Jeon Jungkook conoció la traición una noche antes de su cumpleaños, el dolor que se había instalado en su interior era ridículamente penetrante, todo lo que tuvo a su lado alguna vez lo había perdido tan rápido que su mente no lograba procesarlo incluso en sus recuerdos.
Él había sido usado, no al azar, no por coincidencia, solo porque así lo quisieron y con ello se llevaron todo lo bueno de su vida.
Aquella noche cuando Jeon perdió el control de su propia mente fue aterrador, todas las acciones que le secundaron fueron realizadas bajo la orden de la droga experimental que recorría su sistema a toda prisa.
No logró distinguir las siluetas a su alrededor, aquellas que estaban alejándolo de alguien que estaba en el suelo hablando en voz alta algo que sus canales auditivos no lograban reconocer, su cabeza se sentía pesada, tenía nauseas, el calor era sofocante, pero el miedo que se estaba estancado en su interior lo horrizó.
Poco a poco sus sentidos regresaron a la normalidad con el paso de los segundos, se percató del sabor metálico en el interior de su cavidad bucal y la algarabía a su alrededor.
Supo de inmediato que estaba siendo culpado por algo que su mente olvidó de un zarpazo, solo vio el horror que había en las expresiones de las personas que lo rodeaban en ese momento, algunos de sus amigos, sus tíos, incluso su madre estaba allí.
Pero la expresión que más le afectó fue la de su pareja Park Jimin.
Esa noche lo perdió todo, la amistad de sus colegas, el amor fraternal de su familia y el amor por parte de su pareja. Eso había sido todo, ellos le tenían miedo.
— Kook querido — escuchó que le hablaban desde su costado izquierdo — el joven Hang lo está esperando en la sala principal, no tardes, está algo impaciente esta noche.
— Seguro, iré pronto — respondió elevando la voz para levantarse de su asiento.
La escena de sus recuerdos se esfumó trayéndolo de vuelta hacia el presente. A su alrededor, varias personas estaban charlando animadamente alrededor de mesas llenas de alcohol.
— Kook — fue llamado de nuevo.
— ¿Sí?
— ¿Estás bien? — cuestionó su jefe observándolo directamente hacia los ojos.
— Estoy bien — asintió con una sonrisa amigable.
— Bien, encárgate de atender a Hang como se debe, con suerte esta podría ser la última vez que venga aquí.
— Lo comprendo, lo haré — respondió — sabes que no dañaría a los clientes.
— Lo sé, te lo encargo — su jefe se dirigió hacia el pasillo saliendo de su visión.
Jeon caminó en dirección hacia la sala principal del bar, esa noche el lugar estaba abarrotado de clientes frecuentes, pudo percibir incluso a los nuevos. La distribución de sus compañeros de trabajo era dictaminada por el jefe, sin embargo, los clientes vip tenían acceso directo con los empleados de su preferencia.
Hang era un cliente vip, el chico era joven, hijo de una familia prestigiosa reconocida en la ciudad cuya reputación no era cuestionable a simple vista. Jungkook lo sabía, su comportamiento amigable alrededor del chico era más que suficiente para que este se sintiera a gusto, algo que había aprendido al comenzar a vivir en la ciudad.
Jeon era diferente, rasgos lobunos ocultos llenaban su cuerpo entero. Él provenía de lo que en su cultura era conocido como manada, la caracterización de los habitantes de la manada era dictaminada por su condición genética, él era clasificado como un alfa dominante.
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On A Cross °Kookmin°
FanfictionJeon Jungkook fue obligado a llevar una cruz llena de pecados cuya culpa no era suya. La manada le teme, su vida entre los humanos es una travesía por lidiar cada día. Pero cuando su pasado finalmente lo alcanza, Jeon Jungkook se verá obligado a enf...