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Felix no llegó a ver a Chan en sus últimos momentos de conciencia, por seguramente hacer sus cosas, pero que no valían nada comparado al pelinegro

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Felix no llegó a ver a Chan en sus últimos momentos de conciencia, por seguramente hacer sus cosas, pero que no valían nada comparado al pelinegro.

Para cuándo llegó al hospital, ya lo habían inducido en coma farmacológico, y afuera de la sala, en la espera, estaban los cinco mejores amigos del mundo.

— Chicos— Felix los llamó al llegar, cuatro de ellos alzaron sus ojos llenos de lágrimas para mirarlo, el pelirrojo fue el único que se no lo hizo, apretando sus puños y su mandíbula—. ¿Y Chan? — preguntó, no había preocupación en su voz, sino que había sorpresa y había hablado muy tranquilo, si voz no estaba ni un poco quebrada.

Lo siguiente fue tan rápido que HyunJin no llegó a terminar un "¡Hyung, no!" que MinHo ya había estrellado su puño en la mejilla del rubio.

— ¡¿Quién carajo te crees para venir a por él ahora?! ¡¿Después de dejarlo tanto tiempo?! ¡No tienes derecho ni a decir su nombre, Lee Felix!

El menor del grupo tuvo que ir a sostenerlo, tomándolo por los brazos y trabándolos detrás de su espalda, mientras MinHo seguía gritándole a Felix con todas sus fuerzas, reclamos en nombre de quién ya no podía hacerlos.

Porque sí, él había visto todos los videos de su mejor amigo, lo había visto quebrarse con los días, disminuir sus sonrisas y sus lágrimas y romperse una y otra vez, lo había visto intentar justificar una injusticia, un amor unilateral, lo había visto darlo todo por alguien que no sabía cuidar ni un anillo de compromiso, y mucho menos un corazón.

Felix sólo lo miró gritar, sin decir nada, sosteniendo su mejilla, donde había sido golpeado, y pensaba que era una suerte que no le hubiera al menos descolocado la mandíbula.

No lo dejaron pasar a verlo, los médicos habían dado aviso horas antes para que se despidieran, y evidentemente tenía tres llamadas perdidas del hospital y varios mensajes y más llamadas de parte de los chicos, el tiempo ya había pasado y él no lo había aprovechado.

Echó una vista hacia el interior de la habitación por la ventana de la puerta, un último vistazo, al chico pelinegro que dormía profundamente esperando también a dejar este mundo.

Echó una vista hacia el interior de la habitación por la ventana de la puerta, un último vistazo, al chico pelinegro que dormía profundamente esperando también a dejar este mundo

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hasta la última vez › chanlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora