Capítulo uno: Su toque.

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—Maldición, ¿Qué es lo que no comprendes? ¡Me secuestraron maldita sea¡ ¡¿Y ustedes que hicieron?!— reclamé

—Dejame explicarte

—no hay nada que explicar, váyanse a la mierda todos.

Caminé hacia la habitación en la que me habían hospedado  y no planeaba abandonar aquel lugar, trate de agarrar el picaporte de la puerta, pero Ethan con un manotazo la alejó.

—No me toques- trate de repetir mi acción, pero nuevamente me apartó— ¡Joder, Ethan! ¡Déjame en paz!

Su rostro era una mezcla de frustración y enojo, respiró profundo y luego de calmarse habló.

—Por favor, Aiden, escúchame— Estaba desesperado, verlo así me provocaba reírme en su jodida cara

—no, métete lo que tengas que decir por el culo, te queda mejor en ese lugar.

Ignoró totalmente el hecho de que lo había insultado e insistió.

Era divertido verlo suplicar por perdón, me hacía sentir tan embelesado aquella sensación tan placentera, que, ahora gracias a él logré recordar.

—Aiden, no es lo que crees— Sabía lo que realmente había pasado, sabía que no tenían tanta culpa, pero aún así todo esto se pudo haber evitado.

Lastima que ya sea tarde porque lo  va a lamentar, todos, todos lo harán.

—Quisiera creer que no fue así, pero es lo que ví, los odio.

Lágrimas falsas invadian mi rostro, necesitaba mantener aquella fachada de "Aidan traumado" sabía que funcionaba, lo veía en su rostro, sequé aquellas lágrimas de cocodrilo, abrí la puerta y de un portazo cerré en su maldita cara.

Sonreí.

Se siente tan bien.

¡Chicos, ayúdenme!- pataleaba entre los brazos de mi captor, su agarre era tan brusco que con solo moverme sentía mis costillas siendo presionadas por sus fuertes brazos.

Miré a los chicos quienes se encontraban a unos cuantos metros, les suplicaba por ayuda, pero... ¿Por qué me ven así? Pero Ethan, los jodidos ojos de Ethan parecían suplicar perdón.

No entendía.

-chicos?- susurré, mis ojos se nublaban y cada vez pataleaba más fuerte hasta que el hombre deslizó uno de sus brazos cerca de mi abdomen y en cuanto un objeto frío se trasladó a mi sien dejé de forcejear.

Él hombre me arremetió contra una de las paredes de metal de aquel vehículo, amarró mis brazos y por precaución me esposó la pierna, se movía rápidamente y antes de cerrar las puertas del auto fijé mi vista en los chicos.

Mis labios pronunciaron un simple, pero doloroso "Váyanse a la mierda"  y justo cuando Ethan se movió en mi dirección la puerta fue cerrada haciendo estremecer mi cuerpo y el interior del camión.

Llevaba aproximadamente una hora y media aquí, el camión no ha dejado moverse lo cual me ha hecho vomitar en varias ocasiones y justo cuando mi espalda se arqueaba para dar salida a los pocos líquidos que quedaban en mi estómago, el auto se detuvo bruscamente haciendo que mi peso se fuera de lado para luego caer en mis malditos fluidos estomacales, las puertas se abrieron y la luz del sol invadió mi vista.

Pequeño, al fin juntos— ¿Qué tipo de situación es esta?

Tú... ¿Quién mierda eres?— pequeños fragmentos desconocidos paseaban en mi mente dando paso al gran dolor de cabeza que hace años no llegaba. El hombre se habia acercado, retiró las esposas y antes de que pudiera empujarlo para salir de este lugar me tomó fuertemente del brazo.

Detrás de ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora