Negro.
Era lo único que podía ver.
Le recordaba a cuando estaba durmiendo.No sentía su respiración, no sentía su rostro.
Su pecho, sus piernas.
Quería dormir.
Dormir no dolía tanto.¿Eso eran sus lagrimas, su sangre, o el agua del inodoro?
Su nula conciencia ya no le permitía diferenciarlo, cediendo a aquel desfallecimiento que sólo permitió que aquellos pequeños bullys siguieran jugando con su cuerpo.Una patada en sus piernas, sonó tosco.
Su cabeza volvia a ser sumergida en aquella sucia taza. Ya nisiquiera respiraba por cuenta propia.
Su poleron morado, manchando de sangre, escupitajos y agua, tal vez estaría temblando del frío.
¿Por qué?
Otra patada, en dirección a sus costillas.
Pareció haberlo despertado a su contra, soltando un chillido agudo, pero bajo.
Ya nadie lo oirá.
Ya nadie vendría a rescatarlo.Bleed, ¿dónde estas?
Intentó adolorido y de manera vaga cubrir sus cuencas una vez lo volvieron a tender en el suelo, intentando ignorar sus risas y murmullos.
"Abre la boca", oyó de aquel felino con un zumbido en su oído, tosiendo y expulsando un poco de el agua que habia entrado. Lo abrieron a la fuerza, llenando su cavidad con papel, sintiendo áspera su lengua y su garganta presionada.
Intentó escupirlo, pero ya no daba a más, solo podía soportar un poco más.Oh, lo que vendría ahora...
«Crack»
Sono hermoso, dolorosamente hermoso.
Sus costillas derechas más bajas estaban rotas, de una certera pisada que acompañaban risas.
¿Tanto odio merecía por su descendencia?
El papel aplacó todo el grito afónico que pudo dar, intentando forcejar con sus brazos ensangrentados y trizados, había llegado a su límite.
Volvió a caer inconsciente.El negro nunca fue su color favorito.
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heh.