Extra 6

115 1 0
                                    

Agosto 2017

Narra Cami:

-Vos estás mal si pensás separarte de mí- le dije a Felipe mientras estábamos discutiendo en nuestro cuarto

-No me pienso separar ni mucho menos divorciar de vos- dijo él, con un tono cansado- solamente te estoy pidiendo un tiempo

Lo miré, incrédula.

-Estoy cansado, Cami- dijo

-¿De mí?- pregunté con lágrimas en los ojos, sintiendo que mi corazón se rompía en mil pedazos

-No- respondió rápidamente, como si quisiera evitar herirme aún más- ultimamente los dos estamos mal- dijo, bajando la mirada- es mejor distanciarnos y que el tiempo lo cure todo

-No, Felipe- grité, dejando salir todo el dolor que sentía- ¿vos te pensás que haciendo nada y dejando que las cosas fluyan van a cambiar?- dije con la voz quebrada- así no es

-Camila- intentó calmarme, pero no podía escuchar razones en ese momento

-Las cosas no cambian por arte de magia- dije, con un nudo en la garganta- si nosotros dos no hacemos algo para cambiarlo, el tiempo no lo va a hacer

-Sí- dijo, alzando un poco la voz para hacerse escuchar- si nos tomamos un tiempo, nosotros dos vamos a estar más calmados- agregó- así las cosas sí van a cambiar

-No pienso de la misma forma- respondí con firmeza, aunque por dentro me sentía desmoronada

-Cami- dijo

Se acercó a mí, intentando tomarme de las manos.

-Vamos a estar mejor- dijo con un tono suplicante- te lo prometo

-¿Cuándo pensás irte?- pregunté, tratando de mantener la compostura, aunque las lágrimas ya estaban corriendo por mis mejillas

-Primero voy a tratar de hablar con los nenes- respondió, como si eso fuera a suavizar las cosas- después pensaré en eso

-Okey- respondi, cruzándome de brazos y mirándolo con dureza- entonces andá empacando tus cosas rápido- dije- en menos de una semana te quiero fuera de mi casa

-Cami- intentó decir algo más, pero yo ya no quería escucharlo

Me di vuelta y me fui del cuarto, dejando que el silencio llenara el espacio que antes ocupaban nuestras discusiones.

Narra Bauti:

-Papi- gritó Mía apenas crucé la puerta de casa con mis maletas en mano

-Hola, mi princesa- dije alzándola en brazos y abrazándola fuerte

Su sonrisa me hizo olvidar por un momento todo el caos que había dejado atrás.

-Volviste- exclamó ella emocionada, apretándome con sus pequeños brazos

-Sí, mi amor- respondí con una sonrisa mientras le acariciaba el cabello- volvimos a ser una familia de vuelta

-¿Te vas a quedar para siempre, no?- preguntó con sus ojitos brillando de ilusión

-Para siempre- le aseguré sin dudarlo

-¿No te vas a ir nunca más?- dijo haciendo un puchero que me rompió el alma

No podía permitir que volviera a sentir esa inseguridad.

-No, chiquita- respondí con firmeza- te prometo que jamás me voy a ir

-Te ayudo a ordenar tus cosas- dijo emocionada mientras se bajaba de mis brazos rápidamente- vamos

-Bueno, preciosa- dije sonriendo ante su entusiasmo

Chiquititas: una historia a mi manera 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora