Si Mark tuviera que describir su segundo año de universidad con una palabra, sería tolerable . No porque tenga problemas con sus clases en general, no. Sueña con estudiar periodismo desde los doce años y puede decir con orgullo que es el mejor de todas sus clases.
No es exactamente un nerd , porque mientras estudia hasta la saciedad en la biblioteca, también tiene una gran vida social con un círculo de amigos que asegura que Mark no perderá la cabeza tras pasar varias noches seguidas. (Ha sucedido antes, Mark necesitaba ser rescatado de la biblioteca).
Mark está muy contento con esa parte de su vida, muchas gracias. Está haciendo todo lo posible y tratando de hacer un poco más que solo sobrevivir a sus años de universidad, tiene un propósito. Quiere crear recuerdos con sus amigos, quiere ganar experiencia, ya sea algo que acaba de estudiar para la clase o una sesión desordenada de besos con un extraño en el baño de un pub.
Mark solo tiene un diminuto problema en su vida.
Nunca ha sido de los que piden muchas cosas a sus padres. Puede que estén bien, pero a veces todavía se siente culpable por pedir dinero. Él sabe que no es exactamente su culpa, ya que no puede encontrar un trabajo de medio tiempo debido a su apretada agenda, pero sabe que perder la fecha límite para las solicitudes de residencia definitivamente es su culpa.
Los documentos estaban allí, listos para ser enviados en la computadora portátil de Mark, y aunque Mark podría haber jurado que los envió, después de recibir un correo electrónico sobre el rechazo, tuvo que darse cuenta de que, de hecho, no envió los documentos.
Entonces, así es como Mark terminó en un departamento solo, pagado por sus padres. Y mientras que otros estudiantes matarían por tener su propio lugar, Mark ya tenía un trato con Jaemin de que vivirían juntos, por lo que no pudo evitar sentirse decepcionado: realmente no le va bien con la soledad.
Además, además de todo esto, el vecino de Mark simplemente arruina toda la experiencia solo por existir.
Todo comienza el día que Mark se muda.
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Tal vez su mamá tenía razón y no debería haber traído tantos libros. Le dolía la espalda y le ardían los brazos por el esfuerzo, e incluso el ascensor estaba fuera de servicio por mantenimiento, así que tuvo que subir dos tramos de escaleras.
Este complejo de apartamentos específico tenía cuatro apartamentos en un piso. El número de la puerta de Mark era 103, y en el momento en que colocó las pesadas cajas frente a la entrada, lo supo .
Había música proveniente de detrás de la puerta opuesta a la de Mark.
104.
A la persona que vivía detrás de la puerta 104 le gustaba la música rock fuerte, del tipo que raspaba los oídos de Mark por el camino equivocado. Hizo que le doliera la cabeza después de un tiempo, y el ceño fruncido en su rostro se profundizó después de escuchar un fuerte golpe.
