Habían pasado ya varias semanas desde aquella conversación con su hermano, de la cual ya no se habló más, últimamente se veía más desaparecido de la casa por asuntos de su pandilla, pero ella decidió no preguntar.
Las clases habían sido aburridas como siempre, el calor del verano ya se hacía presente, la pelinegra veía divertida por la ventana de su salón de clases como a un niño que se encontraba cruzando la calle se le derretía su paleta de hielo, aunque también agradeció mentalmente no ser aquel niño desafortunado.
Después de clases camino hasta el lugar de entrenamiento donde Yuzuha la recibió con una sonrisa como siempre, realmente le tenía cariño la admiraba tanto, siempre había querido una hermana y sin saberlo si quiera la había encontrado en ella.
Yuzuha: El entrenamiento de hoy fue bastante cansado ¿Puede que no esté muy en forma?
______: ¿Iras con tu hermano al boliche hoy?
Yuzuha: Si ¿Quieres venir?
_____: Lo siento, estamos en finales y realmente tengo que estudiar, pero dejémoslo para otro día ¿sí?
Yuzuha: Ten cuidado al regresar, ya es tarde e iras tu sola por favor llama cuando llegues a tu casa.
_____: Lo haré ¡te veo mañana en el entrenamiento!
En las calles de Japón la noche ya se hacía presente, las personas ya no salían mucho por esa zona y a la joven comenzó a preocuparle, las piernas le temblaban un poco, conservaba aquel llavero con cosas para defenderse.
Había ido a clases de dojo para demostrar lo fuerte que era, realmente quería convencerse de que podía sola pero el miedo no se iba.
Apresuró el paso rogando por cruzarse con alguna señora o alguien de su edad en el camino, quería regresar rápido a su casa, lo antes posible.
Sin embargo, al doblar la esquina había unos tres chicos bastante grandes, estaban acorralando a alguien con un uniforme de su escuela, era una chica. Quiso correr a ayudarle, pero su miedo se lo impedía.
Tenían bates de béisbol en su poder, ir a ayudar a esa chica era una terrible idea, pero entonces vio su cara y se percató que se trataba de aquella chica que se sentaba al lado de ella en cada clase.
Emma Sano era su nombre siempre era reservada con todos, pero extrañamente a ella le había saludado en un par de ocasiones. Cuando le tocaba limpiar el salón, ella se quedaba, aunque no fuera su responsabilidad.
Su cabello rubio y con ondas caía sobre sus hombros, era bastante linda le sorprendía que no fuera popular o que estuviera en problemas cuando nunca se metía con nadie.
Era amable incluso sin decir nada. Quería irse realmente quería hacerlo, pero no podría dormir esa noche si la dejaba ahí tirada, no se veía como que fueran a parar...
Akira: Ya dinos ¿Dónde está tu maldito hermano? El invencible Mikey tiene miedo de charlar un poco con nosotros–Se burló con los demás chicos que lo acompañaban-
Emma: ¡Ya les dije que no se! –Sus piernas temblaban, pero su voz parecía firme- ¡Por favor ya déjenme ir!
Choji: Vas a dar la cara por esa basura, a la que ni siquiera le importas, niña... ¿Enserio quieres morir?
_____: ¡Por favor ya déjenla ir! –Su voz temblaba como el demonio, pero hacía todo lo posible por verse valiente-
Akira: ¿Y tú quién mierdas eres? ¿Vas a traer al líder de Toman?
Choji: Escuche que derroto a todos los Black Dragons por sí solo, quisiera ver a ese monstruo con mis propios ojos.
Emma: ¡Nosotros no tenemos nada que ver en esto!
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Sin limites (Manjiro Sano y tú)
FanfictionNi el tiempo, ni la distancia, ni las adversidades, pueden detener a dos almas que estan destinadas a volverse a encontrar. -Los personajes no me pertenecen, solo la protagonista. -Creditos a los autores de las imagenes que se presentaran en los cap...