Esa noche Xiao Xingchen no pudo dormir, las cuatro paredes de su habitación se sentían calientes siendo el inicio del verano. Una rama desnuda golpeaba la puerta ante la brisa y él sólo se limitaba a observar la sombra intentando darle algún significado a la metáfora sonora.
Durante el sexto mes podían sentirse temperaturas superiores a treinta grados y por la noche mayores a veinte, sería un abuso de su parte el uso de ventilador. Además de cubrir un precio extra por el gasto de luz, solía enfermarse si el aire le pegaba de forma directa. Incontables veces giró sobre la cama sin ninguna clase de éxito.
A las dos de la mañana, salió a la tienda de conveniencia 24/7 más cercana dándose por vencido. Sin ningún motivo más que distraerse. Primero exploró el pasillo de los lácteos, los sabores frutales eran de sus bebidas favoritas y tomó uno de fresa y durazno. Continuó con la compra de algunas sopas instantáneas y finalizó en el pasillo de las frituras y dulces, específicamente frente a la sección de barras de chocolates y dulces envueltos. "Rellenos de caramelo o chocolate..." recordó. Tomó una bolsa de un paquete de cincuenta y caminó hacia la caja dispuesto a pagar. Al llegar al final de la cola, no contó las veces que se cuestionó por qué había tomado el paquete de dulces, pero terminó llevándoselo.
Tres meses transcurrieron desde que Xue Yang y él se habían conocido. Mayormente se presentaba de tres a dos días por semana en la biblioteca innovando cada vez la manera de molestarle. Los escritos detrás de volantes se detuvieron un día que lo engañó con llamar a un taxi poniendo de excusa que su carro estaba en taller y su teléfono carecía de batería; fue así como a través del suyo se marcó a sí mismo y obtuvo su contacto. Ahora recibía mensajes todos los días, pero nunca contestaba a ellos.
Así fue hasta que días atrás el comportamiento obsesivo se esfumó de manera gradual y Xiao Xingchen sintió que algo le hacía falta. Los expertos aseguraban que el ser humano necesitaba de veintiún días para acostumbrare a nuevos hábitos y cortar ese lazo provocaba alteraciones en el estado de ánimo. Él no iba aceptar que las bromas y chistes de Xue Yang se volvieron parte de esas estadísticas.
Xue Yang se había presentado por las tardes en la biblioteca, pero no había vuelto a quedarse hasta más tarde, era imposible conversar más de cinco líneas. Xingchen se empezaba a preguntar qué había pasado con la llama interior de Xue Yang, ¿finalmente se había cansado del constante rechazo?
Él no era el tipo de persona que preguntara acerca de la vida de los demás, no sabía cómo abordar el tema y mucho menos acercarse, sin embargo, no era un hecho que pudiera ignorar.
Prefirió quedarse de espectador, hasta un lunes después del mes de junio.
—Xue Yang —el otro contestó con un simple "uhm" antes de tomar asiento frente al escritorio de la esquina. La voz suave no tuvo efecto, carraspeó e intentó ordenar sus ideas antes de continuar hablando—. ¿Te encuentras bien?
La respuesta corporal pudo tener diferentes significados: un pánico disfrazado de enojo, u ojos tristes detrás de una burlona sonrisa. Xinghen vio a un niño interior incomprendido sin ninguna escapatoria más que una simple pregunta, y por primera vez supo que Xue Yang no sabía qué contestar.
A-Qing entró en el momento menos oportuno y el otro sólo huyó con lo que pareció ser, una mirada de desprecio a su compañera.
Al principio no entendió. Pero después... la llama interior que se había apagado de Xue Yang, pareció tomar forma dentro de él.
Xiao Xingchen no se lo pensó dos veces, tomó uno de los volantes por la parte trasera y escribió breve y conciso. Al pasar junto a Xue Yang, dejó de forma discreta el mensaje sobre el escritorio. El éxito del mensajero se promulgó a las seis de la tarde, hora en la que regularmente Xue Yang se iba de la biblioteca, esta vez esperó hasta las nueve de la noche.
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Seasons
FanfictionXiao Xingchen es un estudiante de arquitectura que no conoce nada más allá del estudio y los sueños de niño. En una noche accidental despierta el interés de Xue Yang y empieza a debatirse qué tan correcto es dejarse llevar por las sensaciones descon...