𝐂𝐥𝐚𝐬𝐬𝐫𝐨𝐨𝐦 || 𝐓𝐚𝐞𝐠𝐲𝐮

t h i r t y f o u r

El día había llegado. Las semanas pasaron como todo en la vida. Era momento de entrar a filosofía y presentar el proyecto junto a Taehyunie.

— Buenos días, espero que no me defrauden hoy.— es lo único que dice el profesor Kim en cuanto entra, para después nombrar el orden en que presentaríamos. Nosotros somos los terceros.

Eso me pone aún más nervioso, tener que esperar por dos presentaciones y empezar a dudar de lo que hice no es una sensación muy bonita.

El primer grupo había elegido la historia de amor de Chandler y Monica de FRIENDS, algo que nos tomó a todos por sorpresa. Malditos compañeros que tienen buena creatividad y hacen buenos proyectos, me ponen más nervioso.

El segundo grupo fue mucho mejor que el anterior. Porque habían elegido el amor propio como tema, desarrollando la canción de thank u, next de Ariana Grande (ojalá la hubiesen reproducido porque me encanta).

Taehyun y yo nos miramos con sonrisas falsas, como si quisiéramos calmar los nervios del otro pero uno se encuentra peor. Nos levantamos en nuestro turno y comenzamos a hablar.

Expusimos la historia de Soobin y Yeonjun, lo que habían vivido y cómo se encontraban, además de comparar ambas épocas y ponernos a nosotros mismos como ejemplos. Contamos sobre lo que hicimos para llegar hasta ellos (claro, ignorando el hecho de que tenemos ilegalmente un anuario) y el día de la videollamada.

– Decidimos contar esta historia porque no es algo lejano a nosotros, a nadie en realidad. Fueron estudiantes de esta misma institución, pisaron los mismos pasillos y literalmente usaron los mismos baños.— menciona Kang y la clase, al igual que el profesor, ríe.

— Y a pesar de eso, vivieron otra situación. Sufrieron por el simple hecho de enamorarse, sufrimiento que fue en parte producido por estudiantes de aquellos años.— digo con voz clara.— Las generaciones están cambiando, muchos estereotipos y tabúes se están rompiendo. Pero entonces, ¿Por qué seguimos con miedo de salir a la calle?

— Este proyecto nos ayudó a darnos cuenta cuán importante es educar al resto, hablar y no quedarse callado ante la opresión. La mentalidad de las personas no puede quedarse en la misma que hace diez años atrás.— asiento ante las palabras de Kang.

— En Corea del Sur todavía no está legalizado el matrimonio igualitario —comento.— Sólo queremos que amar deje de ser un tabú —finalizo.

Mis compañeros aplauden. Luego de eso dejamos el trabajo impreso en el escritorio del profesor y volvemos a sentarnos.

— Antes que empiece el siguiente grupo.— interrumpe el profesor, que se levanta de su silla y se para a mitad de clase.— Me gustaría decir algo.

Nos miramos confundidos, ¿Hay algo mal en nuestro trabajo?

— Yo también fui un alumno de esta secundaria diez años atrás.— confiesa, pero no sorprende porque es algo que ya muchos sabían—. No era perfecto tampoco, no hablaba, no tenía opinión propia. Me quedaba tan callado al ver a alguien oprimido que no era consciente que eso me hacía opresor también — suspira—. Lo que quiero decir es que, al escuchar el proyecto de Kang  y Choi, no pude evitar volver atrás en el tiempo y recordar esas épocas. Por lo cual, desde mi más sincero corazón, me gustaría disculparme con su generación por ser parte de una que nunca avanzó. Educarse es algo tan importante por el simple hecho de que vivimos en una sociedad, pero a veces cuesta demasiado entenderlo.