único

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– Le das mucha importancia a los ideales de tu familia Yoon, siempre dejas en segundo lugar al pobre de Seokjin– ambos omegas disfrutaban de la linda vista gracias al lago ubicado frente a su cafetería favorita.

– Claro que no Namjoon, Seokjin siempre ha entendido perfectamente, nunca me ha reclamado absolutamente nada. Mira– el mayor presumió triunfante el anillo de gran valor que adornaba su dedo anular.

–¿Cuándo te propuso matrimonio?–

– Hace dos semanas querido, tal vez en algunos meses ya estés recibiendo la invitación de mí boda– el mayor no pudo evitar sonreír con una pizca de egocentrismo, no era algo desconocido que supiera que su gran amigo Kim Namjoon haya tenido un enamoramiento hacia su alfa años atrás.

– Que felicidad, estaré más que ansioso, Yoongi–

(...)

– Es una grata sorpresa tenerte aquí querido– la señora Min lo había recibido con un gran y cálido abrazo.

Faltaban algunas semanas para la fecha de la boda; todos estaban emocionados y expectantes ante la unión de Kim Seokjin, uno de los integrantes de la poderosa familia Kim, familia conocida por estar integrada de poderosas panteras las cuales eran dueñas de diversas empresas de gran prestigio internacional ; y Min Yoongi, el preciado tesoro del clan Min, un bonito omega híbrido de vaca.

– ¡Amor estás aquí!– fueron contados los segundos para que tuviera las piernas de su omega enrolladas en su cintura, Yoongi se aferraba a su cuello olizqueando su aroma provocando un cálido y hermoso sentimiento de felicidad al tener al contrario tan cerca de él.

– Claro, tenemos que pulir los últimos detalles de la celebración, omega mío–

– Le doy infinitas gracias a Dios por ponerte en el camino de mi ternerito–

– ¡Mamá!–

– Para mí todavía eres un pequeño ternero al que debo cuidar y proteger– recriminó la mayor causando la risa del alfa, y la timidez de Yoongi.

– Señora Min fue un gusto verla, pero ahora me temo que le tengo que arrebatar a su pequeño Gi– Seokjin recibió un golpe en su hombro izquierdo.

– No te preocupes Seokjin, sé que tu siempre cuidarás de mi hijo–

(.....)

Las semanas habían transcurrido apresuradamente, la ceremonia y el festejo ocurrieron de forma correcta, alfa y omega eran más felices que nunca.

Al termino de aquella fiesta organizada por la misma pareja, se dirigieron a su sorpresivo destino que cumpliría la función de tenerlos durante toda su luna de miel.

Los bellos paisajes italianos eran las grandes obras maestras que estaban acaparando toda la atención del pálido omega.

– Bonita vista ¿no?– Seokjin posicionó sus manos en la cintura del menor, y claro, no pudo evitar acariciar por debajo de la camisa que su omega había elegido para hacer más cómodo el transcurso de su viaje. Aquellas experiencias no eran del todo nuevas para el omega, esas "inocentes" caricias estaban dentro de la barrera de lo permitido en cuanto a las actividades que podía realizar su pareja en él antes del matrimonio, sus orejitas se movían felizmente ante el toque contrario.

Claro, inocentes caricias que poco a poco alimentaban la sed y hambre del alfa, sed y hambre por poseer aquel delicioso cuerpo del cual el omega era dueño. Seokjin no pasaba desapercibido el increíble y redondo culo que Yoongi tenía, las tetas que con tan solo caminar rebotaban haciendo más difícil el trabajo de los botones para mantenerlas a salvo, los bonitos y rosados labios que poco a poco se convirtieron en los culpables de innumerables erecciones que el mayor había tenido que aliviar sin la ayuda de nadie más. En pocas palabras, Yoongi era el mismísimo pecado convertido en una ardiente persona.

Después del matrimonio (jinsu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora