Prólogo I

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El día que todo se iba a deteriorar Louisa Seamen se despertó a las 12:15 del mediodía, su pelo rubio como el oro estaba disperso en la almohada bordada que sus padres le habían regalado muchos años atrás y su cuerpo desnudo estaba cubierto por la remera de Marcos, el chico que amaba.
Fue un mal año para todos y Louisa no era la excepcion. En ese momento estaba cegada, pero sentía algo en su interior que la dejaba intranquila, un sentimiento de recelo y advertencia; su tía estaba internada hace unas semanas, su novio estuvo actuando raro, madre estaba raramente decaída, y ella, oh Louisa, ella lloraba cada noche.
No todo fue negativo ese día, sus ojos marrón oscuro siempre buscaban una razón para sonreír, una forma de hacer sentir a todos bien.
Louisa no sabía que ese sería el verano que la formó, hasta hoy.
Mi nombre es Louisa Seamen, y esta es mi historia.

"El verano que nos formó" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora