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Si me hubieran dicho la realidad detrás de la industria del K-Pop, definitivamente nunca me hubiera convertido en idol.

Trece tenía cuando decidí dejar todo atrás, mis costumbres, mi país, mis amigos y hasta mi familia.

Catorce tenía cuando debuté y comencé a darme cuenta de lo que realmente estaba haciendo con mi vida.

Quince tenía cuando supe que ya no habría vuelta atrás, no existía un botón de pánico.

Solo era un niño tonto que no sabía lo que en verdad ocurría detrás de las cámaras, un niño tonto que quería ser reconocido por hacer lo que ama y seguir su sueño, un niño tonto que tuvo que madurar a temprana edad sin el apoyo de sus padres.

En Norteamérica los jóvenes son expuestos a tener en sus manos el poder de usar un arma. A mi me dieron el gran poder de decidir mi futuro, pero era un adolescente y los adolescentes se equivocan.

Los lápices de mina traen goma de borrar porque eso hace la gente, equivocarse. Pero a mi no me dieron esa oportunidad, mi lápiz era de tinta, y permanente.

Llegó un punto donde solo sabía una cosa: No me pertenezco a mi mismo.

Me lanzaron al mundo sin saber nada, me hicieron parte de su consumo, me utilizaron, hasta que no quedó nada de lo que fui en algún momento.

Nadie me enseñó como lidiar con los malos comentarios, que hacer cuando tenía una crisis de pánico, que hacer si una persona se sobrepasaba conmigo, como marcar ese límite entre mi privacidad y mi vida pública.

Pensaba que si era transparente y mostraba como era en realidad, indefenso. La gente quizá se apiadaría de mi. Pero la gente es cruel. 

No se puede agradar a todo el mundo y eso me afectó de sobremanera. 

Para mi lo peor fue tener que entender que por querer cumplir un tonto sueño sacrifiqué mi vida entera.

Aunque suene muy egoísta, siempre he sentido algo de alivio al saber que no soy el único que pasa o pasó por eso. 

Todo el grupo sufre el mismo infierno.

Pero hay alguien en específico que fue arruinado hasta el punto de casi desaparecer. 

Sunoo era un pilar para nosotros, siempre sonriendo nos contagiaba su alegría. Fingía que los malos comentarios no lo dañaban, mostraba confianza ante todos. Pero simplemente llegó un punto de quiebre donde no aguantó más.

Como una historia literaria en la que llega el clímax, cambiando completamente el rumbo y la ambientación de la historia. Sólo que ésta vez sin final feliz.

Desde que comenzamos a acercarnos generé cierta atracción romántica por el, tuvimos una conexión inmediata. No sé si era mi niño interior buscando un refugio o si realmente lo amaba.

Él es el tipo de persona con la que puedes reírte y pasar tiempo de calidad, pero también el tipo de persona con la que puedes hablar sobre lo que aparece en tu mente cada noche y te atormenta diariamente.

Nunca me ha gustado leer pero Sunoo es la única excepción. Para mi era como un libro abierto que podría leer siempre sin aburrirme, me lo sé de memoria.

Pero siempre hay un pero.

Cuando nos dimos cuenta de que nuestros sentimientos iban mas allá de la amistad decidimos que lo mejor era alejarnos. 

Nunca en mi vida he terminado de leer un libro y en éste caso no sería diferente.

A pesar de todo siempre leí a Sunoo desde lejos.

°˖✧Primera promesa rota✧˖°- - SunkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora