Y en sus ojos vi todo lo que siempre quería y necesitaba, sus ojos azules como el mar inundaban cada parte de mi y me hacían querer estar con él cada segundo de mi vida.
El verano en el que Jeremiah Fisher seguía siendo dueño del corazón de Sabrina...
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Apenas llegamos por Taylor nos abrazó como si no nos hubiera visto en años, la había extrañado. Hicimos una parada para comprar un helado que compartimos entre las tres, y Taylor decidió darnos nuestro regalo, que eran unos bikinis, el de Belly era uno de color morado y el mío blanco, me encantó.
—Entonces, donde es la fiesta hoy? —dijo Taylor mientras comía del helado.
—Oh, pues, nos quedamos en casa, Susannah hace langosta —dijo Belly mientras Taylor negaba.
—Cumplen 16, en serio nos vamos a quedar en casa comiendo langosta? —dijo mirandome a mi — Venga, vamos a algún sitio, fiestas seguro hay
—Bueno, hay una fiesta, en casa de Nicole —dijo Jeremiah —Podemos ir
—Si, eso es lo que necesitaba, gracias Jeremy —dijo Taylor sonriéndole, yo solo rodé los ojos y comí del helado.
Le dije a mi hermana y a Taylor que iba a caminar un rato por la playa, ellas solo asintieron. Caminé sola durante un rato hasta que noté la presencia de alguien.
—En serio? caminando por la playa sin mi? me siento ofendido — dijo Jeremiah
—Pensaba que ibas a seguir ignorándome —dije y frené para mirarlo a los ojos.
El hizo lo mismo, me miro, con esos ojos que tanto me gustan, esos preciosos ojos azules, Jeremiah Fisher odio lo que produces en mi, odio que me gustes tanto y odio tanto esos preciosos ojos azules que me hipnotizan cada vez que me miran.
—Lo siento —dijo —Siento ser un imbecil, pero es que, necesitaba tiempo.
—Tiempo? para que? — lo mire confundida, el se acercó a mi, yo quede estática en mi lugar mirando sus ojos intentando que mi mente no quedara en blanco por la cercanía entre los dos.
—Tiempo para aclarar mi mente, para saber que siento, para ver que hacer contigo, con... con nosotros
—Nosotros —dije en un susurro.
—Si, nosotros Brina — acarició mi mano, no sé en qué momento estábamos tan cerca y con las manos entrelazadas, solo disfrutaba el momento.
Quería hacerlo, necesitaba hacerlo, iba a hacerlo. Estaba a nada de que mis labios rozaran los suyos pero una voz nos sacó del trance, Gigi.
—Jeremiah —dijo acercándose, yo solo me separé de él, notaba mi cara ardiendo, mire a Jeremiah, tenía las orejas rojas y tenía una cara de molestia al ver a Gigi.
—Vendrás hoy a la fiesta de Nicole? —me miro —Oh Sabrina, feliz cumpleaños, felicite a Isabel hoy a la mañana, espero verte después —yo sonreí y le di las gracias para luego marcharme de ahí, me sentía muy incómoda con la presencia de Gigi y la mirada de Jeremiah.
