1- Que vida la mía

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Solo quiero conversar
Solo quiero conocerte
Dame un poco de tu tiempo para covencerte
Yo solo quiero ser tu amiga
Y me muero por salir contigo...

(Cuando escribo en cursiva son pensamientos propios, como si hablará consigo misma)

Rubí

la vi alejarse por el pasillo y no fui capaz de quitarle los ojos de encima ni tampoco esa sonrisa boba de mi cara.

me presente en la oficina de la veterinaria a cargo una mujer muy joven un poco mayor que yo, pero por la cantidad de fotos que tenia en la oficina llevaba mucho tiempo trabajando en el lugar, obviamente como yo no era voluntaria si no mas bien una especie de convicta que debía cumplir con el trabajo social, me mando a ponerme botas un overol y a limpiar las jaulas de los perritos

mi falta de experiencia me jugaba nuevamente una mala pasada tenia guantes una escoba, pala y bolsas pero el viento desordenaba mi pelo, entre el aroma, los ladridos, la forma en como me olfateaban y el viento me estaba desesperando un poco, habían algunos perros que no me dejaban pasar y otro que saltaba y pisaba la caquita que estaba junto a el y luego me tocaba a mi, no quería odiar al Miguel pero era casi imposible

eso no fue nada comparado con la hora de comida, pecaba de inexperta tome el contenedor de la comida y me acerque a los platos sin antes guardar a los perritos en sus jaulas, el sonido de las croquetas fue suficiente para que todos se lanzaran sobre mi, no tuve la fuerza suficiente para mantenerme en pie y termine sentada sobre el contenedor de agua, no quería llorar, pero sentí tanta impotencia, rabia porque yo no hice nada para estar ahí y ese era el día uno de seis meses

- ¿ mal día? dijo alguien mientras estrechaba su mano para ayudarme

quería secar mis lagrimas, pero tenia las manos llenas de barro, levante la mirada y era ella, la misma niña de los rulitos que me entrego el audífono, su sonrisa me obligo a devolverle una también

- un poco, respondí mientras estrechaba su mano y sorbeteaba un poco mi nariz

ella se quito su guante y seco alguna de mis lagrimas

- ¿ nadie te dijo que se guardaban antes de darle de comer verdad?

negué con mi cabeza

- ¿ no eres voluntaria de verdad cierto? ¿ eres voluntaria obligada ?

yo solo asentí

- cada vez que viene alguien castigado y no por gusto la Jaci hace lo mismo, los manda a recoger la caca y luego a darle comida sin indicaciones

me sentí mal después de escuchar su explicación trate de no llorar pero me daba pena porque me estaban juzgando y no era correcto

- ya, pero tranqui, no llores, eres muy bonita para llorar po, dijo mientras secaba mis lagrimas con su indice - ¿ ya te asignaron supervisor?

negué mientras ella seguía secaba algunas de mis lagrimas rebeldes

- ¿ te tinca si le digo a la Jaci que te asigne a mi?

volví a asentir y sonreí

- ya bacan iré a hablar con ella, igual si quieres puedes hablar y no solo mover la cabeza

- ¡ay perdón!, no me di cuenta

se reía tan bonito - no pidas perdón, voy a hablar con ella dijo sonriendo una vez más

aun no sabia su nombre, pero el día se estaba volviendo un poco mas lindo después de su encuentro, fui al baño y me cambie lo bueno es que el overol era impermeable, y no moje mi ropa, pero estaba muy sucia cuando iba saliendo la veterinaria me llamo a su oficina, para compatibilizar mis horarios con los de la u, tenia disponible todas las tardes desde las 17 hrs, habían dos grupos a los que yo podía ingresar que hacían voluntariado desde las 17 hasta las 21hrs, de lunes a viernes

Ojitos Lindos / RubirenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora