Prólogo

12 2 0
                                        


Daisy estaba sentada en la silla frente a su escritorio, dibujando en una libreta negra. Era un boceto de anatomía, aunque bastante detallado. Al dibujar, le molestaba un poco su largo flequillo ondulado color marrón oscuro, corriéndolo frecuentemente detrás de sus orejas, aunque cayendo este lentamente hasta su frente otra vez. Pensaba seriamente en cortarlo, pero no sabía cómo hacerlo y no tenía conocidos peluqueros o una peluquería cercana, así que simplemente se rendía cada vez que la idea cruzaba su cabeza.

Luego de unos minutos dibujando, su teléfono Motorola con una funda negra decorada con telarañas sonó. Era un mensaje de su mejor amiga: Emma. Preguntaba si estaba disponible para realizar una videollamada, por lo que Daisy, observando su dibujo por unos segundos, contestó que sí lo estaba, recibiendo rápidamente una videollamada de ella.

—¡Hola Daisy! ¿Cómo estás?— vociferó la chica desde el otro lado de la pantalla, teniendo en cuenta la perspectiva de Daisy. —Bien, ¿y tú? ¿Hay algo por lo que quisieras llamarme?— respondió la otra.

—Estoy extremadamente feliz, y ¡sí! ¡Hay algo súper extra hiper mega importante que quiero decirte!—

—Está bien, ¿qué es? ¿Qué es tan importante que no puedes esperar dos segundos?—

—¿Recuerdas que me inscribí para la competición de esquí de la ciudad?— Claro, cómo olvidar que hacía tan sólo unos días, la chica de cabello corto, pelinegra y de rulos se había inscripto para una gran competición de este deporte de hielo y nieve que ocurría una vez al año en la ciudad natal de estas chicas: Denver, Estados Unidos.

—Oh, claro, no me voy a olvidar de eso, ¿qué clase de amiga sería si me olvidara? Una de las peores, seguramente— respondió entre risas Daisy. Su manera de decir las cosas, tan entusiasta como siempre, le parecía hilarante la mayoría de las veces.

—¡Hey! ¡No digas eso! Bueno, yendo al punto... ¡Me aceptaron! ¡Me aceptaron!— repitió frenéticamente ella, extremadamente entusiasmada del otro lado de la pantalla.

—¡Genial! Oye, y ¿dónde era, por cierto? No me quiero perder ese espectáculo Em, ¡no creas que no voy a ir!—

—¡Oh, oh! Es en Arapahoe Basin, ¡justo en el Bosque Nacional White River!—

—Está bien, deja que lo anote, ya sabes cómo me olvido fácil de las cosas...— comentó la chica, escribiendo en una 𝑠𝑡𝑖𝑐𝑘𝑦-𝑛𝑜𝑡𝑒: "𝒜𝓇𝒶𝓅𝒶𝒽ℴℯ ℬ𝒶𝓈𝒾𝓃, ℬℴ𝓈𝓆𝓊ℯ 𝒩𝒶𝒸𝒾ℴ𝓃𝒶𝓁 𝒲𝒽𝒾𝓉ℯ ℛ𝒾𝓋ℯ𝓇". —¿Cuándo era, otra vez? Ya me olvidé... De nuevo...—

—Ay, Daisy, te olvidas de todo... El 19 de Noviembre a las 11:30 de la mañana— Mientras la esquiadora hablaba, Daisy anotaba la información en su 𝑠𝑡𝑖𝑐𝑘𝑦-𝑛𝑜𝑡𝑒 amarilla con su inseparable lapicera negra que parecía contener una galaxia dentro, aunque solamente eran manchas de 𝑙𝑖𝑞𝑢𝑖𝑑 𝑝𝑎𝑝𝑒𝑟. —Un momento, entonces esto es... ¡¿En ocho días?!— exclamó Daisy, espantada. —Sí, en poco más de una semana, ¿por qué el miedo?—

—¡No organicé las fechas aún! ¡No he hecho nada para acomodar mis compromisos! ¡No hice nada! ¡Tengo que acomodar todo urgentemente!—

Primero se oyó un suspiro de parte de Emma, luego dijo:—No hace falta que te preocupes tanto por la organización, es una competición que tú no vas a hacer y, además, aún falta una semana... Yo sé que tú acomodas todo con meses de anticipación, pero aún tienes tiempo—

—Tienes razón, voy a calmarme un momento, pero antes: ¿tienes algo más que decirme?—

La chica dudó un poco y pensó antes de contestar. —Meh, lo de siempre... Rompí con Ale, me peleé con mi madre... Nada inusual ni raro— expresó ella con tranquilidad. Realmente, no era nada que no pasara siempre: era una normalidad para ella pasar por eso, pues con su novia, Alejandra, terminaba cada tanto, aunque siempre se reconciliaban, pues rompían por una razón que no lo ameritaba. Asimismo, siempre se peleaba con su madre, pues no llevaban una muy buena relación, ya que su padre las había abandonado cuando ella tenía tan sólo tres años y, desde entonces, se peleaban mutuamente, haciendo que fuera un ambiente no tan soñado, tranquilo o siquiera feliz.

—Oh, está bien... Por cierto, ¿ahora por qué rompieron? ¿Llegó cinco minutos tarde a casa?— bromeó entre risas Daisy.

—Algo así; llegó ebria al departamento y bastante desprolija, así que es una ruptura mucho más corta que de costumbre, mañana volvemos seguro, es sólo por un día o menos para que recapacite y no vuelva así otra vez, aunque sé que va a volver a pasar— explicó, terminando con un suspiro, la deportista.

—Está bien, es entendible—

—Bueno, ¿necesitas irte?—

—Ah, sí, ¡adiós y suerte con Aleja!— exclamó bromeando la dibujante, cortando rápidamente la llamada, no sin antes hacer su distintivo saludo de soldado con dos dedos sobre la frente, alejándolos en un veloz movimiento. Seguido de esto, se levantó de su silla y fue a la cocina a prepararse algo de comer: hacía horas que no comía, y el hambre la atacaba fácilmente.

Luego de agarrar un sándwich ya hecho de su heladera, volvió a sentarse en su escritorio, pensando en cómo organizar la fecha de la competición.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

¡Hola! Gracias por leer el primer capítulo. Esto definitivamente no me costó unos dos días por perder inspiración luego de "sándwich" y por no querer dejar el prólogo con 789 palabras...

Como sea, agradezco que te hayas tomado el tiempo de pasar por aquí. Ya voy a subir otro capítulo, pero ténganme paciencia por favor: pese a que ya estoy de vacaciones de invierno (vivo en Argentina), no me dedico SÓLO a escribir, así que no voy a estar las 24 horas del día sentado frente a la computadora escribiendo. Yo sé que probablemente ya sepan que eso pasa con absolutamente todos los escritores, pero aún así quería aclararlo para que no me lleguen comentarios de personas preguntando el porqué de mi ausencia, aunque aprecio la preocupación que pueden llegar a tener cuando uno no aparece por un buen tiempo (editado: me olvidé por completo del libro, ¡PERDÓN! Ahora termino con unas tareas y lo sigo, en serio lo lamento- soy medio Daisy en ese sentido-).

Finalmente, quería aclarar que ningún ship va a ser incluido en este fanfic. No me gusta escribir escenas de romance y todos los ships entre Creepypastas son, según mi opinión, una abominación a la existencia humana. Si esto te ofende, te sugiero que ya te vayas de este lugar, porque al primer comentario que me llegue de este estilo (quejas u ofensas por mi disgusto hacia los ships) va a ser ignorado por completo, y no será borrado sólo para que los otros lectores tengan chisme.

Con todo eso dicho, me despido. ¡Adiós, mis queridos lectores!

Casi NormalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora