ll

83 8 3
                                    

Iniciamos otro magnífico día, nótese sarcasmo, la alarma me levanto, tengo que levantar al lindos ojitos, mi angelito, mi todo, me dirijo a su cuarto, estaba a punto de abrir, hasta que escucho la voz de mi madre.

—Hoy tu lo llevaras.

—Pero esta muy lejos de mi universidad, no voy a llegar a tiempo.

—¿Pero que dices?, Esta enfrente de tu escuela.

Sabia que mi mamá se arrepentía de lo que habia dicho ayer, me alegra que lo halla cambiado.

—Muchas gracias mamá.

La abrace, hace mucho tiempo no sentia esa calidez, esa calor, que solo te puede dar tu madre, y si no te lo da ese calor, significa que realmente no es tu madre, recuerda que ser madre no es solo parir, si no es criar e educar  .

—Si si si si, ya basta, se les hara tarde.

Ahora si ya entro al cuarto de innie, muy ordenado como siempre, su cuarto es de color azul, es muy lindo comparando con mi cuarto.

—innie, despierta.

Le susurré, no me gusta gritarle, se espanta.

—Hannie, ¡dejame dormir!

—¡Oye!, Jeongin, tienes que ir a la escuela.

Por primera vez, se levanto solito.

Lo arregle, pero no mucho, no quiero que ninguna niña, se le acerque, pero porque solo niña, también existen niños.

Salimos de la casa, y fuimos a la estación de autobuses.

—Jeongin, espera, tienes el cordón desatado.

Se lo amarre, el solo seguia con su mirada al frente.

—Autobús, autobús viene.

—Si innie, el autobús viene.

Subimos y me puse los audífonos, no le puse los audífonos a innie por que se que no le gusta la musica, asi que un rato después preferí quitarmelos.

—Jeongin.

—Ese es mi nombre.

—Si Jeongin, quiero hablar contigo.

El solo asintió y miro del lado que yo estaba.

—Mamá te cambió de escuela, si necesitas algo no dudes en marcarme ¿Okay?, Tienes tu teléfono, recuerda que la contraseña son números pares.

—Si, solo números pares.

Sonrió tan hermoso, que daban ganas de encerrarlo en una cajita de cristal, para que nadie le hiciera tanto daño.

—Preparate, ya nos vamos a bajar.

Bajamos del autobús, pasamos a la cafetería Destiny coffee, para desayunar, teníamos tiempo de sobra y quería ver si estaba el lindo cajero.

—Caliente.

—Si innie, está caliente, asi que ten cuidado.

—¡Buuu!

Gritamos Jeongin y yo, lamentablemente el café caliente le calló a la persona que nos espanto.

—¡Ah!

—¡Oh por dios hyunjin!

—Lindo.

—Gracias preciosura, pero me ayudarías pasandome una servilleta.

Como se atreve a coquetear con mi hermano, me las va a pagar.

—Tu no, eso.

JAJAJAJAJA, en tu cara.

Destiny coffee - minsung- Cancelada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora