojos. Odia que Taehyun no ayude a disminuir este posible —muy fuerte— enamoramiento.
Entonces vuelve a la mismo: odia a todos.
No obstante no puede odiar a Taehyun, no puede sacarlo de su cabeza y aventarlo entre más amores imposibles, porque Taehyun es Taehyun y es encantador.
Taehyun que es apuesto aún con lentes de marco grueso y que cubren su mirada suavecita. Taehyun que es brillante porque se esfuerza en entregar todos los trabajos y ayudar a otros. Taehyun que no duda en empezar una conversación con otras personas desconocidas en un mismo cuarto, sacrificando el decir alguna estupidez, con tal de que el resto se sienta cómodo. Taehyun que sigue a grupos ya en disband como IZ*ONE o WANNAONE, haciéndolo entrañable. Taehyun que tiene un aura dominante y puede hacer sentir intimidado a los otros, ese mismo Taehyun que a penas hables cinco minutos con él, hace que elimines ese primer juicio de la mente.
Taehyun, que tiene su cerebro, concentración, memoria, vida de cabeza.
«Estas en esa edad». Sí. Pero lo odia.
—Idiota —dice, sus palabras apenas y traspasan la tela, no llegan al resto ni espera lo hagan.
Sucede de nuevo. Su vista se alza y se ve distraído por la figura de Taehyun, el azabache rie con entusiasmo al mal chiste de Shotaro. Se ve lindo, su sonrisa hace cosas malas en el pecho de Beomgyu, en su estomago que otra vez se suelta como los pétalos secos de un diente de león. Vuelan y suben, hasta perderse en el muchacho de enfrente.
En ese momento se pregunta: ¿por qué no arriesgarse? ¿Por qué no atreverse a decir las dos palabras? A hacer real estos sentimientos tras pronunciarlos en voz alta.
—¿Todavía tienes sueño?
—¿Eh?
Levantó su cara, en algún momento Taehyun se acerco a él. Taehyun esta con él.
Los lentes del azabache se resbalan un poco, los acomoda y se sienta en el banco desocupado, se encuentran cara a cara.
Por Ra, eso no debió de alterar a su pulso como lo hizo.
—Ujum, Gyu, ¿estás bien? —lleva la mano a su frente, el rubor pinta sus orejas, Taehyun sonríe—. Fue por anoche, ¿verdad? Lo siento.
No responde, el toque lo perdió en la nebulosa por un segundo, Taehyun sigue: —. No quería molestarte Gyu, de hecho ni siquiera sabía si seguías despierto, solo llame, lo siento.
Yacen los dientes de león aplastados, varios animales los acaban de pisotear.
Él regresa—. Taehyun, no molestas y tampoco estaba dormido, no soy Hyuka por favor. Puedes venir a mí o llamarme cada que lo necesites —dice, suena como un suplica, un tácito "haría por ti lo que fuera".
Taehyun asiente, luce avergonzado las puntas de sus orejas brillando en rojo.
Ambos se quedan en silencio, no hace falta decir algo más.
El azabache decide moverse, se acerca robando un auricular de su oreja, se relaja apoyando su espalda en la pared y cerrando los ojos. Por primera vez Beomgyu agradece la esquina donde le tocó sentarse.
Aprecia la cercanía, repasa los rasgos y la sonrisa de Taehyun al escuchar la música... El que solo este con él.
Beomgyu sonríe, cierra sus ojos y se deja ir.
Por un momento, uno muy chiquito, no odia a todos y le gusta más Taehyun.
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Firts Love | Beomhyun
Fanfiction"Por un momento, uno muy chiquito, no odia a todos y le gusta más Taehyun".