Traje.

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Nacemos sin pedirlo, crecemos intentando seguir un orden el cual nos impusieron. 'Estudia para ser alguien en la vida', 'Madura para que no te vean la cara en el trabajo', 'Esfuerzate y gana tanto dinero como puedas para mantener una familia', 'Casate y ten hijos'.

La vida de rutina es agobiante porque debes de seguir un régimen que ni siquiera estás seguro si lo deseas. Te planteas bastantes preguntas a lo largo de ella y te sientes mal contigo mismo si decides irte por otros pasos, si escoges tu ropa y es diferente a la de los demás te juzgan, crean falsas expectativas de ti y lamentas no poder cumplir con lo que la gente piensa que eres.

Todo eso te lo planteas cuando llegas a una cierta edad, te cansas de tu familia y dejas de tener "amigos" que en realidad solo eran relleno en tu círculo por la aceptación que tanto necesitas. Las personas te hacen comentarios de: "Estás cambiando", "ya no eres como antes."

Pero lo que no saben es que ese es tu verdadero yo. Uno que guardaste con fervor y lo acunaste en tu pecho por temor a ser dañado, lo protegiste como un perro hambriento a un pedazo de carne, pero aún así no se puede evitar que sufra por las situaciones de mierda a las que se enfrentará día a día.

Sin embargo, eso es algo de lo que Naruto ya no se preocupa, tantos años de vivir en un engaño le creo la experiencia suficiente como para crear una personalidad que mantenía conforme a todos a su alrededor. Sus padres no se quejaban de él por lo servicial que era, ir de compras para la despensa para evitar que su madre se fatigara en el camino, llevar el auto al mecánico para que su padre no perdiera tiempo valioso de descanso.

En la universidad sus profesores lo ponían de ejemplo por el alto promedio que tenía, se esforzaba para ser el número uno y aunque lo ocultaba, amaba ver los rostros de asombro de sus compañeros. Si, con una sonrisa "tímida" agradecía el reconocimiento e incluso, los aplausos que le daban por ser un "niño bien".

Claro que gracias a ello no se libraba de los hombres populares quienes lo molestaban solo por tener un cerebro más desarrollado que el de ellos. Tenía que actuar como el joven débil que era, se tiraba al suelo antes de que ellos pudieran empujarlo con todo y libros, se dañaba para no sufrir heridas graves y en ocasiones forzaba su llanto. Era una técnica bastante eficaz pues de esa forma sus papeles no salían volando de un lado a otro y todos le creían por las lágrimas que soltaba.

Lo que no sabían esos bastardos es que por cada vez que lo "intimidaban" le daban un pase extra a tener más mujeres cerca de él. Por supuesto que también eran falsas y sé acercaban con la intención de que les subiera sus calificaciones...pero cuando uno es estúpido, no existe solución que los repare.

-Bien día-anunció su llegada al salón de clases.
-Joven Naruto ¿Que le pasó?-preguntó el profesor mirando el vestuario lleno de tierra.
-Solo tropecé en el camino, una disculpa por la demora profesor-con una sonrisa de oreja a oreja, camino en medio de las bancas hasta llegar a su lugar donde sus dos amigos ya se encontraban platicando.

-¿Otra vez te molestaron?-preguntó Shikamaru pasándole una toalla húmeda.
-No diría que molestar sea la palabra...esos hijos de perra ni siquiera tienen la fuerza para derribarme...-chasqueando la lengua, comenzó a limpiarse el rostro que tenía un poco de lodo embarrado-...De cualquier forma, no es algo con lo que no pueda manejar, es solo que si lo hago en la escuela le tendría que decir "adiós" a mi carta de excelencia y es algo que no puedo perder.

Sus amigos sólo asintieron con la cabeza siguiendo la secuencia de la conversación aunque no lo entendían del todo.

-¿Entonces hoy en la noche?-cuestionó Gaara mirando el pizarrón.
-Así es mi mapache, está noche les daremos una visita en su estúpido entrenamiento de americano-sentenció el rubio mientras torcía sus labios en una sonrisa.

✨🛎️✨

Por fin la chicharra sonó indicando la salida, los tres amigos salieron del aula siguiendo a la multitud como borregos. Naruto sonreía a todo aquel que lo saludaba mientras que los otros dos solo se limitaban a esperarlo con fastidio. Era algo que pasaba todos los días pero jamás llegarían a acostumbrarse.

-¿Iremos a comer?-susurró el azabache mirando con deseo una cafetería nueva.
-Vamos-indicó Naruto al mismo tiempo que se despedía con la mano de dos compañeros quienes le pidieron una tarea pasada-¡Nos vemos mañana!-exclamó girando su rostro hacia sus amigos quitando la sonrisa de imbécil que llevaba sosteniendo desde hace horas.

Al entrar al lugar sintieron un aura diferente, era bastante cálido con las personas que se amontonaban para pedir un café o algún tipo de postre. Las meseras se movían de un lugar a otro siguiendo las peticiones de la gente, parecía un comercio bastante transitado así que seguro la comida era estupenda por lo que podía ver.

-¿Que van a ordenar?-les preguntó un joven más o menos de su edad.
-¡Oh! Hola, yo quiero la Magdalena rellena de moras y un café negro de favor ¿Podría tomar una mesa en la esquina? Es que me gusta ver el exterior-con simpatía el rubio le señaló la mesa a lo que el chico con un ligero rubor en sus mejillas le indicó a una mesera que limpiará el residuo de alimentos-Muchas gracias.

Dejó a sus amigos ordenando y caminó hasta el lugar indicando, sin embargo, antes de que pudiera reaccionar un hombre más alto que él se había puesto frente a frente con un café caliente en su mano. A ninguno de los dos les dió tiempo de moverse para evitar el accidente e impactaron de pecho derramando el líquido sobre el cuerpo del mayor. Observó como la piel blanquecina del contrario se tornaba a rojo, pero parecía que ni se inmutaba por el ardor.

-¡Cielos! ¡Discúlpeme! ¿Que puedo hacer?-exclamó Naruto-"Aunque no fue mi culpa realmente, bastardo estúpido"-pensó sujetando una servilleta y comenzando a limpiar parte del traje negro.

-Primero que nada, deja de tallarme con tus manos, se siente repulsivo...y segundo...-el hombre se acercó hasta su oído y murmuró-...debes pagar por el vestuario mocoso, esto no se resuelve sólo porque eres un estudiante imbécil.

Ante eso, el rubio apretó su mandíbula del furia y aunque quería romperle los dientes por lo que le había dicho, se limitó a alzar su rostro y con sus ojos "llorosos" lo observó-E-En verdad lo lamento... páseme la factura y lo haré, le pagaré-el hombre lo miró de arriba hacia abajo y con toda la naturaleza del mundo, le sujetó de la barbilla.

-Yo cobro caro mocoso, pero con tu cara servirá-dichó eso, el azabache le entregó una tarjeta de presentación-Mas te vale llamarme o vendré a buscarte-susurró mientras tomaba su maletín y salía del lugar sin mirar atrás.

En lo tanto el rubio hecho un torbellino de enojo, apretó la tarjeta entre sus dedos por la humillación que aún sentía-¿Que sucedió?-escuchó a Gaara detrás suyo, pero Naruto ni se limitó a mirarlo.
-¿Quien era ese y por qué te hablo así?-esta vez fue Shikamaru quien le arrebató la tarjeta y leyó-"Sasuke Uchiha, verdugo y cobrador de vida" ¿A qué se refiere eso?.
-Se refiere a que seguro un idiota que se cree el diablo vendrá por mi si no le pago un traje de mierda barato-exclamo Naruto tomando asiento en la mesa y mirando fijamente como el hombre se metía a un auto último modelo-¡Joder!

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⏰ Última actualización: Jul 29, 2022 ⏰

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