¡QUE FASTIDIO!

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-¡¡Majiii despierta ya jovencito!! No me hagas ir por tí -grita la madre desde abajo en el comedor.

-¡Si ya oí!

Este es Maji, 15 años, un chico de baja estatura,1,69 cm, cabello oscuro hasta los hombros que cubre su frente y parte de los ojos. Prefiere oír los gritos de su madre, a tomarse la molestia de apagar el despertador, le resulta más efectivo aunque aveces reciba un balde de agua. Yo prefiero el clásico gallo.

-Que fastidioso es levantarse temprano para ir a la escuela y más si empiezan con la pregunta de qué hicimos en vacaciones, como si le importara a alguno - dice de forma burlona.

El baño de su cuarto no tenía agua, así que fue al de abajo para lavarse la cara y los dientes, todo iba normal hasta que sintió un olor feo y al voltear vió a su padre cagando.

-Majii ¿A cuántas planeas conquistar hoy? -le dice su padre mientras leía el periódico.

-¿Es encerio? ¿Y me lo dices mientras estás cagando? - contesta molesto.

-Yo a tú edad ya había conquistado todos los corazones de las chicas de mí clase -dice orgulloso -. Incluso el de las profesoras.

-¿Qué acabo de escuchar cariño? -interrumpe la madre de forma amenazante.

-Pero el único que me importaba era el de mí querida esposa ¡Jejej! -trata de salvar la situación.

-Que lindo mí muñequito de bodas.

-¿Qué hacemos aquí mientras papá está cagando? El olor me está matando -dice Maji tapandose la nariz y sale corriendo.

Una vez aseado se pone el uniforme del instituto con el pin que era obligatorio, el uniforme era oscuro con botones dorados.

El instituto Sasaki era unas de las mejores escuelas, orientada al deporte, tiene tres pisos para cada año, además de canchas de fútbol, básquet, voleyball y una pista de atletismo, cuentan con una gran cantidad de trofeos, pero últimamente ah estado en declive, han perdido cuatro de las últimas cinco finales.

Luego de desayunar el padre se va a su trabajo despidiéndose con un beso a su esposa y le hace una seña a Maji respecto a lo que hablaron. Ese es su padre Jin Kurosaki, 39 años, 1,80cm de altura, es todo un galán y carismático, trabaja en un importante hotel como recepcionista, "El Imperio Dorado", lleva allí seis años, pero él ya está harto de eso y quiere trabajar en la administración, pero no se anima debido a que su padre y su jefe terminaron de mala manera y tiene miedo de que eso repercuta a él.

Cuando Maji se estaba por ir al instituto su madre lo detiene.

-Muchachito ¿No te estás olvidando de algo? -le dice con una mirada que aterra a cualquiera-. Así es ella tan amenazante que terminas haciendo lo que te pide.

Luego de eso a mitad de camino por un callejón se detiene al ver un perro grande, no tenía cara de buenos amigos, respiraba fuerte mientras se le caía la baba. Maji abrió su mochila y sacó lentamente su libro, entonces cuando el perro se dirigió hacia él, este le arroja el libro. Maji sale corriendo mientras el perro se queda entretenido mordiendo.

Una vez llegado al instituto Sasaki, unos bravucones se lo quedan viendo sospechosamente.

-Oye Kumoto, mira ese enano, parece que es de primero, que tal si le damos la bienvenida -dice uno de ellos-. Tenía la cara regordeta y un peinado de mohicano, medía 1,69cm de altura.

-Si, ya me estoy quedando sin dinero-dice Kumoto mientras fumaba un cigarrillo-. Él era el líder del grupo,en total son seis, era bastante alto 1,77cm, cabello naranja con peinado de Yakuza, se veía muy arrogante.

Lo comenzaron a intimidar y dos le sacaron la mochila.

-Oye mocoso, si tienes dinero será mejor que me lo des, si no quieres los huesos rotos -dice el líder de ellos mientras lo sujetaba de la ropa bruscamente.

-Si,si, relájate viejo, creo que está en mí bolsillo -contesta Maji relajado-. Entonces cuando mete la mano en su bolsillo y la saca, le hace el gesto vulgar con el dedo del medio y sale corriendo a la entrada del edificio.

-¡Hijo de puta! ¿Qué esperan? ¡Agarrenlo! -exclama molesto mientras apaga su cigarrillo pisándole-. Afortunadamente Maji los perdió dentro.

-No pudimos Kumoto, es demasiado rápido, me recuerda a Sakuragui -dice el regordete agitado.

-Eso es porque estás gordo Keisuke, te dije que dejarás los postres -le recrimina-. Al menos tenemos su mochila, algo valioso tiene que haber.

-Eh Kumoto, no hay nada.

-¿Qué? Sin estar aún me fastidia ese enano. Vendan la mochila y denme el dinero.

MajiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora