La Chica de Detención

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Las clases comenzaron a las 9 a.m, a Maji le tocó la clase 1-a. Él se sentó en el fondo, no quería ser el primero al qué el profesor molestará, entonces se posó en la mesa de estudio, de brazos cruzados para dormir mientras el profesor se presentaba.

-Mi nombre es Taro Miura y soy su profesor de matemáticas este año, espero que se comporten mejor que los del año pasado, esos eran terribles, no quiero volverles su vida un infierno -dijo mientras escribía su nombre en la pizarra y de forma amenazante rompió la tiza apretándola fuerte.

Su aspecto era de rostro ovalado con nariz repingada, bien peinado y con bigote, vestía con camisa blanca y pantalón de vestir, con zapatillas de correr. Al oír lo que dijo, todos quedaron sorprendidos en silencio, el profesor Miura los miraba seriamente.

-¿Porqué ponen esas caras? Era todo una broma ¡Jajaja! Qué buen actor soy debería recibir un Oscar, quien te conoce Alpacino -exclamó este riéndose-. Ahora por favor digan sus nombres y qué hicieron en vacaciones.

Mientras los chicos se presentaban y decían sobre sus vacaciones, llegó el turno de Maji, al verlo dormido el profesor molesto le arrojó la tiza, pero con gran reflejo Maji la desvío con el libro de un compañero a su lado, lo más curioso fue que la tiza impactó con otro chico de atrás que también estaba dormido y se despertó por el golpe confundido, era Keisuke, uno de los bravucones.

-¡¿Qué hacen ustedes dos dormidos?! Ni siquiera comenzó la clase y ya están de vagos -exclamó el profesor Miura muy enojado.

-Profesor, sin ofenderlo, a nadie le importa que hicieron los demás en sus vacaciones ¿Porqué no comienza con los temas de su materia o me voy a seguir aburriendo más de lo que estoy -respondió Maji con un tono desinteresado.

-¿Qué? -dijo sorprendido Miura-. ¿Dónde están tus cosas.

-Un perro molesto, me lo quitó, parece que tenía ganas de estudiar, pero no hay problema, tengo buena memoria.

-No puedo creerlo ¿Me está tomando el pelo joven? Cuál es su nombre? -preguntó enojado.

-Kurosaki Maji.

-Ve a detención, estás castigado -le dijo señalando la salida.

Mientras se iba Keisuke lo o reconoció, entonces envío un mensaje a Kumoto.

Mientras iba a detención se reiteraba que haya nadie, quería estar solo. Cuando llegó, estaba el auxiliar limpiando el piso.

-Tan pronto muchacho -le dijo, pero este no le contestó-. Estos chicos de hoy en día.

Al en entrar había un solo banco, además de muchos libros en los estantes, el profesor a cargo de la detención no estaba, pero para mala fortuna de Maji, había alguien más, una chica; de segundo año, cabello rosa y casi de la estatura de Maji, un poco más baja, era bastante linda.

-¡Diablos! solo hay un lugar para sentarse, no quiero estar parado como un idiota si hacer nada. No queda otra que sentarme a su lado -exclamó frustrado—. Y ¿Porqué se me queda viendo?

—Eh... Disculpa ¿Cuál fue el motivo de que estés aquí? ¿Eres malo? —dice la chica, pero Maji la ignora completamente—. No quieres decirlo ¿Cómo te llamas?

—¿No se va a callar nunca? ¡Qué molesta! —pensó este.

—No importa te diré yo, me llamo Hajime Yamamoto.

—¿Quién le preguntó?

—Me castigaron por llegar tarde, esos profesores no entienden, en vacaciones estuve practicando mucho karate y quedé muy agotada —dijo angustiada—. Este año pienso ganar.

—¿Eh? Ella también estuvo haciendo artes marciales en vacaciones. Seguro fue su padre, obligan a sus hijos a hacer lo que ellos no pudieron de jóvenes ¿Porqué no dejan de molestar —dijo Maji sorprendido—. ¿Porqué pienso en eso? ¿Acaso me interesó?

Al terminar las clases Maji espero para salir último, desafortunadamente a la salida lo esperaban los bravucones, lo cuáles lo rodearon. Él hizo como si nada y paso de largo entre medio de ellos, a Kumoto no le gustó nada y lo detuvo sujetando su hombro.

—Mocoso, no te hagas idiota, tenemos algo pendiente tu y yo.

—Amigo no quiero problemas, si te molestó el gesto con el dedo lo siento, mañana lo corto y no lo hago más —se burla este.

—¡Hijo de puta! —exclama furioso y lo empuja—. Otro se había puesto de rodillas eh hizo que Maji cayera al suelo.

—¿Estuve bin hermao? —dice el otro—. Era el hermano de Kumoto, tenía un año menos, medía 2 metros y se le dificultaba el habla debido a problemas de su cerebro.

—Bien hecho hermanito... —le dice hasta que se sorprende al ver a Maji sonriendo.

—¿De qué te ríes idiota? —pregunta Keisuke.

—Gracias por golpear primero, ahora no tengo excusas de que fue por defensa propia, cuando termines en el hospital —dice Maji sacándose el uniforme.

Pero cuando estaban a punto de comenzar la pelea, un auto a toda prisa los interrumpe a bocinazos.

—¡¡Kumoto!! Sube rápido, tu padre está herido.

—¿Qué? Carajos. Está vez te salvaste enano. ¡Vámonos rápido! —salen corriendo al auto y se van.

—Esos idiotas no me van a dejar en paz nunca —piensa Maji mientras se pone de nuevo el uniforme.

Ya en casa su madre le pide que vaya a comprar para la cena, ella estaba ocupada con una clienta; su madre hace trabajos de manicura en la casa durante toda la tarde, es muy conocida entre las mujeres del barrio, además tiene muchas clientas no solo por su excelente trabajo, si no también por su apuesto esposo.

—Pero a esta hora Maki está cerrado.

—Lo sé, ve al de Akira qué sí está abierto.

—Esta bien. Maldición y me lo pide en el momento de más pereza que tengo —piensa Maji desganado.

  A Maji no le gusta viajar en colectivo, muchas personas molestas, en un mismo lugar lo fastidia.

Cuando el autobús se detuvo para que suban pasajeros, para la mala suerte de él, entre ellos estaba Hajime. Al darse cuenta se cubre con la capucha y evita cualquier contacto visual.

—Lo que faltaba ¡Diablos! Si me ve, va a molestarme de nuevo está charlatana —piensa nervioso.

Maji estaba en medio y cuando ella pasa a su lado se detiene, queda mirando pensativa pero sigue de largo, se siente al otro lado, quedándose confusa.

—¡Maldición! ¿Acaso se dió cuenta? Espero que no.

Al llegar a su destino, cuando está bajando es detenido por alguien, al darse vuelta se trataba de ella.

—¡Si, eras tú! No te reconocía por la capucha, aún no me has dicho tu nombre —dice ella de forma amigable.

—¡Mierda porque volteé! Si no le digo no dejará de molestar —se dice este molesto— Soy Maji Kurosaki.

—Mucho gusto Maji ¿De casualidad esto es tuyo? —le muestra una billetera.

—¡El dinero de la compra! —él se sorprende.

—se te cayó mientras te levantaste de tu asiento.

—Se pueden apresurar, no tenemos todo el tiempo —interrumpe el conductor.

—Disculpe señor —dice Hajime y cuando extiende el brazo para darle, un ladrón a toda velocidad se lo arrebata y sale corriendo.

—¿Qué carajos? Vaya día de mierda —exclama Maji

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⏰ Última actualización: Jul 31, 2022 ⏰

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