Carta #10

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Me lo prometiste, me prometiste que no serías como los demás. Que no volvería a sufrir, ni a pasarlo mal. Sabias lo mal que lo pase con el resto, conocias cada cicatriz mía, y confie en tí. Eras la persona en la que más confiaba... Pensé, por un momento, que tu nunca te atreverías a hacerme daño. Pero me equivoqué... Me siento una estúpida al pensar que tu serias la persona indicada. Ahora veo que todas las historias de amor comienzan con algo bonito, algo que te revuelve el estómago, que empiezan con esas mariposillas... Y bueno, supongo que no hace falta decir el cómo acaba. Te destroza esa ausencia poco a poco, te consume. Empiezas a preguntarte, qué pudiste hacer mal, si no funcionó... ¿Sería culpa tuya?. No lo sé, y puede que nunca lo sabré, simplemente sé que si eso no funcionó, es por algo, y si que es verdad eso de que si alguien se va, viene alguien que te vuelve a elevar al cielo, que te ayuda a cerrar esa herida del pasado. Pero sin embargo, tú no vuelves a ser la misma persona, y nunca lo serás, te hicieron tanto daño, que no vuelves a confiar igual en nadie. Simplemente necesitas tiempo, para sanar esa herida que alguien provocó sin piedad, sin dolor, y sin corazón.

La carta que nunca envieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora