La música clásica ambientaba a la perfección el lugar. Los murmullos y balbuceos tampoco faltan en esa gran sala de baile. Todos parecían divertirse en esa fiesta temática de mascaras, todos excepto el anfitrión.
Veía como buen espectador a las parejas bailar con elegancia en el centro de la sala, se le hacia aburrido ser un espectador más, aun así prefería mil veces eso a comprometerse con un completo desconocido. A veces llegaba a odiar ser el príncipe heredero, pero ¿qué más podría hacer? No podía romper las reglas que se le habían otorgado.
Dio un suspiro mientras bajaba la mirada y cerraba aquellos ojos esmeralda con desánimo en su mirar. Ese ambiente tan fino y elegante le comenzaba a aburrir.
─ ¿Sucede algo, hijo? - La voz algo preocupada de su padre se hizo presente en ese momento.
Alzó la mirada observando el danzar de los invitados, miró a su padre quien estaba sentado de lo más cómodo en el trono del palacio, dio su mejor sonrisa para poder responder.
─ No es nada padre, solo estoy algo cansado, nada por el cual deba preocuparse. - Con voz gentil y educada respondió.
El rey solo escuchó esas palabras sin notar la veracidad en ellas, volvió su mirada a los invitados mirando a todas aquellas doncellas y omegas que habían sido rechazadas por su amado hijo mayor hace algunos momentos, cerró sus ojos dando un bufido, quizá deba relajarse un poco.
─ Ari, hijo, ve unos momentos a fuera a tomar un poco de aire y descansar. - Ordenó.
El príncipe de hebras rojizas solo miró a su padre con algo de asombro, quizá notó la cierta incomodidad que sentía al estar rodeado de personas que desconoce.
─ ¿Esta seguro de que pueda irme? La fiesta fue organizada especialmente para mi, padre. - Dio un paso al frente intentando ver la expresión de su progenitor tratando de descifrar si era alguna orden falsa.
─ No estoy bromeando Ari, ve a tomar un respiro, lo necesitas. - El príncipe miró a su madre quien había permanecido fuera de la conversación.
La mujer solo dio una afirmación moviendo la cabeza de manera leve indicando que su esposo decía la verdad, eso hizo que se le dibujara una sonrisa de felicidad en sus labios.
─ En ese caso, me retiro unos momentos, Altezas. - Hizo una reverencia con elegancia como respuesta.
Dio media vuelta yéndose del lado de sus padres con una sonrisa aliviada.
─ Espero que los Reyes del pueblo vecino hayan llegado ya. - Murmuró el Rey.
─ Verlo de nuevo le hará bien a Raptor, tiene más de 10 años sin verse, seguro ni se recuerdan al uno al otro. - Comentó la Reina con una sonrisa divertida.
─ Solo espero que reencontrarse calme sus nervios y consiga a un Omega digno de gobernar junto a él. - Miró a su esposa con algo de preocupación.
─ Verás que Ari escogerá a la indicada o al indicado. - La Reina miró a su esposo con una sonrisa tranquila emitiendo completa calma en el Rey.
Tomó la mano del hombre transmitiendo la paz y tranquilidad que el Rey necesitaba en ese momento.
─ Además, ¿por qué la prisa en que mi niño corteje un Omega? - Preguntó con curiosidad y algo de ironía.- Creí que habías dicho que aún era un bebé para tomar el trono y casarse.
─ Cambie de opinión cariño, solo eso. - Contestó con nervios que no pudo ocultar ante su Reina.
─ Sí, solo eso. Que sepas que no te creo, amor. - Dijo entre risas leves no queriendo llamar la atención de los invitados.
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✧; Perfect.
FanfictionLas noches suelen ser frías y oscuras, lo admito, pero desde mi punto de vista, es una maravilla de escenario, ver aquellos pequeños puntitos iluminar el cielo azulado es simplemente fantástico. Pero, ver tu mirada llena de ilusión y asombro, se vol...