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Capítulo 40: Verte otra vez

(Actualizacion 3/3)

Capítulo 40: Verte otra vez

—¿Segura que estás bien? —Insistió Saraelí sin dejar de mirarme cuando nos bajamos del carro.

—Sí, ¿por qué? —pregunté sin comprender.

—Te pusiste más blanca que un papel higiénico —comentó.

—Es mi color natural. —dije como si ella estuviera paranoica y no como si de verdad no estuviera toda pálida y a punto de desmayarme después de escuchar su voz.

Ella hizo esa mirada de ojos entrecerrados donde evidentemente no me creyó nada de lo que le dije.

No iba a decir nada más.

A los minutos, la deslumbrante camioneta de Hades llegó, él abrió la puerta y todas las personas que se encontraron alrededor voltearon la cabeza únicamente para ver como Hades se bajaba del auto pasando una mano por su cabello, sus lentes de sol cubriendo su rostro, su porte al caminar siendo un imán irresistible para cualquier persona.

Casi me caí de espaldas.

¿Cómo olvidar a semejante hombre que parecía bajado del cielo?

—Santas vacas, que hombre tan guapo —susurró Saraelí sin aliento.

De ella se me había pegado esa expresión de "santas vacas".

Hades se acercó y nos hizo una seña con la cabeza para que lo siguiéramos, así que eso hicimos, lo seguimos entrando a la estación, todos parecían conocerlo y tenerle respeto por la forma en que lo trataban, fue muy rápido todo, Hades nos ayudó a denunciar, le tomaron fotos al rostro de Saraelí, y por fin podíamos irnos.

Me sorprendía como era que Hades era capaz de meterse el mundo en un bolsillo.

Claro, el que tiene dinero, tiene el mundo a sus pies.

Saraelí se montó en el auto y yo apenas estaba saliendo de la estación policial al lado de Hades, él no decía nada, pero sentía su mirada fija en mí, el hecho de tenerlo cerca me daba una sensación de seguridad increíble, como si estando con él, siempre estaría bien y a salvo.

¿Algún día superaría esto?

«Teniéndolo cerca nunca, Nube».

Apreté los labios volteando a verlo y deteniéndome para despedirme, él se detuvo también dejándome sin aliento cuando sus ojos dorados se fijaron en los míos, parecían ligeramente oscurecidos haciéndome recordar cuando me tenía de rodillas completamente desnudo.

«Basta Nube, basta».

Tuve que apartar la mirada y tragar pesadamente saliva, su completa atención en mí me hacia encender por completo, sentía que la cara me ardía de lo caliente que estaba, y ni hablar de mi respiración hecha un caos.

Maldita sea que no podía controlar mi cuerpo ante las miles de emociones que Hades Parker causaba en mí.

—Eh... muchas gracias por hacer espacio —comencé a decir—, sé que siempre estas muy ocupado, ¿Cuántos son tus honorarios?

Hades alzó la mano y tomó con sus dedos mi barbilla para alzarme el rostro, su simple toque hizo que internamente comenzara a entrar en completo tormento. Me atreví a mirarlo.

—Es un favor. —dijo, él pareció casi ofendido de que le estuviera cobrando.

Me aparté de su toque, necesitaba pensar con claridad.

—Ya es demasiado Hades —murmuré—, el auto, ayudarnos, yo...

Hades dio un paso hacia mí y casi me desmayé, juro que mis piernas flaquearon y casi se me salió el corazón por la boca ante su simple cercanía.