Capítulo 8

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Es cierto. Ahora irían a su hogar y tendria a Minju a su entera disposición. Aunque sea solo para curar sus heridas. La tendria para ella sola. No pudo evitar sonreir. Era muy poco, pero se conformaría con verla un par de horas mas.

Minju: Chaewon, ¿Dónde estamos? – Pregunto semi dormida, al ver como entraban en un estacionamiento.

- En el aparcamiento del edificio en donde vivo, Minju  – Termino de acomodar su auto y la miro - ¿Puedes caminar?

Minju: Claro – Ambas se bajaron y comenzaron a caminar hacia el ascensor.

Una vez en el departamento, Chaewon dejo en uno de sus sillones a la mal herida pelinegra para ir a buscar su botiquín de primeros auxilios.

-¿Puedes sentarte? – Dejo el botiquín en la mesa ayudándola a sentar.

Minju: Solo estoy un poco golpeada – Le sonrio y se irguió – No voy a morir por esto – Volvio a reir pero se callo al ver el rostro serio de la castaña

- ¿Chaewon? – Se sorprendio mucho al ver como  la abrazaba por la cintura, comenzando a llorar desconsoladamente, como si hubiese ocurrido una tragedia. Sin saber como reaccionar, ya que Kriesha muy rara vez lloraba, pero nunca con esa fuerza, la abrazo, intentando calmarla. La acariciaba, le susurraba palabras tiernas en su oído, la mimaba, pero nada lograba consolarla. ¿Qué debía hacer? –Chaewon, por favor, deja de llorar. No soporto verte asi – Le rogo, mientras la levantaba del suelo, sentándola sobre su cuerpo, con sus piernas a cada lado de su cuerpo. Era una posición muy comprometedora, pero en ese momento solo podía pensar en que ese llanto se detuviera.

Chaewon: Pense... Pense que morirías – Le susurro entre lagrimas, aferrándose a su cuello, escondiendo su rostro en este – Pense que morirías, Minju. No podía soportar verte allí, peleando, en medio de esa cárcel de fuego – Su cuerpo comenzó a temblar, y la pelinegra la abrazo con mas fuerzas. ¿Qué era esa sensación que sentia al saber que Chaewon se preocupaba por ella? Era algo extraño, no porque no lo haya sentido antes, si no que porque temia sentirlo tan pronto. Queria protegerla, mimarla, cuidarla, estar siempre a su lado – Tuve mucho miedo, Minju.

- Perdoname Chaewon– La abrazo aun mas, como si eso fuera posible – Fue mi error. Me deje llevar por mi orgullo y solo logre preocuparte y, como si fuera poco, asustarte. Soy una idiota, lo se, pero por favor, no llores mas – Volvio a pedirle entre ruegos. No había nada que odiara mas en el mundo que ver llorar a alguien, y aun mas, si lo hacia con tanto sentimiento.

Las dos se sumergieron en un silencio, que solo era quebrado por los hipos que aun salían de los labios de la pelicorto. Seguian abrazadas, compartiendo su calor, su dolor, su preocupación. Ninguna quería hablar, ya que no querían moverse. Temian romper esa burbuja.

Minju se alegro al sentir como Chaewon dejaba de llorar y su respiración se iba acompasando. Eso significaba que podría hablar con tranquilidad con ella, aunque tendria que cuidar sus palabras para no hacerla sollozar nuevamente.

Chaewon: Disculpame, Minju. No quería hacerte pasar por este mal momento – Intento enderezarse, ya que al haberse pasado su miedo, notaba la posición comprometedora en la que se encontraba, pero los brazos de Minju no la dejaron. Aun seguían prendidos de su cintura como si fuera su salvación - ¿Minju?

- No pidas disculpas, Chaewon – Se callo unos segundos y luego comenzó a contarle su vida – Cuando cumpli los 17 años, comencé a entrometerme en esto de las peleas callejeras, ya que necesitaba dinero para los estudios, y mi madre no podía ayudarme. Estuve en ese ambiente varios años, pero cuando conoci a Kriesha lo deje de lado. Al fin y al cabo, si seguía en esas luchas era por costumbre, porque el dinero no lo necesitaba. Fuimos felices, o por lo menos eso crei yo, mucho tiempo, pero con su traición solo pensaba en olvidarme del dolor, por eso volvi a la arena. No pelee, mas que unos pocos golpes para poder llegar hasta Yeji, pero cuando me enfrente a ella, deje que me usara de saco de boxeo. Queria sufrir. Queria que me doliera. Queria olvidarme de todo, pero no lo consegui. Como tu me dijiste, no solo me dolia el alma, si no que también el cuerpo – Chaewon comenzó a llorar nuevamente pero en silencio. Sin querer, las lagrimas caian por sus mejillas, mientras sus manos acariciaban ese sedoso cabello negro – Volvi por el orgullo. Siempre supe que podría derrotar a Yeji, y quería demostrármelo a mi misma, pero algo salio mal en medio de la lucha – Alejo a Chaewon de ella un poco, para poder mirarla directo a los ojos.– Ese maldito comenzó a insultarme, con mi padre, con mi vida, con Kriesha, pero cuando amenazo con lastimarte, perdi la razón. Esa maldita infeliz me dijo que te lastimaria, Chaewon.

Disappointment & Love (2kim G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora