SHOTS WITH EXO - Ross_GB

HEREDEROS AL TRONO

ºNarra Chanyeolº

No se veía bien la situación. La cara de los Reyes de ambos reinos no eran buenas, en absoluto.

- Príncipe Chanyeol-Me habla uno de los sirvientes y me giro para verlo-Su caballo está preparado para el recorrido.

- Claro, gracias-Agradezco y me retiro por las habitaciones del servicio, evitando a toda costa los lujos de la realeza.

Siempre he odiado el destino que me ha tocado vivir. Si la corona es pesada para el Rey, sobre el Príncipe recae el peso de todo, las responsabilidades de igualar y superar a su padre, las limitaciones a la diversión, y los constantes entrenamientos para dirigir una guerra si atacan.

Quisiera simplemente ser un un súbdito, vivir libremente sin tener que rendir cuentas a nadie, dejar de escaparme para hacer lo que me gusta...

El viento fresco me roza la cara mientras voy cabalgando hacia el lago cristalino del reino Aribontü* , uno de los lagos más hermosos del continente, conocido por sus cálidas aguas transparentes y por la peligrosidad de su encanto. Si bien dicen los viejos, todo lo bonito esconde maldad tras su fachada, para mi era necesario volver aquí después de tantos años. 

Las leyendas respecto al hermoso lago son increíbles pero respetadas por todos los súbditos de este reino, pues dicen que era el lugar preferido del rey Jung Hoo III para bañarse y disfrutar de sus aguas con una dama diferente cada noche, aunque la reina tenía personas a su disposición, ninguna se atrevió a comunicarle de las infidelidades del rey por muchos años; sin embargo, no todas las mentiras duran para siempre, pues la reina descubrió al rey cogiendo con una de sus sirvientas más queridas, estaba tan dolida y enojada, que mató personalmente a todos los que la traicionaron. El rey era la última de sus presas, cuando él regresó al lago cristalino con intenciones de beber un poco de agua y comer alguno de los frutos que yacen en los árboles frutales que rodean a éste, la reina aprovechó para clavarle una daga con veneno en el abdomen, el rey cayó de rodillas ante ella por el dolor y mientras la reina sonreía, no pasó mucho tiempo para que los guardias se dieran cuenta de lo que pasaba, llegaron al lago y encontraron al rey convulsionando a las orillas mientras la reina se paseaba descalza con una bata blanca al rededor de él. Todos sacaron sus espadas para matarla, pero antes de poder siquiera acercarse, la reina sacó la daga del cuerpo del rey y se realizó un corte al rededor del cuello, su sangre parecía un collar de rubíes, y como si de magia se tratara, su cuerpo se desvaneció al caer al lago. No encontraron sus restos, pero al rey lograron salvarlo, aunque no por mucho, ya que murió semanas después por un infarto tras soñar con que la reina lo llamaba al lago.

Desde entonces piensan que cuando una persona va al lago, o desaparece o muere días después. Creencias que simplemente me dan igual, ya que vine aquí cuando era pequeño y sigo vivo hasta ahora, además, sería un desperdicio no poder bañarse en tan cálidas y hermosas aguas.

- Si te encuentras aquí tataratatara abuela, te suplico me dejes pasar días tranquilos y no me dejes morir por favor, yo no tengo la culpa de lo que el rey te hizo en aquel entonces, además, soy descendiente de tu primer hijo, no tuvimos nada que ver-Escucho la voz de un hombre hablándole al lago mientras se retiraba la vestimenta de caballero-Bien, voy a entrar, prometo no causarte molestias.

- Me quedaré a ver si desapareces ahora o si mueres después-Interrumpo su monólogo y el aludido salta por el susto.

Era un hombre delgado, de piel blanca y tersa, su cabello castaño estaba peinado con delicadeza y por su vestimenta era un noble.

- Dios, que buen susto me has dado-Responde dándose la vuelta. Su contextura delgada podría hacerle creer a cualquiera que se podía romper con el soplar del viento, pero su abdomen marcado se veía tan fuerte como un roble-Cómo te llamas-Preguntó con autoridad de pronto.