Desde que la vio por primera vez en la cola del cine, no había podido sacarla de su cabeza. Y qué grata fue su sorpresa cuando se conocieron oficialmente en un evento del gremio, pues ella también pertenecía allí. Pasó toda la noche charlando con ella, olvidándose de las demás personas y viose inmerso en un mar de sensaciones adolescentes que aumentaron al saberse admirado por ella; sin embargo todas las ilusiones con su encantadora amiga se desvanecieron al preguntarle lo que nunca se le pregunta a una dama, la edad.
Era una niña, una niña a su lado, apenas tenía tres años más que su hija mayor. Sin embargo, ella lucía un porte elegante y dulce a la vez; y se desenvolvía con tanta madurez que no encajaba con una joven de su edad; y vaya que había tratado con muchas, empero al hablar con ella se sentía como si lo hiciera con alguien a quién conocía desde hace mucho tiempo.
Al finalizar la noche ella no solo había ganado un amigo, sino también la admiración y respeto total de ese hombre. Intercambiaron números y prometieron mantenerse en contacto; y lo hicieron así, fue él quién dio el primer paso y desde ese momento no había día que pasará uno sin saber del otro cultivando una hermosa amistad, ni siquiera la distancia fue obstáculo, pues cada que podía ella lo visitaba allá donde estuviera grabando, y él no se perdía ninguna de sus puestas en escena.
Sin embargo, por más que se había prohibido otro tipo de intención con ella, no lo pudo evitar. A casi dos años de amistad cada vez se le hacía más difícil no revelar sus sentimientos, que cada día se iban enterrando en lo más profundo de él. La encontraba tan adorable que siempre estaba dispuesto a todo por ella.
Le encantaba que lo escuchara hablar, pues nunca apartaba la vista de él, era elocuente y suspicaz, e irradiaba una frescura y un brillo tan puro que lo dejaban alelado. Poseía una belleza única, muy curiosa, nada despampanante pero muy particular y eso que apenas le llegaba al hombro, tan grácil en sus movimientos que era capaz de pasar horas observándola, era su mera presencia la que revolvía su mundo; tan distinta a lo que toda su vida había hallado, su naturalidad lo hacía sentirse más joven que nunca, con ganas de devorarse al mundo, pero esta vez a su lado. La compañera de vida con la que había soñado. ¿Amor? Estaba seguro de que era eso, sus años de experiencia no le engañaban, era un hombre y sabía reconocer sus sentimientos, pero también sabía qué era lo correcto.
Una noche salieron a un club tras reencontrarse después de dos meses, el ambiente invitaba a divertirse, bailaron toda la noche, nuevo costumbre que había adoptado a su lado, ya casi no hablaban, solo sentían sus cuerpos al ritmo de la música y las intensas miradas que se daban decían más que mil palabras. Rumbo a casa, ella había tomado lo suficiente como para darle un concierto privado en el carro, él también se animó y juntos coreaban las canciones que el había escrito muchos años atrás, cantaban y reían, parecían dos adolescentes. Se vio precisado a callarla cuando llegaron a su departamento, la acompañó hasta su puerta, que ella con cierta dificultad logró abrir, lo invitó a pasar pero él sabía que no era buena idea; al momento de despedirse no pudieron evitar lo que tanto deseaban, lo que inició con un suave beso en la mejilla terminó con uno apasionado en los labios, una descarga eléctrica le recorrió la columna, enseguida se apagaron las risas y se quedaron estupefactos, ella lo miraba aterrorizada y solo atinó a desear buenas noches antes de cerrar la puerta.
El miedo al verse descubierto le llevó a tomar la radical decisión de alejarse de ella. Durante el siguiente mes no contestó ninguno de sus mensajes ni llamadas, era lo mejor, en todo este tiempo evitó darse espacio para pensar en ella, se mantuvo completamente ocupado. Renunció a cualquier compromiso social, aprovechó al máximo el tiempo con sus hijas, visitó a sus amigos de infancia y evaluó sus próximos proyectos. Sin embargo sentía que las noches eran interminables, el recuerdo de sus ojos y su sonrisa lo abrumaban, y tenía la sensación del roce de sus labios a flor de piel, ojalá hubiera llegado hasta el final y tal vez...¡no! No tenía derecho alguno a pensar así, ella podía ser su hija, tenía toda una vida por delante, apenas había emprendido el vuelo y lo cierto era que él estaba completamente dispuesto a volar junto a ella, pero ¿y si ella no lo deseaba así?, con un extraño y fuerte dolor oprimiéndole el pecho lograba conciliar el sueño.
El último fin de semana surfeó todo el día intentando despejar su mente y preparándose para el inicio de promoción de una nueva película donde era el antagonista, papel que disfrutó mucho. Así que el lunes tuvo la presentación del film para la prensa y en la noche tenía una entrevista en el programa de un amigo de años, era al único programa al cual iba gustoso. Llegó muy temprano para charlar con ellos y para que le indicaran le secuencia del programa: la entrevista, palomilladas, un concurso de canto y una escena romántica de telenovela a cargo de él, debía demostrar sus dotes de galán con una actriz que no tardaba en llegar, olvidó preguntar su nombre.
El programa inició, entre el afecto del público y las bromas con sus amigos se sentía en casa. Todo iba de maravilla hasta que vio a una mujer saliendo del camerino, sintió como el piso desaparecía bajo sus pies, ¡era ella!¡estaba ahí!¿por qué? Ni bien cruzaron las miradas todo el muro que había levantado para contener sus sentimientos se desvanecieron, una enorme sonrisa se dibujo en su rostro al igual que en el de ella, era obvio que ambos se habían extrañado. Quién diría que esa muchacha que conoció hace dos años le robaría el corazón. Dios era testigo del enorme empeño que había puesto por frenar ese amor, pero todo se iba al tacho cuando la tenía tan cerca y ni la edad ni cualquier intento de lejanía eran suficientes para detener ese amor, ya no podía seguir ocultando lo que era más que obvio para él; esa era la mujer de su vida. Todo ese tiempo lejos de ella solo había servido para confirmarlo, no era un simple deseo carnal, era algo cuyas dimensiones siempre serían desconocidas, el verdadero amor. Continuó con el programa, debía impresionarla; llegados a la secuencia de telenovela , se explayó en todas las recomendaciones , hablaron sus años de experiencia, entonces cayó en la cuenta de que no había otra mujer en producción que ella!, su rostro empezó a dolerle de tanto sonreír.
Durante el improvisado sketch podía sentir lo nerviosa que estaba pero era muy profesional, así que continuaron como sin nada, y cuando llegaron al clímax de la historia esas sonrisas tan típicas de ella le dieron el valor de, con toda la delicadeza posible, tomarla por la cintura y darle un beso al mismo estilo de cuentos de princesas, de esos que les fascina a las mujeres. El público estalló en gritos y aplausos, el beso fue corto pero memorable,ella estaba ruborizada y sin palabras, y él...él estaba que no cabía en sí de tanta alegría, era un hecho se la jugaría a todo por el todo. Cuando el programa terminó tuvo unos cuantos minutos de interacción con sus admiradoras y se retiró cuando vio que ella también lo hacía, corrió tras ella y la detuvo antes de que subiera a un taxi, le pidió que le permitiera llevarla a casa y ella aceptó, la tensión era patente.
Viendo que ya iban a llegar a su destino, se armó de valor y estacionó el auto, ella lo miró interrogante y él le sostuvo la mirada hasta que ella se ruborizara, verla así y tan nerviosa le dio el impulso que necesitaba, ¿acaso el que estaba a punto de declararse aquí no era él?. Y sin más preámbulos se lo dijo, se abrió ante ella como no lo había hecho con nadie, lo hecho estaba hecho y no había marcha atrás, mas su sorpresa fue grande cuando ella mirándolo intensamente le confesó que sus sentimientos eran más que correspondidos, que desde la primera vez que se vieron supo que no habría nadie más. En ese momento dos mundos se encontraron, dos historias se unieron para siempre. Desde esa noche fue oficial se vivieron sin miedo aunque todos estaban en contra, dejaron de lado la apariencia y solo se dejaron llevar por lo que sentían. Tres meses después se casaron, en un arrebato de locura, en cuanto a los demás solo el tiempo les demostraría que el amor viene de infinitas maneras, y que el de ellos era real.
Sus días juntos eran llenos de amor y gratitud, tranquilidad y pasión desenfrenada; sus noches eran envueltas por un encanto arrasado, es cierto que la primera vez fue fácil tocar juntos el cielo, él desfloró diestramente a su esposa; sin embargo el tiempo les enseñaría los verdaderos placeres que permite la anatomía humana, con escenas para no escritas, se complementaban en todos los sentidos. Emprendieron las etapas más felices y completas de sus vidas con el amor como motor; un año después de casados se convirtieron en padres de mellizos ,la felicidad que sintieron era indescriptible, juntos vivieron alegrías y triunfos, derrotas y pérdidas, fueron el confidente y amigo para llorar sus penas.
No hubo almas tan perfectamente encajadas como las de ellos, unidos hasta que solo la muerte logró separarlos, fueron unos cuarenta buenos años. Y en sus hijos ella contemplaba diariamente la sonrisa y mirada del hombre que amaba, solo diez años más tarde ella se reunió con él, inmortalizando su historia de amor. Porque para un sentimiento tan complejo y puro como ese no existen barreras humanas capaces de contenerlo, mucho menos algo tan banal como la edad.
FIN
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Cuarenta y veinte
Romance¿Qué sucede cuando después de haber conseguido todo, no tienes con quién compartirlo?¿Qué sucede cuando te das cuenta que por más que creíste que el amor no llegaría a tí nuevamente, lo hace?¿Qué hacer si encuentras el amor en la persona menos esper...