VI

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—Ya podemos detenernos —pidió Jimin luego de estar a unas cuantas calles lejos de su casa. El carro se detuvo y suspiró cansadamente dejando caer su espalda sobre el asiento. Jeon hizo una mueca preocupada y tocó su hombro para que lo viese.

—¿Estás bien? —preguntó aunque la pregunta parecía tener una respuesta obvia. Jimin asintió pero el pelinegro no le creyó—. ¿Por qué huyes de él? ¿Es por mi? apenado quitó su mano.

—No es por ti, tranquilo —respondió Jimin haciendo una mueca triste—. Yo ya no quiero verlo ni hablar con él, no creo que lo nuestro vaya a solucionarse.

—¿Estuvieron mucho tiempo juntos? —preguntó curioso y Jimin intentó hacer cálculos con la mente.

—Casi 4 años.

—4 años parece mucho tiempo, ¿estás seguro que no quieres hablarle?

—Por ahora no, estoy cansado de lidiar con tantos problemas y hablar con Kang hará que me sienta miserable.

—Si lo dices de esa forma…¿entonces por qué accediste a casarte con él?

—Yo …bueno él me prometió que cambiaría y quise creerle pero nada cambió y al final rompió conmigo, gracias a eso pude darme cuenta de muchas cosas. Di mucho en la relación y recibí poco. Intenté mostrarle lo muy enamorado que estaba de él tantas veces pero él seguía con sus celos, ni siquiera podía hablar con alguien más porque pensaba que estaban intentando seducirme. —dijo indignado—. Cuando terminó conmigo me puse a pensar en cada cosa que pasamos y en lo mucho que cedí solo para que él estuviera feliz. Me alejé de tantas personas y ahora solo tengo dos amigos que apenas conozco y mi primo, yo…

El rubio se calló y se cubrió con una de sus manos el rostro. Jeon no supo qué hacer, abrazarlo era lo más sensato pero quizás lo incomodaría.

—Jimin

—Perdóname—se disculpó quitándose la mano de la cara—. He hablado mucho de mí, ni siquiera sé porqué estoy diciéndote esto. Estoy aburriendote.

Jeon posó su mano sobre la del contrario esperando que no la apartara.

—Necesitabas desahogarte un poco, me alegra que haya sido conmigo. 

Jimin alzó ambas cejas con asombro, ¿por qué aquel chico que tenía enfrente se veía tan sincero?  Jungkook era demasiado amable. ¿Existían ese tipo de personas? Quizás había una cámara escondida

—Eres muy amable conmigo a pesar de que apenas nos conocemos. Gracias por escucharme.

—¿Gracias? Págame el tiempo que he invertido en escucharte— dijo de modo juguetón haciendo reír al más bajo.

—¿Te parece bien 10000 wones?

—Me pagan 1 millón de wones solo por respirar —dijo echando su cabello hacia atrás con una de sus manos y sonriendo ladinamente. Jimin pareció pensarlo por un momento ¿como haría para pagarle—. Es broma, no tienes que darme nada. —se arrepintió revoloteando el cabello del rubio—. Eres muy inocente.

¿Inocente? Yo soy mayor que tú.

—Soy mayor que tú, deberías hablarme con más respeto, maleducado —dijo frunciendo el ceño y se echó a reír cuando Jeon dejó de sonreír.— Es broma, que inocente eres —se burló.

—Lo siento, hyung —se disculpó con voz ronca haciendo que Jimin se quedara atónito y un leve rubor se posara en sus mejillas, Jungkook le había dicho hyung, solo personas cercanas podrían llamarse de esa forma.

—Y-yo, creo que ya se hace tarde —rió nerviosamente, Jeon asintió y le dio la orden al conductor de que volvieran. En el trayecto Jimin se preguntó sobre qué estaba sucediendo, pero no era él único. Jungkook se hacía la misma pregunta a sí mismo.

Un concierto de suerte [Kookmin Au]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora