All too well [Caius Vulturi Fanfic] [Finalizada]

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Estaba en mi residencia en Alaska, pintaba un cuadro a memoria, la mia bella Venezia, extrañaba aquel lugar, hace años no lo visitaba, tampoco me atrevía a hacerlo, ni siquiera me atrevía a pisar Italia como tal, era una tortura para mí estar en aquel lugar.

Escucho unos pasos segundos antes de los golpes en la puerta, dejo los pinceles y la pintura en la mesa, me voy limpiando las manos mientras camino y abro la puerta

—Carlisle, que sorpresa verte

—La sorpresa fue mía al enterarme que estás aquí —pude ver que venía acompañado

—Adelante, no se queden en la puerta —les invito a entrar

—Ella es mi esposa Esme

—Es un placer

—El placer es mío, soy Chiara Bianchi —me presento ante ella —. ¿Qué puedo hacer por ustedes? Dudo que hayas venido solo para verme.

—Necesitamos tu ayuda.

—Soy toda oídos —me siento mirándole a los ojos

—En Forks están ocurriendo muchos casos de desapariciones, en Port ángeles y Seattle también, creímos que era porque estábamos ahí y que eran unos nómadas llamando la atención, pero parece ser algo más grande —explica él

—Me estoy perdiendo ¿En qué soy útil? No soy ninguna rastreadora

—No, pero tú don nos sería muy útil, cada vez que encontramos algo se nos escapa, pensé que...

—Pensaste que podría neutralizarle convirtiéndole unos segundos en humano ¿Verdad? —continúo por él

—Exacto, irnos de ahí no solucionó las cosas y uno de mis hijos decidió no querer vivir si no está con su compañera, así que volveremos a Forks ¿Nos acompañas? Podemos decir que eres nuestra nueva hija —ofrece

—¿Ser su hija? No me lo tomes a mal, pero ni de coña, Chiara Cullen no suena agradable para mí. Puedes decir que soy hija de un amigo tuyo que viene a trabajar o estudiar, pero ni pienses que entraré a la secundaria de nuevo

—¿Eso significa que vienes con nosotros?

—Sí ¿Cuándo nos vamos?

—En cuánto termines tus maletas —dice, no puedo evitar soltar un suspiro y asiento

Voy a mi cuarto a ordenar mis cosas, armo mi maleta, no tenía pensado llevar muchas cosas, era muy probable que terminara comprando allá, así que solo hice una maleta con las cosas importantes.

Al llegar a Forks, o mejor dicho a casa de los Cullen, sentí todas las miradas puestas en mí, estuvieron hablando un tiempo e hicieron una votación sobre si la humana debía convertirse o no

—¿Por qué me hacen esto?

—Decidiste que no ibas a vivir sin ella, no quiero que mi hijo muera —dice Carlisle

—Déjenme ver si entendí. Se quiso matar por no poder tener a su novia y cuando le dan la opción de tenerla eternamente la rechaza, no puede ser posible —murmuro —. ¡Stronzo! Te están dando las cosas en bandeja de plata y aun así tienes el descaro para quejarte.

—¿Que hace ella aquí? Es peligrosa, puede poner en peligro a Bella —dice Edward, el cobrizo suicida

—¿Ah sí? ¿Soy peligrosa?

—Eres una Vulturi

—Te equivocas, querido, me presento, soy Chiara Bianchi, te recomiendo que si vas a hurgar en mi mente veas todo y no saques todo de contexto.

La primera noche que estuve aquí me dediqué a recorrer el lugar para poder conocerlo y así no perderme, recorrí varias calles e incluso llegué a la ciudad de al lado y más allá.

Seattle.

Al ser más grande sucedían más cosas durante la noche, más considerando que los adolescentes salen de fiesta tal y como yo hice en su momento.

Veo a una chica de unos quince años, la veo mientras intenta robar unos bocadillos, voy a una tienda cercana que estaba abierta y compré varias cosas para comer y beber, además de dos te, salgo y me acerco a aquella chica

—Ven aquí, te traje algo de comer —le ofrezco, ella se acerca tímidamente, toma un vaso de té y algo para comer —. ¿No es tarde como para que estés fuera? ¿Necesitas ayuda?

—Mmm

—Disculpa mis malos modales, soy Chiara Bianchi —le extiendo una tarjeta con mis datos —, puedes llamarme si necesitas ayuda o si quieres charlar

—Soy Bree Tanner —responde tímidamente —. Dudo que alguien me extrañe en casa

—¿Necesitas ayuda, cariño?

—Mamá se fue de casa y papá bebe mucho y se pone violento —aquellas palabras llaman mi atención, no se sentía segura en casa, por eso estaba fuera

—¿Quieres venir conmigo? —ofrezco

—No se preocupe, ya volveré a casa

—Bien, pero no olvides que puedes llamarme si algo sucede.

—Gracias...

Era horrible cuando encontraba ese tipo de casos, odiaba que los padres maltratasen a sus hijos.

Volví a casa antes del amanecer, me di una ducha y me puse otro tipo de ropa

—Ven con nosotros Chiara —Pide Carlisle —. Tenemos un tratado con una manada de lobos y lo ideal sería que te conozcan para que así sepan reconocer tu aroma y no te consideren una intrusa.

Asentí ante sus palabras, les seguí al bosque y llegamos a una parte que era atravesada como por una especie de zanja, del otro lado aparecen varios lobos

—Quieren saber quién es —nos dice Edward

—Hola, soy Chiara Bianchi, è un piacere  —Hago un gesto con la mano para saludarles

—Preguntan si su dieta es como la nuestra

—Primero que nada, buenos días ¿no? —escucho la pequeña risa que suelta Rosalie —. Estoy aquí de forma temporal, hasta que su problema con nómadas se solucione, me alimento de sangre animal, sangre humana y comida humana

—¿Comida humana? —ahora parecía que todos tenían esa duda sobre mí, menos Carlisle y Esme, a lo que decido usar mi don y transformarme por unos minutos en humana

—Gracias a mi don puedo transformarme a mi o a otras personas en humanos, inútil en mundanos, muy útil en seres del mundo sobrenatural —explico

—Dicen que mientras no caces por aquí todo bien y les gustaría un día invitarte a alguna fogata, se les hace curioso tu don.

—A lo de la fogata digo que sí, pero a lo otro... no es que haga algo malo, los humanos a los que dreno son solo malas personas, créanme cuando digo que le hago un favor al mundo —les sonrío antes de volver a ser vampira

Un sentido que tenía más desarrollado que los demás era el olfato, podía distinguir que entre ellos hay una loba y estaba segura que era la más pequeña, cruzo al otro lado haciendo que todos se alerten, saco una de mis tarjetas del bolsillo y se la ofrezco, ella me mira confundida y toma la tarjeta con el hocico para luego retroceder

—Ciao!

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Adelaide Kane como Chiara Bianchi